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«Tales of the Zombie» (1973-1975)

Hoy es un buen día para acordarnos de aquellos tebeos de terror en nos alegraron la vida en los setenta y los ochenta. Tal vez tú mismo eres uno de los miles de lectores que atesoraron en sus estanterías ejemplares de Dossier Negro, CreepyDrácula (sí, aquellos fascículos de Buru Lan), Fantom o los cuadernos de la colección Escalofrío (subtitulada «Historias gráficas de medianoche»). Si es así, seguramente conserves en la memoria títulos legendarios de los felices setenta, como La Tumba de DráculaVampire TalesMonsters Unleashed!Dracula Lives! o el que hoy nos importa: Tales of the Zombie.

A la hora de darnos un susto o sentir el poder de las tinieblas, Tales of the Zombie (agosto de 1973-marzo de 1975) resultaba especialmente eficaz, sobre todo si nos situamos en la época en que Vértice distribuyó este cómic junto a las demás subcolecciones de Escalofrío, entre 1973 y 1975.

Pese a su venerable edad, el tebeo sigue resultando muy vibrante y eficaz, y desde luego, se merece una edición tan primorosa como la que presentó Panini en 2017.

Este robusto volumen de tapa dura resulta ideal para olvidar la rutina y acompañar a esos no muertos que, obviamente, protagonizan historias de vudú y ultratumba. El más conocido de estos condenados es ‒¿lo recuerdas?‒ Simon Garth.

Garth es una figura recuperada de un viejo tebeo creado por Stan Lee y Bill Everett (Atlas Comics’ Menace nº 5, julio de 1953). Veinte años después, el personaje fue debidamente actualizado por Roy Thomas, quien se alió con Steve Gerber y con los dibujantes John Buscema y Tom Palmer a la hora de convertir a Garth en un tipo adinerado, víctima de una maldición haitiana que le convierte en un muerto viviente.

De ahí en adelante, las tramas en las que se sitúa a Simon Garth insisten en los elementos más exóticos del vudú, y en general, funcionan a las mil maravillas gracias a la participación de guionistas como Doug MoenchTony Isabella y Chris Claremont, y la creatividad de artistas como Pablo Marcos o el gran Alfredo Alcalá.

Conviene recordar que esta serie revivía la maltrecha tradición del tebeo de horror previa al Comics Code. En este sentido, en las páginas de los cuadernos originales también encontramos historietas de los viejos tiempos, firmadas por artesanos como Win Mortimer o Tony DiPreta.

Otra de las grandes bazas de Tales of the Zombie fueron sus imponentes portadas, en las que aún apreciamos el arte inimitable de Boris Vallejo y de Earl Norem. En ellas, el terror, la épica oscura y un toque de sensualidad se convertían en una irresistible tentación para el lector.

Hoy puedes engañarte, atribuyendo la nostalgia que ahora te intento contagiar a un exceso de sentimentalimo. Pero créeme, en cuanto tengas este tebeo entre tus manos, descubrirás que no exagero. Tales of the Zombie encapsula el espíritu de aquella época, y de hecho, sigue siendo un cómic que resiste el paso de los años y entretiene como el primer día.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © Marvel Comics, Panini Comics. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.

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