Siempre me han gustado los filmes de individuos mártires. De niño sufría éxtasis erótico-místicos como los de Santa Teresa de Jesús, pero viendo las palizas que le metían a Marlon Brando en sus mejores pelis. Son historias de regocijo masoquista que siempre abundan y que casi siempre pecan de tremendismo pretencioso. Pero de vez en cuando mola tragarse una y desahogar la propia rabia.
Como en The Wrestler me sentía más pendiente de la cara extradiegética de Pantoja de Puerto Rico que le ha quedado a Mickey Rourke que de la película en sí –asistí a los insistentes primeros planos de Mickey con ese pudor culpable con el que observaba al viudo Senior de Rocío Dúrcal tambaleándose embotado en los programas de la telebasura–, fue un alivio meterse entre frente y nuca MR 73 (2008)
Como Brando, como Rourke, como De Niro o como Diego (Juan), Daniel Auteuil tiene una de esas caras que el espectador puede mirar horas y horas sin dejar de babear fascinado. Me encantaría tener algún tío de la Provenza que fuera como él.
Atesoro alguna peli gabacha de Auteuil de los 70, en plan comedia de destape con Grace Jones haciendo de Nadiuska, y nada hacía pensar que aquel chavalín con expresión de panoli llegara a ser la mejor alternativa nasoestelar a Depardieu. Me flipa verle dándose de viajes contra los troncos en El adversario, pero donde se queda a gusto desplegando el narcisismo del perdedor es en MR 73.
Su director, Olivier Marchal, ya había estrenado en España Asuntos pendientes, buen cine negro coprotagonizado por el dúo de narices mencionado, pero a mí me gusta más MR 73. Por algún extraño motivo, la encuentro menos facilona: o será que a mí me parece menos facilón recrearse en la mítica del fracasado que se autoflagela que en la camaradería policial lacrimógena.
Que sí, que el tío hace el tópico típico del poli traumatizado, borracho, pendenciero y torturado… soy incapaz de aguantar más de una página de Henning Mankell y dos de Michael Connelly, pero esto me lo meriendo más a gusto que un tonto. Además, MR 73 está muy bien rodada y alcanza ese punto inmisericorde de los franceses cuando deciden que van a rodar cabezas…
Si no la habéis visto y os gusta el cine negro, de verdad creo que merece la pena… ¿Qué pena, digo? Merece el desgarro y la autocompasión.
Sinopsis
Tras el brutal asesinato de sus padres, Justine (Olivia Bonamy) se ha convertido en una presencia casi invisible, tratando de pasar completamente desapercibida para el resto de la sociedad. Pero la temprana puesta en libertad del asesino, la obligará de nuevo a salir a la luz, removiendo en ella sentimientos de miedo, dolor y venganza. Justine tratará de encontrar ayuda y consuelo en Louis Schneider (Daniel Auteuil), policía del departamento de crímenes de Marsella, una ciudad sumida en el caos debido a que innumerables asesinos y malhechores permanecen libres y sin castigo, para descrédito del cuerpo policial. Schneider, un anti-héroe incorruptible, decide enfrentarse a sus superiores y dar comienzo a una investigación que le llevará de cabeza a las puertas del infierno. ¿Le ayudará Justine a alcanzar alguna clase de redención?
Copyright del artículo © Hernán Migoya. Previamente publicado en Comicsario, un blog para la fenecida editorial Glénat España. Reservados todos los derechos.
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