Cualia.es
Los griegos libro

‘Los griegos’, de Roderick Beaton: la herencia viva de la cultura helénica

Ameno y profundo, este libro prueba la hondura y la solvencia de un helenista excepcional

Para echar la vista atrás y comprender la magnitud del legado griego, basta con detenerse en esta frase de Horacio: «La Grecia conquistada conquistó a su fiero conquistador e introdujo las artes en el agreste Lacio».

Esta reflexión del poeta latino da a entender lo que ocurrió cuando Roma tomó el poder sobre los griegos: toda la cultura del Imperio se iluminó con la herencia helénica y esta pasó a ser dominante entre los romanos cultos.

Y no solo entre ellos. La literatura y la filosofía transmitidas en griego clásico siguen definiendo el contexto en el que prosperan las Humanidades. Nuestros poetas descienden de Homero y el teatro no se entiende sin Esquilo, Sófocles, Eurípides o Aristófanes.

De igual modo, en los cimientos del arte y de las instituciones políticas, educativas y religiosas de Occidente hallamos el mismo sello. Ahora y siempre, Grecia nos cautiva y nos define, entremezclando las lecciones del pasado con las inquietudes del porvenir.

Por eso mismo, en este momento de incertidumbre y polarización, es tan oportuna y luminosa la lectura del libro de Roderick Beaton: una obra colosal y brillante, que atraviesa casi tres mil años de historia con la ligereza de un relato épico.

Entre el pasado y el presente

La antigüedad de Grecia y lo que hoy es el país heleno encajan perfectamente en este ensayo, escrito con la autoridad que se le reconoce a este académico escocés.

Su carrera es admirable: en 1981, Beaton se incorporó al King’s College de Londres, donde ejerció como profesor de Lengua y Literatura Griega Moderna. Allí dirigió el Departamento de Estudios Bizantinos, y siete años después, fue titular de la cátedra Koraes, otra distinción que señala la altura de su producción académica y el modo en que ha explorado la relación entre Grecia y su identidad moderna.

‘Boda de Roxana y Alejandro’, de Giovanni Bazzi.

Una historia general de Grecia

Editada originalmente en 2019, Los griegos llama la atención por su enfoque. En lugar de detenerse en la etapa áurea de la civilización helénica, Beaton avanza en el tiempo, conectando ese periodo con el proceso que, a lo largo de tres siglos, consolidó a ese Estado nación moderno.

No es poca cosa: con Grecia compartimos el Mediterráneo y todo lo que esto conlleva en términos culturales y políticos.

Al tratarse de una historia general de Grecia, el libro se convierte en una cartografía de ideas y sentimientos que van recomponiéndose hasta la actualidad. Los protagonistas son aquellos que han hablado el idioma griego en sus diversas formas, lo cual va más allá de la geografía y nos conduce a la serie de identidades y culturas que aún componen el mundo helenístico.

No olvidemos que hubo una larguísima época en la que el griego se extendió por todo el orbe conocido, alcanzando dominios tan lejanos como lo que hoy es Pakistán.

«Al analizar la historia griega desde esta perspectiva ‒escribe el autor‒, y al ir sonsacando una a una las múltiples formas en que los griegos han interactuado con todo tipo de forasteros durante más de tres milenios, se llega a la notable conclusión de que los griegos han estado en todas partes».

¿Qué mayor prueba necesitamos de esa herencia griega que el propio pensamiento occidental? El milagro sigue en pie, y por eso, Beaton alude a una civilización que nos interpela sobre asuntos tan profundos como la democracia o la dimensión trágica del ser humano.

‘La salida de Mesolongi’, de Theodoros Vryzakis.

¿Qué significa ser griego?

La obra de Roderick Beaton define la identidad griega como una obra en curso. Diversa, dinámica, en constante evolución. Enriquecida por tradiciones foráneas, como, por otro lado, sucede con todos los imperios antiguos.

Pese a que hoy hablamos de un país pequeño, las gestas de Alejandro, la consolidación de Bizancio, el florecimiento del cristianismo o las migraciones griegas en los siglos XIX y XX invitan a pensar en una cultura expansiva. Y también en una cultura resistente, que sobrevivió a pruebas tan complicadas como el largo dominio otomano.

A través de los tiempos, lo griego ha germinado en un contexto de comercio, conquista y diáspora. «Siempre ha sido así. -escribe Beaton-. En los siglos pasados, individuos y comunidades enteras cuya lengua materna era el griego podían perderla en favor del latín, el árabe, las lenguas eslavas, el turco o el francés. El inglés es solo la más reciente de todas estas. Pero en cada generación, hubo al menos otros tantos leales al idioma de sus primeros años. Y el proceso centenario de ‘convertirse en griego’ nunca ha concluido del todo. Para algunos de los que han llegado a Grecia tras huir de las persecuciones o las dificultades en sus hogares, recalar en una isla griega ha sido algo más que un paso intermedio en una travesía desesperada y, posiblemente, eterna. Hiva Panahi es una refugiada de Irán que ha hecho de Grecia su hogar dese el año 2000. Una década más tarde escribía y publicaba poemas en griego, así como en su lengua materna, el kurdo».

‘La entrada del rey Otón en Atenas’, de Peter von Hess.

Una herencia portentosa

También es relevante el modo en que la Grecia actual reconsidera su relación con su propio legado, en un llamativo equilibrio entre las influencias de Oriente y Occidente, o dicho de otro modo, entre eso que llamamos Europa clásica y la exuberancia de la tradición bizantina.

Decía Beaton en una reciente entrevista que Grecia es mucho más que un país con un glorioso pasado. Es una nación que sigue forjando su camino: «Grecia es el presente y el futuro. Es un trabajo en progreso».

Esta certeza también vale para el resto de Europa, y en este sentido, la formación de la Grecia moderna, magistralmente retratada en el libro de Beaton, aún nos brinda lecciones sumamente útiles.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de la portada © Ático de los Libros. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de la sección cultural de 'The Objective'. Escribió de forma habitual en 'La Lectura', revista cultural de 'El Mundo'. Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador de las páginas de cultura del diario 'ABC' y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Ha trabajado en el sector editorial y es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.