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La vida secreta de las palabras: «Cantinela»

Muchos habrán repetido expresiones al estilo de «Ya estamos con la misma cantinela» o «Siempre viene con esa cantinela». Por medio de esta fórmula familiar, quiere indicarse la repetición inoportuna, contumaz y molesta de una determinada cosa.

Obviamente, no faltan ocasiones en la vida para hacer uso de frases como estas. Pero hoy preferimos dejar de lado el fastidio, y concentrarnos en los orígenes y el uso de esa palabra, cantinela, equivalente a la que figura como su sinónimo, cantilena.

La Real Academia Española, en el tomo segundo del Diccionario de la lengua castellana, en que se explica el verdadero sentido de las voces, su naturaleza y calidad, con las phrases o modos de hablar, los proverbios o refranes, y otras cosas convenientes al uso de la lengua (1729), propone la siguiente definición: «Cantar, o copla, que se hace para cantarse repetidamente. Y aunque en este sentido estuvo recibida esta voz, ya comúnmente se toma por cantar despreciable, y principalmente por los que cantan a los muchachos, motejándolos su flojedad y descuido en el estudio, para incitarlos, con la vergüenza, a que se corrijan y enmienden». Y añade: «Es voz latina, Cantilena».

Elías Zerolo, en su Diccionario enciclopédico de la lengua castellana (1895), describe cantilena como «cantar, copla composición poética breve, hecha generalmente para que se cante». Aniceto de Pagés, autor del Gran diccionario de la lengua castellana, autorizado con ejemplos de buenos escritores antiguos y modernos (1902), reúne autoridades para fijar el uso del vocablo. Así, toma de Diego Gracián la frase «Charlatanes y truhanes, ni sus cantinelas», y de Antonio de Solís, los versos «Contra esas cantinelas / Que el dios Baco inventó».

Los musicólogos, lejos de usar la voz cantilena para definir una molestia reiterada, describen con ella el tipo de canción o melodía que, durante el Medioevo, era integrada en el canto litúrgico o en la canción profana. Más específicamente, una cantilena era, entre los siglos XIII y XV, una canción polifónica, en particular la chanson francesa. Más o menos durante el mismo periodo, los ingleses empleaban la palabra para identificar piezas a tres voces con textos religiosos escritos en lengua latina. Por extensión, desde el siglo XIX el vocablo cantilena sirve para designar una melodía vocal lírica.

Es algo singular, algo de lo que todos los estudiosos deben de haberse dado cuenta, que el hablante común use una voz de semejante belleza y contenido para referirse a un efecto fastidioso.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Esta es una versión expandida de un artículo que escribí, con el seudónimo «Arturo Montenegro», en el Centro Virtual Cervantes, portal en la red creado y mantenido por el Instituto Cervantes para contribuir a la difusión de la lengua española y las culturas hispánicas. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.