¿Qué os parece si empezamos el año con un efecto realmente original? Podemos traducirlo literalmente por Pulgar de fumadores. O, más libremente, El pulgar fumador o Fumando por el pulgar o El pulgar que fuma.
Mucho tiempo después, Fred Kaps ofrecería una versión magnífica. Lo concibió el mago de origen alemán Ade Duval en los años 40 del siglo pasado. Duval había creado un acto mágico legendario –Rapsodia en seda‒ cuyo título inspiraba una pieza musical: A Rhapsody in Blue, de George Gershwin. Duraba 12 minutos y exigía una preparación tan laboriosa y prolongada que jamás fue copiado.
Primera consideración: Los imitadores tienden a aplicar la ley del mínimo esfuerzo. Con este número recorrió el mundo en los años 30. Segunda consideración: Tuvo tiempo para pulirlo hasta lograr casi la perfección. Tercera consideración: ¡Qué difícil es sobreponerse al éxito cuando acaba! Duval lo logró con esta nueva rutina en la que cambiaba la seda por el humo.
El propio Ade Duval publicó un libro sobre su rutina, A Rhapsody in Silk (Chicago: Ireland Magic Company, 1962), encuadernado en espiral como sucedía por entonces con muchos de los libros técnicos de magia.
En la carrera de Duval se refleja un momento dramático de la magia. Rhapsody in Silk es quizá una de las más hermosas rutinas para escenario y music-hall.
Cuando tras la Segunda Guerra Mundial muchísimos teatros han desaparecido y los nightclubs van cerrando sus puertas ante el empuje de la televisión, los magos han de adaptarse al nuevo medio. No todos lo consiguen. Y la nómina de bajas y retiradas es muy crecida, Duval lo logra con una nueva rutina maravillosa: Smoking Thumb. Parece ser que la muerte le sorprendió cuando trabajaba en la adaptación de su número de sedas a la televisión en color.
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