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«La Cosa del Pantano» (1972-1976), de Len Wein y Bernie Wrightson

Empecemos por lo más nostálgico: en 1983 leímos parte de estos relatos en un volumen de 112 páginas que nos hizo descubrir, por partida doble, la magia tenebrosa de la Cosa del Pantano y el arte único de su ilustrador, Bernie Wrightson.

Aquellas páginas en blanco y negro, a medio camino entre el terror propio de revistas como Creepy y el toque superheroico de DC, se convirtieron en una permanente recomendación entre los tebeoadictos españoles, encantados con aquel mundo de la ciénaga, plagado de referencias al terror de la Universal y al cine de serie B.

En realidad, llegábamos tarde al culto de la Cosa del Pantano. Para empezar, algunos de aquellos cómics ya habían aparecido en revistas de la época ‒les hablo de las postrimerías de la edad dorada del terror‒, y por si ello no bastara, se trataba de un producto muy anterior, editado entre 1971 y 1972.

Para ser más precisos, este entrañable humanoide vegetal nació en las páginas de House of Secrets nº 92 (junio-julio de 1971). Su estreno fue un relato independiente, en la línea que en su tiempo puso de moda Tales from the Crypt y que luego fue prolongada en publicaciones como Eerie.

En realidad, aquel extraño ser, creado por el guionista Len Wein con la ayuda de Wrightson, se inspiraba en un relato clásico de Theodore SturgeonIt! (1940), protagonizado por otro monstruo medio vegetal, medio humano.

Tras su primera aparición en House of Secrets, el antihéroe verde se ganó el favor del público, y muy pronto, pese a las reticencias de sus creadores, dispuso de su propia cabecera, inaugurada con el primer número de Swamp Thing (octubre-noviembre de 1972).

En lo sucesivo, Wein y Wrightson dejaron en libertad todas sus pesadillas, confiriendo a su personaje una identidad única, muy peculiar, inseparable de la herencia pop que emergía en cada guión.

Aquel primer ciclo de 24 aventuras, editado entre 1972 y 1976, ya forma parte de la historia de los cómics, gracias especialmente a los diez primeros números, elaborados íntegramente por Wein y Wrightson. Esa etapa es la que podemos disfrutar de nuevo en esta cuidada reedición, publicada en color, donde seguimos apreciando las muchas cualidades que, en su día, lo convirtieron en un producto adictivo.

Ahora cuesta imaginarlo, pero antes de leer ‒o releer‒ estas viñetas, no es mala idea recordar que su origen tuvo una parte de casualidad. Fue Wein, un guionista sin demasiada experiencia, quien convenció a un deprimido Wrightson, recién salido de una ruptura sentimental, de que tenía la idea perfecta para que ambos trabajasen juntos: una vuelta de tuerca al horror gótico americano, idónea para dejar atrás la melancolía que afligía al dibujante.

Sinopsis

Víctima de un atentado, el bioquímico Alec Holland cae a una ciénaga empapado en un suero agrícola de su invención. La criatura que emerge de las negras aguas no tiene carne ni sangre, sino musgo y cieno. Es la Cosa del Pantano, y trata de recuperar su humanidad enfrentándose a monstruos remendados, científicos desalmados, alienígenas desorientados e incluso al mismísimo Batman en un puñado de aventuras memorables.

«Superman y Batman ‒escribe Enrique Ríos‒ son dos iconos de la cultura popular. Sus aventuras han trascendido todos los medios habidos y por haber y han llegado a los hogares de millones de personas. En un podio ocupado por los personajes DC más mediáticos, estos héroes conquistarían los dos primeros puestos, pero… ¿quién se llevaría la medalla de bronce? de buenas a primeras, la elección obvia es Wonder Woman. (…) ¿Es la Cosa del Pantano la tercera figura más mediática de DC Entertainment? La respuesta es negativa. Aunque Alec se prodiga más que la amazona, sus andanzas pertenecen a un género que no es apto para todos los públicos. Ni tienen la misma repercusión ni son seguidas por la misma cantidad de gente. Por este motivo, el paladín del Verde es un personaje de culto. No es tan conocido, pero sus seguidores lo acompañan adondequiera que vaya. Sea como fuere, es todo un honor ocupar un cuarto lugar en una batalla dominada por los mayores superhéroes del Universo DC. De todas formas, en el mundo del cómic, Holland es mucho más que un personaje de culto. El siempre sorprendente Len Wein se alió en 1971 con Bernie Wrightson para definir a la que posiblemente sea su creación más conocida. Publicaron su primera aventura en una historia corta del nº 92 de House of Secrets. Fue un éxito sin precedentes. A partir de ese momento, el monstruo ha disfrutado de cinco cabeceras y ha llegado a protagonizar unos 250 tebeos. Sus correrías de finales de los ochenta dieron pie al nacimiento de la línea Vertigo. De hecho, Alec fue el rey de este sello durante muchos años. Al final cedió esa posición a John Constantine, un mago nacido en La Cosa del Pantano de Alan Moore. Además, el guerrero del Verde ha tenido el privilegio de haber sido tocado por los nombres más influyentes del medio. A los impresionantes guionistas anteriormente citados, podemos añadir a Grant MorrisonMark MillarBrian K. VaughanAndy Diggle y el reciente Scott Snyder. Entre todos han hecho mucho más que crear un personaje de culto. Han forjado una leyenda.»

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

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Guzmán Urrero

Colaborador de la sección cultural de 'The Objective'. Escribió de forma habitual en 'La Lectura', revista cultural de 'El Mundo'. Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador de las páginas de cultura del diario 'ABC' y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Ha trabajado en el sector editorial y es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.