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«Jardinosofía. Una historia filosófica de los jardines», de Santiago Beruete

La experiencia del tiempo y el espacio, en apariencia tan inabarcable como el propio pensamiento filosófico, deja de parecernos intrincada o contradictoria cuando la repensamos en un jardín, a la vista de los brotes que retoñan y admirando la precisión geométrica de esos parterres que dividen a las distintas especies con rigor matemático.

Quien se acerque a los jardines con sensibilidad suficiente, comprenderá en qué medida son una metáfora de nuestras relaciones con la naturaleza. Unas relaciones de admiración y dependencia, pero también de dominio y sometimiento, como si la domesticación del entorno fuera un rasgo fundamental del ser humano.

Hay mucho más, por supuesto, sobre todo si entendemos que en un jardín podemos experimentar una epifanía: una auténtica revelación que nos lleve a pensar en los secretos de nuestra realidad más sutil.

La creación de jardines tiene una larga y exuberante historia, cuyo significado cultural nos permite añadir cualidades a cada una de las civilizaciones que ha perpetuado esta costumbre, más allá de la simple estética o de los evidentes vínculos entre arte y naturaleza.

Sin duda, la atmósfera de un jardín tiene implicaciones filosóficas que vale la pena analizar a partir de toda esa gama de significados, que como ya apunté, no excluyen disciplinas como la geometría. Y eso es, justamente, lo que se propone Santiago Beruete en este excepcional ensayo, Jardinosofía, que además de repasar la historia de los jardines a la luz de las humanidades, detalla la dimensión simbólica, ética e incluso política de esos espacios verdes en los que reposa nuestra nostalgia del Edén.

«La creación de un jardín ‒nos dice el autor‒ es uno de los más sofisticados medios de expresión cultural. Como toda obra de arte, los jardines traducen la esencia de una época».

En este plano, el libro de Santiago Beruete reúne las distintas imágenes del universo que se han abierto paso a lo largo de la trayectoria humana, y a la vista de cada una de ellas, escenifica ‒siempre desde un collage verde‒ su impacto en la conciencia colectiva.

Jardinosofía es una obra admirable, escrita con inteligencia y delicadeza, repleta de curiosidades que apasionarán a cualquier lector culto. Sin perder ni el rigor ni la amenidad, Beruete nos propone un paseo deslumbrante por nuestra historia y nuestra imaginación, y en el trayecto consigue que la concepción de jardines sea la metáfora perfecta de nuestra propia identidad.

Sinopsis

«Si quieres ser feliz una hora, bebe un vaso de vino; / si quieres ser feliz un día, cásate; / si quieres ser feliz toda tu vida, hazte jardinero». Proverbio chino

Desde los jardines colgantes de Babilonia hasta los huertos ecológicos de las «guerrillas urbanas», el jardín ha sido un reflejo de la sociedad. Quien tiene la suerte de contar con un trozo de verde alrededor de su casa, se enfrenta a una decisión complicada: ¿vallarlo y cultivar coles? ¿Decorarlo con una línea de setos perfectamente recortados? ¿Colocar unos columpios y una fuente? ¿Sentarse allí a mirar el horizonte pensando en la inmensidad del cosmos? Y parecidas preguntas se hacían ya los filósofos presocráticos, los decadentes franceses versallescos y el primer misántropo que se fue a vivir a unas ruinas en medio de un bosque. La forma en que usamos esa «naturaleza domesticada» que son los jardines evoluciona con el mundo, y con cada persona. Y en este libro se narra a través de los jardines de los pensadores, los artistas y los arquitectos de la historia. Una historia que es la de la felicidad, la buena vida y el uso del tiempo y del espacio, en un libro único que habla sobre todo del placer.

Santiago Beruete (Pamplona, 1961) es licenciado en Antropología y Filosofía, y se doctoró en esta última disciplina con una tesis sobre jardines. Ha escrito entre otras obras el ensayo Libro del ajedrez amoroso, el poemario El animal de dos espaldas, la colección de relatos Los furores inútiles y las novelas Para no morir y Sin decir adiós. Vive en Ibiza y, cuando no está en el jardín o escribiendo, imparte clases de Filosofía y Sociología.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

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Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.