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Gertrudis Gómez de Avellaneda y la emancipación femenina

Gertrudis Gómez de AvellanedaTula, como era conocida entre los suyos. Retrato de 1857, salido de los pinceles magistrales de Madrazo. Me fascinan esas manos, bellas, delicadas. Manos que escribieron hermosas poesías, exitosas obras de teatro y, sobre todo, poderosos escritos a favor de la emancipación femenina. Porque Tula, cubana de Camagüey, fue una mujer polifacética. Entusiasta escritora, periodista, dramaturga. Viajera incansable de educación exquisita.

Frente a la imagen de la mujer como esposa fiel, madre solícita, honesta, resignada, discreta, la Avellaneda apuesta por la rebelión femenina frente al poder omnímodo del hombre, proclamando la necesaria dignificación de la mujer. Una actitud contestataria que acabará por costarle muy cara.

1843: En la revista femenina Álbum del Bello Secso, creada y dirigida por Tula, aparece el ensayo «La dama de gran tono». Un ensayo costumbrista, utilizado por la cubana para criticar a las instituciones que fomentan la subordinación femenina:

«La mujer de la sociedad es hechura de esta: buscad a la sociedad y hallaréis a la mujer: estudiad a la sociedad y conoceréis a la mujer. La obra suprema de la naturaleza, la obra de su amor ha sido dislocada, atenazeada, contrahecha por la sociedad; y si queréis retratar esa desfigurada y doliente figura, tal cual ella os la presenta, no intentéis levantar sus velos para buscar las señales de sus formas primitivas, al través de sus formas postizas; porque entonces lloraríais y no pintaríais»

1853: Segura de sí misma, sabedora de sus éxitos literarios y de su sobrada valía, la Avellaneda no duda en presentar su solicitud formal de acceso a la Real Academia Española. Solicitud que es sometida a consideración de los ilustres académicos, todos hombres, por supuesto. Tras siete días de deliberaciones, la respuesta fue contundente:

«El día 10 de febrero se aprobó por votación la exclusión de las mujeres de la Academia, y por unanimidad se acordó que el Director y Secretario, en nombre de la misma, manifestarán a la Señora Avellaneda que la corporación admiraba el ingenio de que tantas y tan variadas pruebas había dado en sus obras literarias y que lamentaba no poder condescender con su solicitud por el acuerdo de carácter general que habían tomado.»

¿Se puede ser más cínico? Francamente, no.

Honra y gloria a Gertrudis Gómez de Avellaneda. Honra y gloria a la cubana Tula, pionera en la creación del periodismo femenino en España. Y olvido eterno a la panda de cafres que decidieron excluirla de la que limpia y da esplendor. Por ser mujer. Por el único e increíble delito de ser mujer.

Copyright del artículo © Mar Rey Bueno. Reservados todos los derechos.

Mar Rey Bueno

Mar Rey Bueno es doctora en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid. Realizó su tesis doctoral sobre terapéutica en la corte de los Austrias, trabajo que mereció el Premio Extraordinario de Doctorado.
Especializada en aspectos alquímicos, supersticiosos y terapéuticos en la España de la Edad Moderna, es autora de numerosos artículos, editados en publicaciones españolas e internacionales. Entre sus libros, figuran "El Hechizado. Medicina , alquimia y superstición en la corte de Carlos II" (1998), "Los amantes del arte sagrado" (2000), "Los señores del fuego. Destiladores y espagíricos en la corte de los Austrias" (2002), "Alquimia, el gran secreto" (2002), "Las plantas mágicas" (2002), "Magos y Reyes" (2004), "Quijote mágico. Los mundos encantados de un caballero hechizado" (2005), "Los libros malditos" (2005), "Inferno. Historia de una biblioteca maldita" (2007), "Historia de las hierbas mágicas y medicinales" (2008) y "Evas alquímicas" (2017).