Certidumbre, austeridad y transparencia parecen consejos de un gobierno a la banca en tiempos de crisis. Y, sin embargo, son atributos del arte clásico, frente a los excesos bajamente románticos de la desmesura, el caos y la turbulencia que caracterizan a los alocados financieros y a los artistas de la improvisación.
Dusek puede encarnar la doctrina clásica en los albores de la moderna música para piano. No casualmente lo pasan y repasan los estudiantes del teclado desde hace dos largos siglos.
La carrera de Franz Xavier Dusek o Dussek fue sólida, modesta y penumbrosa, ya que permaneció en Praga, donde albergó a Mozart en el dichoso viaje para estrenar Don Giovanni, y no figuró en los programas que consagraban la fama en París, Viena y Londres.
Si bien en su catálogo, que va siendo recuperado con lentitud y sagacidad por las firmas grabadoras, hay influencias identificables como el estilo galante italiano del tardobarroco y la elegancia igualmente posbarroca de la escuela berlinesa –en especial, la herencia de la familia Bach– Dusek añade un primor suyo muy personal: el descubrimiento de la música para teclado concertante, de la cual estas obras son deliciosas muestras.
Hay aquí uno de los primeros exploradores del piano moderno, un hombre de sensata ciencia compositiva, con un aquilatado sentido de las proporciones, que trabaja con lo mínimo y lo más luminoso del material sonoro, equilibrando solista y masa en varios dechados de maestría racional.
Disco recomendado: Frantisek Xaver Dusek (1731-1799): Conciertos para piano y orquesta Karel Kosárek, piano. Orquesta de Cámara de Praga / ETCETERA / Ref.: KTC 1369 (1 CD)
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