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«El espectador es el protagonista», de Daniel Tubau

Todo el mundo, en todas partes, está deseando escuchar buenas historias. Y para que esas historias se inscriban cómodamente entre nuestros recuerdos, hace falta que el fuego del campamento siga encendido. En otras palabras, necesitamos buenos narradores, especialmente en el dominio que ahora tiene más trascendencia: el audiovisual.

Este es un libro que explica cómo se cuentan esas historias, cómo se deben fabricar, y lo más importante: qué hace que de ellas extraiga el espectador una realidad simbólica, una emoción o un compromiso vital.

El de guionista es un sufrido oficio. Los libros de estilo no aclaran cómo se alcanza la grandeza. Todo lo más, propician la emulación de ciertos criterios básicos, ordenan las claves arquitectónicas de un buen relato y reconocen el porqué de unas cuantas reglas. A veces, el aspirante adquiere esos manuales con el corazón encogido, por ver si su borrador encaja en un esquema de probado éxito ‒el viaje del héroe‒ o si anda sobrado de artificios injustificados.

En realidad, a la hora de enfrentarse a la escritura, las dudas son la norma, por mucho que luego exista un listado de criterios fundamentales, desarrollados a lo largo de las décadas y transmitidos a través de varias generaciones.

Imagen superior: secuencia de «Adaptation» (2002) en la que Robert McKee (Brian Cox) interviene en un seminario para guionistas © Good Machine, Intermedia Propaganda Films, Columbia Pictures.

Después de haber leído algunos textos sobre la materia ‒El guión, de Robert McKee es mi predilecto‒, comprendo cómo les resulta tan difícil a muchos esto de narrar fotogramas. Y precisamente por eso me parece tan importante el ensayo de Daniel Tubau que motiva estas líneas. Para empezar, porque despeja el panorama, repasando las verdaderas necesidades del guionista, y sobre todo, prescindiendo de esa exuberancia analítica que ha convertido el acto de escribir para la pantalla en la búsqueda de un rastro de piedras blancas en mitad de un frondoso bosque.

El título no es una decisión de mercadotecnia. Este texto se llama así porque, en definitiva, todo consiste en activar el mecanismo intelectual y sensible del espectador. No en vano, el mejor atributo del escritor, más allá de su dominio del léxico, del ritmo o de la estructura, es su habilidad para interpelar al auditorio.

Naturalmente, todo ello se traduce en consejos y en recursos esenciales para hilvanar una sólida historia. Para exponerlos de la mejor forma, Tubau hace acopio de un amplio catálogo de saberes narratológicos, literarios, antropológicos, filosóficos y psicológicos. En realidad, esa ampliación del panorama de conocimientos hace que el humanismo, en su concepción clásica, se perfile como el horizonte más recomendable para quien escribe guiones.

«Un  guionista ‒nos dice el autor‒ debería dedicar gran parte de su tiempo y de sus energías a mirar fuera del mundo audiovisual, es decir, no limitarse a copiar lo que ve en formato audiovisual (películas, series y programas de televisión o contenidos alojados en internet), sino observar el mundo interior, el mundo exterior y los mundos múltiples de la fantasía y la imaginación».

A propósito de este último aviso, cabe añadir que, si bien El espectador es el protagonista es una lectura muy aconsejable para los profesionales del cine, la publicidad y la televisión, su lectura me parece igualmente provechosa para cualquiera que tenga la necesidad de transmitir información o reflexiones en forma de relato.

Desde el conferenciante hasta el periodista, pasando por docentes, coachers y planificadores de marketing, se me ocurren muy diversos oficios para los que esta obra será un manual de enorme utilidad.

Escrito con inteligencia, rigor y pasión, El espectador es el protagonista es un ensayo muy innovador, que se lee con un interés que nunca decae. Al avanzar por sus capítulos, he recordado una anécdota que cuenta McKee. Durante una reunión  con Stephen Hawking, le dijo que estaba apasionado por el concepto del Big Bang… a pesar de no haber leído un solo libro o artículo del famoso científico. Lo cual me lleva a pensar en lo mucho que hoy nos atraen las historias del cine o la televisión, y en lo fructífera que será esta lectura para todos aquellos que, pese a este fervor cinéfilo o televisivo, nunca han disfrutado de un ensayo que examine las costuras de su arte favorito.

Sinopsis

Desde hace décadas los guionistas han examinado la estructura de sus guiones pensando en las cosas que pueden sucederle al protagonista, olvidando que lo que realmente debe preocupar a un narrador es lo que le sucede al espectador. La obsesión por destripar estructuras y actos, rastrear motivos y significados o mirar solo e n el mundo audiovisual, ha logrado que la escritura de guión se haya convertido en un proceso aburrido, fatigoso y previsible, más propio de analistas y críticos que de creadores.

Daniel Tubau, de acuerdo con los aires de renovación propiciados por los creadores o showrunners de las nuevas series de televisión, propone airear el cuarto mal ventilado de la escritura de guión y dejar que entre el aire fresco del gran arte narrativo. Frente a los trucos fáciles, las estructuras férreas y las fórmulas al uso, con una mezcla equilibrada de humor, ingenio y rigor, Tubau recuerda la riqueza de recursos que tiene a su disposición cualquier guionista.

El espectador es el protagonista es a la vez un manual y un antimanual. Su autor no se limita a examinar los errores difundidos por los gurús del guión, sino que también ofrece herramientas, como el método empático, para hacer frente a los desafíos narrativos. Un libro perspicaz en el diagnóstico, innovador en el aspecto teórico y muy estimulante en lo práctico, con el que tanto el guionista profesional como cualquier narrador descubrirá o recuperará el placer de escribir.

El espectador es el protagonista

Daniel Tubau

Alba Editorial

ISBN 9788490651315

Nº de páginas: 268 págs.

Encuadernación: Tapa blanda

ISBN: 9788490651315

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de la sinopsis © Alba Editorial. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.