Si en algún momento del año uno piensa que su dieta de lecturas tiene pocas proteínas (léase acción, violencia y golpes de efecto), este cómic es muy recomendable para recuperar el vigor. De hecho, y aunque la metáfora que voy a usar esté muy gastada, se trata de toda una descarga de adrenalina.
Nick Hornby menciona esta interesante teoría de Dave Eggers: escuchamos la misma canción, una vez tras otra, porque necesitamos «solucionarla» emocionalmente. Creo que lo mismo sucede con las aventuras del Castigador escritas por Garth Ennis entre 2004 y 2009.
Conocemos sus ingredientes. Conocemos la compacta identidad del protagonista. Conocemos sus métodos y el modo en que rellena los vacíos con explosiones y disparos a quemarropa. Y pese a todo ello, leemos estos tebeos ‒una, dos, tres veces‒ con el convencimiento de que Ennis es un virtuoso que, más allá de los estereotipos, brinda significación cultural a todas las misiones de Frank Castle.
Dicho de otro modo, estos cómics son un divertimento, pero también algo más. Sin pensarlo demasiado, podríamos situarlos en el mismo estante de nuestra librería donde se ordenan los libros de James Ellroy, Jim Thompson o Mickey Spillane. En realidad, tengo la impresión de que Ennis también podría convertir este material en novela, más allá de que el resultado en cómic sea tan atractivo e intenso.
Admirablemente acompañado por el dibujante Dougie Braithwaite y por el entintador Bill Reinhold, el guionista nos propone en Madre Rusia (2005) un relato que atrapa desde la primera viñeta. Esta vez, Nick Furia, el director de S.H.I.E.L.D., se encuentra Nueva York con Castle, el único tipo capaz de llevar a término una misión imposible: infiltrarse en una instalación nuclear rusa con el fin de recuperar un arma bioquímica. Un virus que, sin adelantarles más detalles, marca el destino de una pobre cría de seis años.
Madre Rusia, aunque ambientada en nuestro tiempo, nos recuerda el subgénero de los thrillers de la guerra fría. Por si ello no bastara, tiene algún que otro detalle sentimental, gracias al cual recordamos ‒¿alguien lo había olvidado?‒ que Frank Castle no es una máquina de matar por razones genéticas, o por un condicionamiento perverso, sino por haber perdido de forma traumática a su familia.
Encontrarse en Madre Rusia con el Castigador ‒a la vez, implacable y compasivo‒ es toda una alegría para sus seguidores. Es más, me atrevería a elegir esta aventura como una de las más redondas de todas las escritas por Ennis pensando en este carismático personaje.
Sinopsis
Contiene MAX: Punisher 13-18 USA
¡Con Madre Rusia, una nueva aventura completa del Castigador a cargo del guionista que mejor ha sabido entender a Frank Castle! Nick Furia tiene un trabajo en Rusia. Es el tipo de misión suicida que cualquier hombre en su sano juicio rechazaría sin pensárselo ni un minuto. Esa es la razón por la que el director de SHIELD necesita al Castigador. Buscando un peligrosos retrovirus cuya venta en el mercado negro podría poner al mundo contra las cuerdas, Castle se infiltra en un silo nuclear… ¡Donde le espera el Mongol!
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