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El arte de Dave McKean

A Dave McKean le domina un talento de tal calibre que no se conforma con dedicarse al cómic y a la ilustración. De ahí que este creador de sueños se haya forjado una personalidad independiente como portadista, diseñador gráfico, cineasta, músico y fotógrafo.

De niño, McKean (29 de diciembre de 1963, Maidenhead, Berkshire) no era de los que pasaban desapercibidos. Talento y originalidad: con estas dos cualidades siempre a mano, quiso realizar su mejor marca personal en una disciplina mixta que pocos artistas ponen en práctica. Me refiero a esa variedad de actividades complementarias que, no nos engañemos, hacen de él un hombre del Renacimiento (Como saben, cierta elite inglesa es popular por esa clase de empeños).

Con todo, nuestra historia comienza con un fracaso. Sucedió en 1986, cuando McKean viajó a Nueva York y ningún editor de cómics quiso editar su trabajo. Fue entonces cuando este admirador de Francis Bacon y de Jackson Pollock se asoció con el escritor y guionista Neil Gaiman, junto a quien ideó una revista que no llegó a editarse, Borderline

Poco después, realizaron en equipo el trabajo que les dio a conocer en el mundo del cómic: Violent Cases (1987).

En una entrevista con Joseph McCabe, el ilustrador habla de esta etapa: «Yo estaba escribiendo y dibujando dos historias, Going to California, cuyo primer capítulo ya tenía terminado, y The Fox, de la que también había terminado el primer capítulo. Me gustaba lo que tenía entre manos por aquel entonces, y tengo que admitir que me alegro de que no viera la luz. Pero Neil sugirió que hiciéramos algo juntos y él tenía Violent Cases. Lo había escrito en un taller de escritura. La comunidad de escritores de fantasía y ciencia ficción es verdaderamente reducida, y él estaba muy metido en todo aquello».

Gaiman escribió los textos de su siguiente colaboración, Orquídea Negra (1988), y DC encargó a McKean las portadas de Hellblazer, realizadas con una técnica tan variada como sorprendente, y próximas al expresionismo de Bill Sienkiewicz.

El triunfo de crítica y público que sonrió a The Sandman consagró a Gaiman y dio un impulso definitivo a la carrera de Dave McKean, autor de las asombrosas portadas que dieron identidad a la serie.

Con guión de Grant Morrison, realizó luego una excepcional novela gráfica protagonizada por Batman: Arkham Asylum (1989). «Me fascinaba –dice– la idea de hacer Arkham Asylum y pasar un tiempo tratando de imaginar algo que fuera descabellado y que desbancara a esos personajes tan rimbombantes y volver a un tipo de protagonista más mitológico. Y sólo cuando piensas en ello a posteriori comprendes que lo que escribió Grant, todos los niveles que introdujo, y todo ese bagaje visual que yo incorporé está basado en un fundamento minúsculo, y ese fundamento es Batman».

Entre 1990 y 1996, McKean completó su proyecto más personal, Cages, en el que recurrió al entintado con unos efectos narrativos que lo asemejan a creadores como el maestro argentino Alberto Breccia.

De nuevo junto a Gaiman, elaboró la novela gráfica Signal to Noise (VG Graphics, Dark Horse, 1992) y el cómic gótico Mr. Punch (Norma Editorial, 2001).

Para entonces, ya era popular como diseñador de portadas de libros, ilustrador en la prensa (sobre todo en las páginas de The New Yorker) y autor de cubiertas de CDs para artistas y grupos como Tori Amos, Alice Cooper, Bill Bruford and Earthworks, Dream Theater, Michael Nyman, Suicide Silence, Testament y Toad the Wet Sprocket.

En muchos de esos trabajos, demuestra su habilidad en el campo de la fotografía digital: un oficio puesto de manifiesto en volúmenes como A Small Book of Black and White Lies (1995) y Option: Click (1998).

Su primera película como realizador, MirrorMask, se estrenó en el Festival de Sundance en 2005. Con guión de Neil Gaiman, la cinta fue producida por los Jim Henson Studios y viene a ser una extraña versión de los universos de Lewis Carroll, resuelta en buena medida a través de la animación digital.

En su faceta de ilustrador de libros infantiles, McKean también ha sido fiel a Gaiman, junto al que firmó títulos tan memorables como El día que cambié a mi padre por dos peces de colores (Norma Editorial, 2002), Coraline (Salamandra, 2003) y Los lobos de la pared (Astiberri, 2004). Su colaboración continúa, y sin duda, aún tiene que depararnos muchas sorpresas.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de las ilustraciones © Dave McKean. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.