Una mancha de tinta negra se extiende sobre el mapa de Venecia. Es la huella de la peste, y de las continuas guerras. Es la sombra de una edad oscura que va a empezar a disiparse con la luz y los colores que trae a la ciudad de los canales un joven artista nacido al pie de las Dolomitas.
Este vistoso documental sobre la vida y la obra del pintor Tiziano Vecellio, expone con sutileza y ritmo pausado los detalles más significativos de la biografía del pintor, pero muy especialmente de su talento, de su natural sensibilidad, y de su innovador legado artístico.
Diversos expertos, historiadores, y artistas como el escultor Jeff Koons, van trazando con pincelada fina las líneas que definen los rasgos del maestro renacentista. Detalles como su pasión por la belleza de la mujer -y en concreto de su esposa y musa Cecilia-, sus virtudes en el novedoso empleo del color y de la luz, o el misterioso equilibrio entre idealización y naturalismo con el que retrata el cuerpo desnudo femenino, nos van describiendo la materia de que se compone el alma del genio.
El documental hace repaso detallado de algunas de sus más destacadas obras. «Amor sacro y amor profano», la pureza del blanco en oposición al rojo de la pasión; «La asunción», obra pública religiosa dedicada a la Virgen María, concebida como un espacio escenográfico; la sensual «Venus de Urbino», o «El tributo de la moneda», oleo sobre tabla donde Tiziano representa una semblanza de Jesús que Sigmund Freud definiría como «la imagen definitiva de Cristo».
Pintor de corte, Tiziano pintó para príncipes, inquisidores, papas y emperadores, como Carlos V, quien se agachó a recoger un pincel que al artista se le cayó de la mano mientras esbozaba el retrato del monarca. A fin de cuentas, «emperadores hay muchos, y Tiziano sólo uno».
La obra del veneciano se va consolidando en el estudio de la escultura clásica, y en el empleo de la mitología como motivo alegórico. Alternando encargos para la iglesia y los grandes mecenas, va perfeccionado el retrato que hace de su gran icono y foco de atención, que es la figura de la mujer, a la que pinta -ya sea una ninfa o la Virgen María-, «rubia, rosa y carnal», sensual y digna, natural e idealizada, erótica y libre, concediéndole un espacio social propio, una imagen de lo que hoy llamaríamos una mujer empoderada.
El estilo del documental resulta plásticamente elegante, sin excesos, ágil y didáctico en su contenido. Quizá pueda adolecer de algún efectismo más cinematográfico, ya que se presenta en la gran pantalla, pero se degusta con agrado, centrándose, a fin de cuentas, en la propia elocuencia de la maravillosa obra pictórica del artista, vista y analizada en detalle. «Alumbra un camino nuevo», «una explosión de luz», «al menos dos siglos de pintura europea son impensables sin el ejemplo de Tiziano«, son sentencias que nos van ofreciendo los expertos, y que definen lo revolucionario e influyente que resultó en su tiempo la pintura del maestro veneciano.
Tiziano, el imperio del color es un documental hermoso y delicado, que nos presenta con rigor y sin artificios el mundo de quien es sin duda uno de los más grandes artistas de la historia. Su visionado acaba estimulando el deseo de acudir al Museo del Prado tan pronto como uno abandona la sala, cosa que recomiendo hacer por ese orden.
Aprender, crear, enseñar (se nos explica), fueron cronológicamente las tres etapas que definieron su trayectoria artística. Y sentir, como muy atinadamente confiesa el artista Jeff Koons en su estudio cerrando el documental: «Lo que he aprendido de Tiziano es a abrirme al mundo sin reservas, y sentir libremente».
Sinopsis
Dirigida por Laura Chiossone (Tra cinque minute in scena) y Giulio Boato (Shiro Takatani: Between Nature and Technology), la película de arte repasa casi un siglo en la vida del artista que se ganó el respeto de papas y emperadores convirtiéndose en uno de los artistas que simbolizó todo el Renacimiento.
Un artista extraordinario y un brillante emprendedor, tan innovador en la composición de una obra como en saber venderla. En apenas unos años Tiziano se convirtió en el pintor oficial de la República de Venecia y también en un gran artista cotizado por las cortes más ricas y famosas de Europa. Incluso Carlos V y su hijo Felipe II cayeron rendidos ante su arte. Al interpretar la religión y la mitología a la perfección y mostrar un poder expresivo inmediato como retratista, dominó los tiempos en los que vivió, eclipsando a sus contemporáneos, permaneciendo siempre fiel a su lema: «el arte es más poderoso que la naturaleza».
En Tiziano, el imperio del color expertos internacionales, críticos, académicos y artistas describen la vida del artista, su estilo, su temperamento y ambiciones, pero, sobre todo, nos describen la Venecia renacentista, que, a lo largo de la vida del artista, seguiría siendo la base que utilizaría para conquistar y crear un «imperio del color».
Copyright del artículo © Fernando Mircala. Reservados todos los derechos.
Copyright de imágenes y sinopsis © Gebrueder Beetz Filmproduktion, Kublai Film, Zeta Group. Distribuidora: Dean Medias, Nexo Digital. A Contracorriente Films. Reservados todos los derechos.