Aunque una persona no haya leído un cómic en su vida, aunque no sepa lo que es un cómic, aunque tenga noventa años o cinco, sabe quién es Superman. El héroe de tebeo del cual derivan los demás vuelve a la pantalla en una especie de secuela-remake del film de Richard Donner. Las películas no deberían juzgarse comparándolas con otras, aunque todos caigamos en ese error, pero en esta ocasión es casi imposible no hacerlo.
El primer motivo es porque Bryan Singer plantea su Superman como un rendido homenaje a aquel mítico título, recurriendo a cosas como a decorados idénticos, caracterizaciones calcadas, reutilización de la fanfarria de John Williams, misma tipografía para los créditos, una reaparición de Marlon Brando, una amenaza geológica tramada por un esperpéntico Lex Luthor y un actor principal de razonable parecido físico con Chris Reeve, del cual imita gestos e incluso aquella magnifica sonrisa.
La segunda razón por la que no se puede evitar la dichosa comparación tiene más que ver con el asunto de los sentimientos. Cualquiera que naciera cuando el cadáver de Franco estaba aún calentito recordará las aventuras del Hombre de Acero como algunas de sus primeras experiencias cinematográficas. La popularidad de aquellas aventuras iniciales de Kal-El fue enorme, y yo diría que en España había más merchandising de estos filmes que Star Wars. Bien es cierto que las películas de Donner y Lester han envejecido peor que las de Lucas, no solo por sus ahora toscos efectos especiales, sino más bien por el humor infantil y desdeñoso que exhibían, con una actitud algo despectiva respecto al noveno arte. Pero aún así, el elemento nostálgico es muy poderoso.
Si analizamos Superman Returns fríamente, es una película mejor en varios aspectos. Lo más destacable es la dirección de Bryan Singer, que alcanza cotas magistrales en algunos momentos, como el insospechado dueto musical entre el hijo no reconocido de Superman (sí, parece ser que el útero de Lois aguantó las acometidas de kriptoniano. Te lo digo a ti, Kevin Smith) y un villano, escena esta llena de humor y suspense al puro estilo Hitchcock. También es impresionante la subida estratosférica del héroe en busca de energía solar, un momento poderosamente poético donde la banda sonora (John Ottman complementa maravillosamente a John Williams) y los magníficos efectos digitales juegan sus mejores bazas.
Respecto al guión, como no podía ser de otra manera en la época de los superhéroes post-Frank Miller, da una visión más madura y seria sobre los conflictos del personaje, condenado a ser un dios entre mortales, atado a una misión y un pasado que le dan razón de ser pero que le niegan una auténtica identificación con esos seres humanos a los que proteje y con los que ha de convivir (aquí todos queremos lo que no podemos tener, está claro). La compleja relación con Lois se vuelve más problemática por culpa de un molesto tercer hombre (James Marsden, condenado a ser el estorbo amoroso de superhéroes. Primero Lobezno y ahora Superman), y un niño que enfrenta al tipo de azul con un freudiano cacao mental sobre la figura del padre.
Los actores, cosa sorprendente, llevan la carga de re-interpretar tan icónicos personajes con razonable soltura, si bien Kevin Spacey y Parker Posey han de encarnar a unos personajes poco agradecidos. Y es que Lex Luthor ya ha sido utilizado demasiadas veces (hubiera estado mejor un villano tipo Brainiac, Doomsday o incluso Bizarro), y la nueva compañera tonta de Lex no es más que un prescindible avatar de la señorita Teschmacher, pero con otro nombre.
En la parte negativa, Superman Returns se hace un poco larga. No tanto por su duración (que ahora en verano se agradece, bendito aire acondicionado) sino porque el climax es muy repetitivo. Es algo así como «Superman va tal sitio a salvar a Lois. Lois vuelve al mismo emplazamiento para rescatar a Superman (una secuencia maravillosa, por cierto). Superman vuelve al dichoso lugar para salvar al mundo)».
Y, quizá, lo más importante… la película es demasiado sería. Sí, ya sé que antes he dicho que el humor de guardería de las cintas anteriores ha envejecido mal, pero poseían un innegable espíritu simpático y divertido, incluso eufórico (quizá era que las vimos con cinco años, eso siempre ayuda). En cambio, Superman Returns está impregnada de un aire triste. No deprimente, simplemente triste, quizá melancólico. Y si en algo se ha diferenciado mi amado Batman de su amigo-pese-a-todo Superman es que el Señor de la Noche es quien carga con el mal rollo y la oscuridad.
Aun así, un nuevo aplauso para Warner/DC Comics, quienes están demostrando solidez y seriedad a la hora de adaptar el mundo de las viñetas en películas tan destacables como Batman Begins, V de Vendetta y este elegante retorno-homenaje.
Sinopsis
Superman (Brandon Routh) ha emprendido un viaje para visitar los restos de su planeta de origen, Krypton. Cuando su nave espacial regresa a la Tierra, han pasado cinco años. En ese tiempo, el mundo ha aprendido a vivir sin el superhéroe, al igual que Lois Lane (Kate Bosworth), ahora madre de un niño y compañera sentimental de otro periodista del Daily Planet.
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