Uno empieza a sospechar que, en la franquicia Hombres de negro, las entregas que merecen la pena son las impares. La causa no es numeral, claro está. Radica en la desvergüenza.
La primera película de 1997 fue dirigida por Barry Sonnenfeld y, algo que casi siempre se olvida, estaba basada en el cómic de Lowell Cunningham y Sandy Carruthers, cuyos derechos posiblemente hayan tenido mucho que ver en la realización de esta última entrega. Tanto aquella cinta como Men in Black 3 (Barry Sonnenfeld, 2012) lanzaban ideas locas y buscaban la diversión mediante sorpresas estrambóticas. En cambio, Men in Black 2 (Barry Sonnenfeld, 2002) y MIB: International no se atreven a ir más lejos que el film original. Ambas plantean la pura repetición de la fórmula y de las ocurrencias derivadas, con lo cual pierden toda la chispa.
Este cuarto largometraje se plantea como un reboot, es decir, un nuevo comienzo con nuevos parajes y personajes. En esta ocasión, salimos pronto de Nueva York para trasladarnos a Londres, y a partir de ahí, el film cambia de localizaciones cual película de James Bond.
Como estrellas principales tenemos a los dos asgardianos favoritos del público actual: Tessa Thompson y Chris Hemsworth, guapos, con talento y con una vis cómica (lo comprobamos en Thor: Ragnarok) que, ay, nunca llega a ser explotada totalmente en la película.
El film transcurre sin demasiadas catástrofes, ni narrativas ni visuales, pero nunca llega a aportar una idea novedosa (todo lo más, un ajedrez viviente) que sea memorable. Y es que cualquier espectador sabe por dónde van a transcurrir los tiros desde el minuto uno. Lo normal sería decir que no hay que pedirle mucho más a un film veraniego de estas características, pero si renunciamos a la diversión genuina para conformarnos con el entretenimiento anodino, los fabricantes de cine comercial no se van a esforzar lo más mínimo.
Men in Black: International se ve sin más. En algún momento genera una ligera sonrisa (cortesía de Emma Thompson), pero por lo general avanza por mera inercia, y al poco rato de finalizar, uno se pregunta si en los créditos finales le han aplicado el neuralizador: ese artefacto con el que los hombres de negro borran los recuerdos.
Sinopsis
Los Hombres de Negro se han extendido por el mundo entero, pero también lo ha hecho la escoria del universo. Y para mantenernos a salvo, el condecorado Agente H (Chris Hemsworth) y la novata Agente M (Tessa Thompson) formarán una extraña pareja que podría funcionar. Mientras se enfrentan a una nueva amenaza alienígena que toma la forma de cualquiera, incluida la de los Hombres de Negro, estos deberán unir fuerzas en una aventura mundial para salvar la agencia y al mundo entero.
Como bien sabe la legión de seguidores en todo el mundo, los Men in Black son una agencia gubernamental cuyo objetivo es establecer contacto con extraterrestres. El MIB autoriza, monitoriza y controla la actividad alienígena en la Tierra, protegiendo al planeta de maneras que los ciudadanos no pueden ni imaginarse y nunca sabrán, y tratando a los alienígenas que llegan como inmigrantes refugiados. Armados con la tecnología extraterrestre más puntera, su aparato más útil es el neuralizador, un dispositivo del tamaño de un bolígrafo que emite un haz de luz que borra la memoria de aquellos que han tenido contacto alienígena, manteniendo la secreta existencia del MIB como un rumor, reconocible sólo como un déjà vu y despachado igual de rápido.
Mientras que ese mito es fundamental en la nueva película, los cineastas de Men in Black: International lo expanden y añaden nuevos elementos. «Estamos en el mismo universo que en las primeras películas, pero ya no estamos limitados al entorno de la ciudad de Nueva York, donde se basan las primeras tres historias» señala el productor Walter F. Parkes. «Tenemos un nuevo toque internacional, nuevos personajes y acompañamos a la nueva recluta del MIB, conocida como M (Tessa Thompson), al formar equipo con un agente de élite en la misión más grande y compleja de la organización».
Conocemos a M como una niña llamada Molly, que junto a sus padres, se topa con unos visitantes de otro mundo. Después de evitar que el MIB le borrara la memoria, Molly se obsesiona con descubrir la verdad sobre los alienígenas en la Tierra y los misteriosos hombres trajeados que aparecieron en su casa poco después de su encuentro. Se pasa entonces todo su tiempo buscando respuestas y años más tarde descubre las oficinas del MIB en Nueva York. Impresionada con las habilidades detectivescas de Molly, quien acaba siendo la única persona en la historia en irrumpir en la sede sin invitación, la Agente O (Emma Thompson) le convierte en agente y le asigna una nueva identidad: M.
Chris Hemsworth es el Agente H, muy admirado dentro del MIB por sus habilidades y por su buena apariencia. Años atrás, H y otro agente, T (Liam Neeson), salvaron al mundo de una amenaza alienígena. H lleva vanagloriándose desde entonces, y según algunos se ha relajado y confiado un poco. «H se siente empoderado y con derecho a hacer lo que quiera» observa Hemsworth. «Tiene demasiada confianza en sí mismo así como demasiado sentido del humor, y prefiere no seguir las reglas. Esto molesta un poco al resto de los agentes, así que hay algo de fricción en el MIB de Londres. H lleva saliéndose con la suya un tiempo, así que le toca una llamada de atención».
«H es encantador y puede salirse con la suya con un guiño y una sonrisa, incluso cuando maneja el arma insignia del MIB, el de-atomizador Serie 7» observa Parkes. «De alguna forma ha perdido el camino, y la historia trata sobre cómo él y M sacan lo mejor del otro».
«Chris es perfecto para el personaje de H» añade la productora Laurie MacDonald. «Es carismático, autocrítico y gracioso, y no hay mucha gente así. También tiene un encanto natural, buenos instintos para la comedia y cuando se junta con otras estrellas entiende cual es su puesto en pantalla».
El diseñador de producción Charles Wood, quien ha diseñado los mundos de varias películas del universo Marvel, incluyendo Vengadores: Endgame, Dr. Strange (Doctor Extraño) y Guardianes de la Galaxia, se enfrentó a un reto único con Men in Black: International: honrar el aspecto de las películas originales mientras avanzaba hacia direcciones más arriesgadas, y como bien indica el título, con un toque más internacional.
En ese aspecto, los cineastas añadieron color y se expandieron del entorno neoyorkino de las primeras tres películas. Los Hombres de Negro existen por todo el mundo, lo que significa que hay alienígenas por todos lados. «La forma más natural de explicar esto era mediante los sitios que nuestros personajes visitan» explica Wood. «Viajamos de las oficinas del MIB en Nueva York a las de Londres, y de ahí a los desiertos marroquís y a las aguas del Mediterráneo».
«El diseño de las películas anteriores está basado en el modernismo de principios de los 60 que surgió en Estados Unidos con la Expo de Nueva York» añade Parkes. «Para esta película, nos basamos en la arquitectura clásica británica, en el increíble Art Deco tradicional de los años 40 y 50, un modernismo que tiene cierta majestuosidad. Es un estilo con más texturas que el americano en Men in Black de austeros blancos. Esta tiene un toque más clásico, elegante e histórico».
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