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Crítica: «Thor: Ragnarok» (Taika Waititi, 2017)

¿Recuerdan en qué consiste el glam, no? Todo comenzó en 1971. Música pegadiza, riffs de guitarra, toques de music-hall, vestuario extravagante, maquillaje, dandismo y mucha ambigüedad. Aquel estilo se encarnó en Marc Bolan y T.Rex, en David Bowie, The Sweet y Gary Glitter. El invento triunfó, por supuesto, y luego fue derramando su purpurina sobre otras corrientes musicales, empezando por el rock operístico de Queen.

Al llegar a lo más alto del sonido disco, los Jackson Five y Earth, Wind & Fire lucieron los brillos retrofuturistas del glam, y por las mismas fechas, hicieron lo propio genios del rock progresivo como Yes o Emerson & Lake & Palmer. De esa manera, el nuevo glam ‒un glam globalizado‒ fue transformándose en un fenómeno multidimensional y maleable, que incluso acabó rebasando las fronteras de la música. Quien mejor lo entendió fue el bajista de Kiss, Gene Simmons, que se empeñó en mostrar al grupo como un equipo de superhéroes en la portada de Destroyer (1976).

Y como el glam siempre se abre paso en los mejores momentos, no me sorprende encontrar en Thor: Ragnarok cualidades como las que ya he mencionado: humor, maquillajes pintorescos, vestuario excesivo, colores muy vivos y cierta ambigüedad, todo ello encajado en una aventura bien resuelta, que en ningún momento oculta su condición de tebeo.

El caso es que uno ve la película de Taika Waititi con la misma sensación chispeante con la que, en otro tiempo, escuchábamos «The Ballroom Blitz», de los Sweet. El propio Waititi ha afirmado que se imaginaba el film con una banda sonora de Queen. En este sentido, Thor: Ragnarok es la antítesis del Batman de Nolan: una fiesta, tan previsible como la mayoría de las fiestas, pero animada por las sonrisas, las visitas inesperadas y la buena compañía.

Si no subrayamos sus homenajes a Jack Kirby, la película es antes una comedia que un film de superhéroes, y en ningún momento se toma demasiado en serio. Lo cual, me imagino, será incómodo para quienes creen que los cómics de mutantes son la cima de la cultura occidental, y se molestan en otorgarles una trascendencia que nunca buscaron, ni siquiera en el propio ámbito del noveno arte.

Thor: Ragnarok propone diversión. Simple y llanamente. Y para ello se vale del talento cómico de Chris HemsworthMark RuffaloTom Hiddleston y el bueno de Jeff Goldblum, que convierten el film en una oportunidad para demostrar lo mucho que valen.

Tan flexible como ellos es Cate Blanchett, que aquí da vida a una villana imperial, tan excesiva como si acabara de salir de una viñeta de los setenta.

Insisto en que la irreverencia no será del gusto de todos. A diferencia de lo que sucedía hace décadas ‒aclaro que yo crecí leyendo cómics de Novaro en los que Batman era feliz y disfrutaba de un apacible matrimonio‒, los tebeos de superhéroes se han empeñado en buscar una solemnidad y una oscuridad que algunos nunca hemos entendido del todo. Quizá por eso, agradezco tanto el tono divertido y bullicioso de esta producción, que quizá no sea una obra maestra, pero que me ha hecho pasar un rato estupendo.

Sinopsis

En Thor: Ragnarok de Marvel Studios, Thor está preso al otro lado del universo sin su poderoso martillo y se enfrenta a una carrera contra el tiempo. Su objetivo es volver a Asgard y parar el Ragnarok porque significaría la destrucción de su planeta natal y el fin de la civilización Asgardiana a manos de una todopoderosa y nueva amenaza, la implacable Hela. Pero primero deberá sobrevivir a una competición letal de gladiadores que lo enfrentará a su aliado y compañero en los Vengadores, ¡el Increíble Hulk!.

La película más reciente de la franquicia Thor titulada Thor: Ragnarok, continúa el linaje de aventuras épicas narradas en los dos éxitos anteriores de la franquicia (Thor de 2011 y Thor: El mundo oscuro de 2013 que, en su conjunto recaudaron más de 1.100 millones de dólares en las taquillas de todo el mundo).

La tarea de encontrar una nueva historia que dotara de contenido a las siguientes hazañas de Thor comenzó con un análisis de la historia del personaje, tal y como explica el productor Kevin Feige: «Los personajes secundarios de Thor, su lista de villanos y el drama familiar que se produce entre Loki y Odín, nos brindan algunos de los argumentos más ricos de cualquiera de los personajes de Marvel».

Y añade: «Con una tercera aventura de Thor, queríamos hacer algo muy, muy diferente a Thor: El mundo oscuro, con nuevos personajes, nuevos villanos y nuevas localizaciones para esta nueva aventura. Nos encanta sorprender al público y mostrarles hasta qué punto puede cambiar el tono de una franquicia».

En la mitología nórdica, Ragnarok, quiere decir «el fin del mundo, el Apocalipsis, Armagedón», explica el director Taika Waititi. «Pero, creo que lo que Ragnarok significa un renacimiento. Es el comienzo de un nuevo ciclo. Un nuevo ciclo en la vida del mundo o de los reinos del universo. Lo interpreto como la destrucción de lo viejo y el renacimiento de lo nuevo».

El productor Feige contrató a Taika Waititi, un nativo de Nueva Zelanda, para dirigir la tercera entrega de Thor porque le interesaba el estilo particular de Waititi y lo que podía aportar a la franquicia. «Buscábamos un realizador que nos ayudara a redefinir el tono de lo que podría ser una película de Thor», explica Feige. «Cuando llegó el momento de buscar qué realizador podía dar continuidad a la franquicia, pensamos en películas que nos gustaban. Taika ha hecho películas increíblemente divertidas y muy logradas. BoyLo que hacemos en las sombrasHunt for the Wilderpeople. Tiene un talento prodigioso. Él no había hecho nada a esta escala pero no nos importaba porque lo que nos interesaba era la originalidad de su visión».

«Una de las cosas que me atrajo al proyecto fue que Marvel quisiera que Thor tomara una nueva dirección», dice el director. Colocarlo en el espacio exterior de forma que pasara el menor tiempo posible en la Tierra. Parte del atractivo consistía en hacer de Thor una aventura divertida. Además, mi enfoque de la película era dejar de lado el material antiguo y abordar Thor: Ragnarok como un proyecto con entidad propia; una película totalmente independiente. Está claro que ocupa un lugar en el Universo Cinematográfico Marvel y en toda la estructura de sus otras películas de Superhéroes».

Chris Hemsworth retoma el personaje de Thor al que acompañan Tom Hiddleston como su hermano adoptivo Loki, Mark Ruffalo, en el papel de Hulk/Bruce Banner, Idris Elba como Heimdall, y Anthony Hopkins en el papel de Odín.

El papel de Hela, la primera villana protagonista del Universo Cinematográfico Marvel, lo encarna Cate Blanchett. «Va a destruir la idea que tiene la gente del villano típico», dice el director Waititi. «No sólo es bellísima y tiene todo lo que se espera de una villana femenina. Es sexy, divertida y sorprendente y su aspecto es fantástico. Pero también tiene defectos y está atormentada. Es más complicada que los típicos villanos que se ven en este tipo de películas. No se limita a apoderarse del mundo o a ser dueña del universo. Ella quiere algo con lo que mucha gente puede identificarse».

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © Marvel Studios, Walt Disney Studios Motion Pictures. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.