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Crítica: «Malnazidos» (Javier Ruiz Caldera y Alberto de Toro, 2020)

¡Qué le vamos a hacer! Hablar en España de cine sobre la Guerra Civil es sinónimo de bronca. Casi nadie, entre nosotros, es neutral. Por un lado, están los que, siempre que las circunstancias lo propicien, observan lo que pasó en 1936 con pasiones de ahora mismo. Y por otro, los que quieren pasar página de una vez, recordando que sus abuelos ya hicieron las paces.

El caso es que, a cuenta de aquella tragedia que nos partió en dos, habrá quien crea que el escrutinio histórico y la concordia no deberían ser incompatibles. Pero el sectarismo es justamente eso (y nada menos que eso): el olvido de la gama de grises y la necesidad de dividir el mundo entre partidarios y adversarios. Ya saben, o estás conmigo o estás contra mí.

¿Es posible rodar en España una película sobre la Guerra Civil que agrade a espectadores de derechas y de izquierdas? Hace un mes, hubiera respondido con un rotundo NO, citando como excepciones La vaquilla, de Berlanga, y ¡Biba la banda!, de Ricardo Palacios. Felizmente, hoy puedo añadir a esta brevísima lista una película de zombis (lo han oído bien) que hace más por la superación del guerracivilismo que muchos discursos políticos.

En serio: aparte de ser una aventura trepidante y divertida, Malnazidos se dirige a espectadores de todas las ideas, sin sermonear a nadie y logrando ese difícil milagro que consiste en ver en pantalla a héroes y villanos de ambos bandos (Que no se enfaden los más cafeteros: hay que tomárselo con deportividad).

Habrá quien lo vea como una estrategia comercial, pero qué quieren que les diga… Esta película me ha dado la sensación de que por fin es posible recurrir a la cultura pop para dejar de atizarnos bofetones ideológicos.

Basado en la novela Noche de difuntos del 38 (Dolmen, 2012), de Manuel Martín Ferreras, el film de Javier Ruiz Caldera y Alberto de Toro tiene una cuidada producción, un ritmo muy ligero y un buen equilibrio entre humor, fantasía pulp y terror.

Miki Esparbé encarna estupendamente al protagonista, Jan Lozano, un capitán del bando nacional, cínico, simpático, descreído y con un instinto natural de rebeldía. En compañía de un soldado sencillo e inocentón, Decruz (Manel Llunell), Lozano es obligado a seguir un trayecto suicida en una zona acotada por militares alemanes. Los nazis están culminando allí mismo un experimento cuyo resultado es la razón de ser de la película: una plaga de muertos vivientes. Frente a esta amenaza zombi, unos cuantos republicanos y nacionales se verán obligados a cooperar. Y así mientras deambulan por esa tierra de nadie, descubren que, más allá de si son rojos o azules, tienen bastante en común.

Todo el reparto funciona como un reloj, en especial Aura Garrido, Luis Callejo y Álvaro Cervantes, sin olvidar a María Botto, Sergio Torrico, Jesús Carroza y Dafnis Balduz.

Aunque la historia de Malnazidos oscila entre una película de John Carpenter y una novela de quiosco, los personajes tienen rasgos que parecen sacados de un tebeo de Bruguera o de una comedia española de los años cincuenta. Algunos de ellos incluso podrían formar parte de las Nuevas Hazañas Bélicas, de Hernán Migoya. Dicho de otro modo: por fin nos encontramos con una aventura que abraza el pop español sin remilgos ni condescendencia.

Malnazidos incluye su razonable cuota de gore, pero sin perder la sonrisa. Incluso añade guiños inteligentes (pienso ahora en ese imitador de Robert Capa que «adorna» la foto de un cadáver para ganar el Pulitzer) y nos regala más de un momento entrañable.

No, no me esperaba eso. Y la verdad es que aquí hay una magnífica materia prima para rodar más entregas en la misma línea.

Sinopsis

Meses de sangrientos combates han dejado tras de sí miles de muertos en las trincheras. Jan Lozano, capitán de la quinta brigada, cae prisionero. La única posibilidad de escapar a la sentencia de muerte es hacer frente a una misión imposible en campo enemigo. Pero un peligro mayor del esperado obligará a los bandos rivales a unirse contra un nuevo y desconocido adversario. Tendrán que dejar de lado el odio mutuo y así evitar convertirse en zombis.

Nota de los directores (Javier Ruiz Caldera y Alberto de Toro)

«Cuando leímos la novela Noche de difuntos del 38, de Manuel Martín, enseguida vimos que contenía los elementos que buscábamos para lanzarnos, por fin, a codirigir una película. El cine de género, y el de zombis en particular, ha sido siempre nuestra pasión; y la posibilidad de hacer una película de aventuras con toques de cine fantástico, terror e incluso fugas al western era una oportunidad única. Queríamos también aproximarnos a la Guerra Civil desde un enfoque novedoso y original. Con una estética que se alejara del costumbrismo con el que se ha abordado el conflicto habitualmente, y nos adentrara en el género fantástico puro. Se ha requerido para ello de un gran despliegue técnico y artístico, algo que no hubiéramos logrado sin el talento y la experiencia de los equipos implicados. Tanto fotografía y diseño de arte como vestuario, maquillaje y efectos especiales han hecho un minucioso trabajo de investigación y recreación. Creemos que el resultado en pantalla es visualmente espectacular.

Malnazidos es sobre todo una película de personajes, de muchos personajes. Una aventura coral en la que no solo queríamos darles a cada uno su espacio para desarrollarse, sino también lograr que fueran personajes icónicos que queden en la memoria del espectador. Hemos tenido la suerte de contar con un numeroso plantel de actores de primer nivel, que se han implicado al 100% en crear personajes con carácter. Rodar de noche en montañas, ríos y cuevas, mientras realizaban complejas coreografías de acción con peleas, tiros y explosiones ha supuesto todo un desafío para ellos y nosotros.

Ha sido una experiencia intensa y esperamos que el espectador disfrute de esta enorme aventura fantástica. Zombis en la Guerra Civil. ¿Cómo no se nos había ocurrido antes?»

Nota sobre la adaptación del escritor de la novela (Manuel Martín)

«Para un escritor educado en la ficción con los cómics de Marvel y de la línea Vértigo de DC, con las películas de terror ochenteras programadas en Noche de lobos y con los relatos de H.P. Lovecraft, William Gibson y Arthur Conan Doyle, no hay mejor frase para escuchar que «Vamos a adaptar tu primera novela al cine». Bueno, miento. Le supera «La película abrirá el Festival de Sitges».

Creo que el estreno de Malnazidos en el festival de culto por excelencia es la mejor manera de presentar al público el resultado del magnífico trabajo llevado a cabo durante años por Alberto de Toro, Javi Ruiz Caldera y Cristian Conti. Ellos, junto a todo su equipo, han sabido hacer suya esta historia y, al mismo tiempo, han conseguido que yo pueda sentir su película como mía. He disfrutado del placer de contemplar en la pantalla escenas de mi novela junto a otras que, respetando el espíritu del material original, profundizan en aspectos que mejoran la trama. Reconozco que incluso hay una par de momentos, espóilers que no explicaré, que me desencajaron la mandíbula.

Por último, quiero mencionar las fantásticas interpretaciones de Miki Esparbé, Aura Garrido, Luis Callejo, Álvaro Cervantes, Manel Llunell y el resto del elenco de Malnazidos, los mejores rostros que nunca podría haber imaginado para poner en pantalla a mis Jan, Matacuras, el Sargento, Mecha, Decruz y compañía.

Disfrutad de la película. Yo ya lo he hecho y pienso seguir haciéndolo muchas veces más».

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

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Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.