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Crítica: «Los hombres libres de Jones» (Gary Ross, 2016)

No sé qué ha sido más meticuloso en esta película de Gary Ross, si la dirección artística o el proceso de documentación. En todo caso, ambos factores son imprescindibles en este drama histórico, basado en uno de los acontecimientos más singulares en la historia de Misisipi.

Con un Matthew McConaughey que aquí encarna al protagonista, Newton Knight, como si fuera un derecho legítimo ‒a media voz, con intensidad, riguroso incluso en mitad de un combate‒, la película desgrana la lucha de Knight y sus rebeldes contra el ejército confederado, durante la Guerra Civil americana.

Knight, un desertor de ese conflicto, tiene una razón básica para enfrentarse a las tropas sureñas, y es que confiscan ilegalmente a los agricultores locales lo poco que tienen. Luego se suma otro asunto, y es que, aunque está casado con una mujer blanca, Serena (Keri Russell), acaba emprendiendo una relación con una joven esclava, Rachel (Gugu Mbatha-Raw), que está aprendiendo a leer. Muy pronto, Knight se encuentra liderando una guerrilla formada por desertores, granjeros y esclavos prófugos, cuya lucha se prolonga, por otros medios, cuando el Ku Klux Klan comienza a sembrar el terror y se inicia ese periodo que los historiadores llaman Reconstrucción.

En ese contexto, la cinta se arma éticamente con dos fortalezas evidentes: la denuncia del racismo y la censura de la explotación de los débiles por parte de los más poderosos. Desde el primer tramo de la película, podemos simpatizar con la rebeldía de Knight, un héroe a su pesar, golpeado por circunstancias de un dramatismo atroz. Sin embargo, Los hombres libres de Jones no es una producción política, y cualquier espectador con criterio moral se sentirá concernido por su mensaje.

Ahora bien, la nobleza de sus intenciones no permite que, automáticamente, hablemos de una gran película. Es cierto que la historia que relata me parece fascinante, pero el guión pierde intensidad a medida que avanza.

No es el único problema. Ross ha querido ampliar tanto su escala que, al final, la estructura dramática se resquebraja con idas y venidas en el tiempo ‒incluso asistimos a acontecimientos que ocurren en 1948‒. La inclusión de textos explicativos también da a la película un tono documental que, pese a orientarnos con datos y fechas, enfría el tono general. Faltan aquí esa emotividad y esa épica que, como tantas veces se ha demostrado, no tienen por qué estar reñidas con la reimaginación del pasado.

Sinopsis

Los hombres libres de Jones es una epopeya dramática de acción ambientada en la Guerra Civil estadounidense. La película narra la historia del rebelde granjero sureño Newton Knight y su extraordinaria revuelta armada contra la Confederación. Aliándose con pequeños campesinos y esclavos fugitivos, Knight lideró una sublevación que llevó al condado de Jones (Misisipi) a declarar su independencia de la Confederación en forma de un «Estado Libre de Jones». Knight prolongó su espíritu de lucha en la Reconstrucción, destacándose como una fascinante y a vez polémica figura agitadora mucho después de la guerra.

New Knight (Matthew McConaughey), un soldado del ejército confederado, deserta harto de luchar por los intereses de los más ricos. Tras enfrentarse a unos soldados confederados para evitar que requisen las cosechas de un grupo de mujeres, se convierte en un fugitivo a quien se le une un ejército de desertores que inician junto a él su propia guerra contra las tropas confederadas. En su viaje conoce a Rachel (Gugu Mbatha-Raw), una esclava de la que se enamorará y con la que fundará su propio estado para luchar por los derechos de los afroamericanos.

La rebelión de la Compañía Knight ha sido un capítulo polémico en la historia de los Estados Unidos desde el momento en que sacudió el condado de Jones (Misisipi) en los años intermedios de la Guerra de Secesión. Fue, según muchas interpretaciones, una revuelta económica en la que los campesinos pobres rechazaron cargar con el peso de una guerra librada en beneficio de los esclavistas ricos, o tal como se denominaba comúnmente en la época, «una guerra de los ricos peleada por los pobres».

En 1934, Tom Knight, el hijo de Newt, escribió las siguientes líneas:

«No querían someterse a un gobierno esclavista. Creían en un gobierno libre, en la igualdad de derechos para todas las personas, ricas o pobres, al margen de quiénes fueran. Tal como nos lo contó nuestro padre, de los 375 hombres que votaron por permanecer en la Unión, unos 250 de ellos se unieron con la idea de hacer frente común y comprometerse a constituir un Estado Libre de Jones».

The Official Records of the War Between the States («Registros oficiales de la guerra entre estados»), la recopilación más extensa de fuentes primarias sobre la Guerra de Secesión, corrobora que una rebelión armada tomó esta área del sureste de Misisipi y la declaró «Estado Libre de Jones». El 29 de marzo de 1864, el capitán W. Wirt Thompson de la Confederación escribió a su superior James Seddon, secretario de Guerra de los Estados Confederados:

«Entre ellos hay desertores de cada ejército y de cada estado. Tienen coroneles, comandantes, capitanes y tenientes; se jactan de no ser menos de mil hombres en unidades organizadas. Disponen de armas y municiones de la más reciente manufactura norteña y europea en abundancia, y parece ser que proclaman combatir por la Unión. Caballeros de credibilidad incuestionable me han informado de que han izado la bandera federal sobre el palacio de justicia del condado de Jones. […] El condado se halla completamente a su merced».

Las noticias de esta rebelión acabaron llegando a las líneas de la Unión. En una carta dirigida al general de división Halleck en 1864, William Tecumseh Sherman alude a una adjunta «declaración de independencia de ciertas personas que intentan eludir el alistamiento sureño y se esconden en los pantanos». También los periódicos contemporáneos se hicieron eco. En un artículo periodístico del 12 de julio de 1864, el periódico unionista The Natchez Courier informaba:

«Puede resultar interesante para muchos de nuestros ciudadanos saber que el condado de Jones, estado de Misisipi, se ha escindido de su estado y ha formado un gobierno propio, tanto militar como civil. La Confederación, tras reclamar el derecho de secesión, no está dispuesta a hacer extensivo el mismo derecho a dicha república, le ha declarado la guerra y ha enviado allí un ejército al mando del coronel Maury, de Mobile, para aplastar la rebelión».

¿Por qué se produjo esta rebelión?

El condado de Jones era una zona pobre poblada por pequeños terratenientes que no poseían esclavos. No tenían nada que ganar con la guerra y muchos se oponían abiertamente a la esclavitud por motivos religiosos y morales.

Cuando la Confederación aprobó una ley que eximía del reclutamiento a ricos propietarios de esclavos, pero que obligaba a alistarse a quienes no poseían esclavos, muchos se hartaron de la «guerra de los ricos peleada por los pobres».

Además, mientras los hombres estaban lejos combatiendo, el sustento de sus familias estaba siendo exprimido por el sistema confederado de impuestos en especie. Para cubrir las necesidades constantes del esfuerzo de guerra, la Confederación confiscaba ganado, grano e incluso textiles hechos a mano de los pequeños agricultores y sus familias. Los recaudadores tenían órdenes de apropiarse del 10%, pero muy a menudo cogían mucho más. La rebelión de la Compañía Knight surgió en parte como un movimiento antifiscal, una lucha de clase contra los intereses y las políticas de la élite esclavista.

No obstante, las objeciones de Knight iban más allá de ese abuso concreto. Si bien la Compañía Knight en conjunto se oponía a la guerra por cuestiones económicas, la actividad de Newt después de la guerra señala unas convicciones morales mucho más amplias. Contribuyó a liberar a niños afroamericanos del trabajo como «aprendices», una nueva forma de esclavitud adoptada tras la guerra. Según numerosas crónicas, quemó escuelas que se negaban a educar a niños de razas mixtas. En 1875, aceptó el encargo de capitanear una unidad de la milicia estatal de Misisipi compuesta en gran medida por afroamericanos cuyo único cometido era el de proteger el derecho al voto de los libertos. Un año después, cedió 160 acres (unas 65 hectáreas) de tierra a su pareja de hecho Rachel, una antigua esclava que se convirtió de este modo en una de las primeras mujeres afroamericanas terratenientes de la zona. Por su deseo explícito, Knight fue enterrado en un cementerio mixto, contraviniendo los códigos raciales de su época.

Esta no es una historia sobre la esclavitud. Es la historia de una rebelión. Y, por lo general, estos dos conceptos suelen ser opuestos.

(John Stauffer, Catedrático de Historia y Civilización Americana, Universidad de Harvard.)

«Mucha gente no se da cuenta de que la Reconstrucción fue una especie de segunda guerra de secesión, que persistió después de la emancipación y tras el final de la guerra en 1865», comenta Ross. El director divide la Reconstrucción en tres actos, según vemos en el filme. «En el primer acto el Presidente devolvió la tierra a los confederados. Estos instauraron una versión alternativa de la esclavitud en forma de arrendamiento rústico. En el segundo, el Congreso envió a gobernadores militares al Sur e intentó garantizar el sufragio, o el derecho al voto entre los hombres afroamericanos liberados. Había que ser muy valiente para ser negro y ejercer el derecho al voto durante la Reconstrucción. En el último acto se dio el resurgimiento de organizaciones paramilitares como el Ku Klux Klan, los Caballeros de la Camelia Blanca, los Camisas Rojas o los clubs del rifle, milicias locales que luchaban por echar a las tropas del norte del Sur para recuperar el dominio político de la región».

Tras documentarse, Ross escribió un primer borrador del guión basándose en gran parte en los hechos que había descubierto durante su investigación inicial. «Sabíamos que Newt había vivido en una comunidad interracial tras el final de la guerra y que había sido un defensor acérrimo de los derechos de los esclavos liberados y de los ciudadanos afroamericanos». Pero había poca literatura sobre la composición racial de los que lucharon a su lado en la guerra. ¿Era una compañía interracial? ¿Luchaban por los derechos de los esclavos? ¿O por los derechos de los pequeños agricultores blancos? Esa ha sido una de las grandes preguntas que nos hemos hecho. Jim Kelly encontró los documentos que demuestran que la lucha de Newt por los derechos de los liberados se aplicó también a los principios de la compañía Knight durante la guerra».

Ross todavía estaba documentándose y escribiendo el guión cuando presentó a John Stauffer a Sally Jenkins, periodista del Washington Post. El trabajo de Ross les llevó a colaborar en el libro The State of Jones (2009), que detalla las opiniones de Knight a favor de la Unión, sobre la raza y cómo esas opiniones afectaron sus acciones durante la posguerra.

Ross se tomó un respiro en 2011 y 2012 para adaptar y dirigir Los juegos del hambre para la gran pantalla. Este proyecto también tenía una fuerte vertiente política y sentó las bases de lo que sería la primera entrega de una serie de éxito mundial.

Tras Los juegos del hambreRoss se reunió con la recién creada productora STX Entertainment para llevar la historia de Newt Knight a la gran pantalla.

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Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.