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Crítica: «La Niñera Mágica y el Big Bang» (Susanna White, 2010)

Cinco años después del estreno de La Niñera Mágica, Emma Thompson vuelve a retomar este personaje basado en las novelas de La Niñera Matilda, creadas por Christianna Brand. Cine infantil que reivindica la buena educación y la inteligencia.

Sin ser, ni pretender serlo, clásicos del cine infantil, las dos películas de La Niñera Mágica son perfectos ejemplos de buen cine para niños, ya que logran el difícil equilibrio entre diversión y formación.
Quizá se trate de pura esquizofrenia británica, pero esa es una locura que funciona, y a causa de ella, estas películas tratan sobre la importancia de inculcar a los niños valores como la buena educación, el valor, la inteligencia o la generosidad, pero a la vez ofrecen un montón de chistes sobre escatología y flatulencias,elementos cómicos especialmente trabajados por los británicos, pero con los que se logra la diversión de los más pequeños en cualquier país del mundo.

Bien podría ser esta película uno de los mayores ejemplos de cine nacionalista de los últimos tiempos, algo aburridísimo a no ser que hablemos de Gran Bretaña. Y es que tan peculiar lugar posee una de las personalidades más fascinantes, combinando tradiciones absurdas, voluntad de hierro y una de las mejores maneras de demostrar su propio orgullo, que es mediante laautoparodia.
Este singular espíritu fue definitivo para aguantar el acoso alemán durante la Segunda Guerra Mundial, época en la que se sitúa la película (si bien se opta por una versión más atemporal y sin nazis a la vista), con la mismísima Niñera McPhee a las órdenes del Ministerio de Guerra, algo que quizá remita lejanamente a la maravillosa Bruja Novata que encarnara en su momento Angela Lansbury.

Aunque todas las generaciones de adultos hayan dicho lo mismo, no es muy brillante la situación de los niños y jóvenes actuales respecto a su educación.

Se aprecia, aparte de escasez cultural evidente, una cierta carencia de empatía, con todo lo malo que ello conlleva.
En el Reino Unido, parece ser, la situación es aún más alarmante, e incluso ha inspirado oscuras fábulas de terror como la reciente Eden Lake (James Watkins, 2008), así que no deja de ser bienvenida una historia como esta, en la que los chavales protagonistas se olvidan de egoísmos y de caprichos para ayudar a los adultos que les quieren.

En el caso de que ni las buenas intenciones sean suficientes para entretener a los papis que lleven a los retoños a ver la película, siempre pueden disfrutar del impecable trabajo de un reparto en el que brillan los jóvenes protagonistas, bien rodeados de profesionales de la talla de Maggie Smith, Ralph Fiennes, Ewan McGregor o Maggie Gyllenhaal, que ejerce de mamá inglesa sin que su interpretación rechine lo más mínimo.
Emma Thompson, como de costumbre, convence con su actuación y, de paso, produce y escribe este film tan ligero como digno.

Sinopsis

La Sra. Green ya no puede más. Sus tres hijos, Norman, Megsie y Vincent, no paran de pelearse; lleva meses sin saber nada de su marido Rory, que está en la guerra; su cuñado Phil insiste en que le venda la mitad de la granja familiar, y para colmo de males, su jefa, la Sra. Docherty, empieza a tener un comportamiento muy raro. Por si fuera poco, sus ricos sobrinos londinenses Celia y Cyril Gray están a punto de llegar para una estancia ilimitada, y el policía del pueblo, el Sr. Docherty, se empeña en decir que en cualquier momento puede caer una bomba accidentalmente.
Todo esto supera a la Sra. Green. Aún no lo sabe, pero necesita a Nanny McPhee, la niñera mágica.

Por desgracia, la situación de la Sra. Green es aún peor de lo que parece. Su cuñado Phil le ha contado que tiene un comprador dispuesto a pagar bien por la granja, pero la verdad es muy diferente: en realidad ha contraído una importante deuda de juego con la Sra. Biggles. Esta ha enviado a dos secuaces femeninas, la Srta. Topsey y la Srta. Turvey, para que asusten a Phil y así obligarle a conseguir la granja para pagar su deuda. Si lo consigue, la familia Green lo perderá todo.

Cyril y Celia aparecen un día antes de lo previsto, mientras la Sra. Green trabaja fuera de casa. Los mimados niños de la ciudad y sus primos del campo se declaran la guerra nada más verse, y la batalla alcanza proporciones épicas. La Sra. Green regresa y se encuentra su casa sumida en el caos. En vano intenta detener la pelea. De pronto, llaman a la puerta. Abre y ve a una inquietante figura, Nanny McPhee, la niñera mágica.

Le basta con una mirada a los primos enfrentados para saber que los niños la necesitan. Repite su famosa frase: “Mientras me necesitéis, pero no me queráis, deberé quedarme. En el momento que me queráis, pero ya no me necesitéis, deberé irme”.

Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes (Fotografía de Liam Daniel) y sinopsis © 2009 Universal Pictures, Working Title Films, Three Strange Angels y Studio Canal. Cortesía de Universal Pictures International Spain. Reservados todos los derechos.

Vicente Díaz

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional como periodista y crítico de cine en distintos medios. Entre sus especialidades figuran la historia del cómic y la cultura pop. Es coautor de los libros "2001: Una Odisea del Espacio. El libro del 50 aniversario" (2018), "El universo de Howard Hawks" (2018), "La diligencia. El libro del 80 aniversario" (2019), "Con la muerte en los talones. El libro del 60 aniversario" (2019), "Alien. El 8º pasajero. El libro del 40 aniversario" (2019), "Psicosis. El libro del 60 aniversario" (2020), "Pasión de los fuertes. El libro del 75 aniversario" (2021), "El doctor Frankenstein. El libro del 90 aniversario" (2021), "El Halcón Maltés. El libro del 80 aniversario" (2021) y "El hombre lobo. El libro del 80 aniversario" (2022). En solitario, ha escrito "El cine de ciencia ficción" (2022).