Vicente DíazPodemos hablar de una segunda fase, la fase post-Hellboy, en la carrera del británico Neil Marshall, talentoso director de películas de serie B tan sabrosas como Dog Soldiers, The Descent o Centurión. En su «primera fase», todos sus trabajos entretienen gracias a una frescura y a un gamberrismo de espíritu pulp y juvenil (sí, incluso su revisión de Hellboy, maltratada por productores, crítica y público).
Tras dirigir algunos de los episodios más espectaculares de Juego de Tronos y otras series de primera fila, la estrella de Neil Marshall ha caído súbitamente, y la razón principal responde a cuestiones extracinematográficas, más cercanas a la prensa rosa e incluso a la crónica criminal de Hollywood. En otras palabras, material para la revista Hush-Hush que publicaba Danny DeVito en LA Confidential. En el centro de esta polémica, en la que caben el sexo, el chantaje y la caída de dos capitostes de Warner y NBC Universal, está la protagonista, coguionista y productora ejecutiva de La guarida, Charlotte Kirk, a la sazón pareja del director y, según las malas lenguas, femme fatale de manual. A saber.
Lo que sí es cierto es que, tras la accidentada Hellboy (donde, al parecer, también hubo problemas vinculados a Charlotte Kirk), director y starlette urdieron The Reckoning, película casi desconocida por su escasa promoción y distribución, y La guarida (The Lair), serie B aceptable e incluso entretenida, pero de una calidad por debajo de lo que se esperaría de Marshall.
Con un guion de videojuego que recrea la eternamente recreada Aliens de James Cameron, La guarida nos narra el enfrentamiento entre un destacamento de soldados principalmente británicos y problemáticos (una suerte de ‘doce del patíbulo’) y unos feos mutantes en el letal y eterno frente afgano. Los bichos se escapan de un laboratorio secreto que dejaron abandonado los soviéticos y, en fin, todo lo que sucede en la película lo hace según lo que espera cualquier espectador mínimamente curtido en este tipo de productos.
Charlotte Kirk, en el papel de piloto de caza abatida por el enemigo y envuelta en monstruosas peripecias, trata de ejercer de aguerrida Ripley/Sarah Connor sin que sus aptitudes interpretativas o físicas acaben de convencer, pero al menos se aprecia el esfuerzo. El resto del reparto, como obligan las circunstancias, está integrado por actores desconocidos.
Se ha comparado La guarida con esos telefilmes de monstruos de los fines de semana por la tarde, y casi lo es, pero Neil Marshall, incluso a poco fuelle como aquí, todavía mantiene cierto desparpajo y sentido del humor como para que el film no se hunda en la morralla del estilo de la productora Asylum, y se mantenga como una simple producción humilde y poco imaginativa, pero que no llega a aburrir del todo.
Sinopsis
El avión de la teniente Kate Sinclair es derribado en Afganistán. Los talibanes la persiguen y ella encuentra refugio en un búnker subterráneo abandonado. En las profundidades del búnker, despiertan accidentalmente el arma biológica más mortal hecha por el hombre. Se trata de los Devastadores: mitad humanos, mitad alienígenas y hambrientos de carne humana.
Presentada en el Festival de Sitges. Dirigida por el cineasta británico Neil Marshall (Dog Soldiers). Protagonizada por Jonathan Howard (Godzilla: El rey de los monstruos), Charlotte Kirk (Ocean’s 8) y Jamie Bamber (serie Galáctica, estrella de combate).
Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.
Copyright de imágenes y sinopsis © Ashland Hill Media Finance, Hero Squared, Ingenious Media, Onsight, Rather Good Films, Scarlett Productions Ltd, A Contracorriente Films. Reservados todos los derechos.
Manuel Rodríguez Yagüe
