Crítica: ‘Gru 4. Mi villano favorito’ (2024)

Un deportivo plateado avanza en la noche por una sinuosa carretera entre escarpadas montañas. Nuestro villano favorito -quien trabaja para la agencia antivillanos-, se dirige en esta espectacular intro al castillo-escuela donde se celebran los premios al malote del año. “And the winner is…” Maxime Le Mal, un antiguo conocido de Gru a quien este trata de desenmascarar, un resentido de estética y modales inclasificables que ha adquirido los superpoderes de las cucarachas inespachurrables.

Sólo han pasado tres minutos y a mis ojos ya no les entran más gags, más gadgets, ni más muñecos de colores, pero esto es sólo el entrante de un menú propio de una bacanal romana a la que hay que aprestarse con gula y sin remilgos. Pónganse el babero que el guiso lleva de todo y chorrea.

Esta cuarta entrega resulta hiper-plástica, excesiva, estridente. Estilo Gru in crescendo. Un cartoon 3D que sube la apuesta de la saga entrando en el casino con los ahorros de la jubilación a jugárselo todo. Cine familiar de pasatiempo puro, sin mensaje ni complejos, infantilón y gamberro.

El malvado cucaracha, a quien Gru ha frustrado sus planes, amenaza con vengarse de nuestro héroe, lo que obligará a que la familia tenga que mudarse a un piso franco en una urbanización super-pija de la muerte. En este decorado de cartón piedra tendrán que lidiar no sólo con la novedad y la adaptación a los cambios, sino con toda la tontería del pijerío y el postureo social más risible e instagrameable. Y esto servirá para desplegar un catálogo de sketches satíricos en un entorno tan hostil como artificioso.

Ya conocemos a esta adorable familia, a quien no le queda mucho más que contar, y será por eso que el guion busca la solución, incluyendo nuevos protagonistas que acaban por desplazar a los antiguos. Las entrañables hijas y la esposa de Gru se difuminan, y aparece en su lugar -como pieza de repuesto para la acción-, una inquietante niña con aspiraciones a supervillana, quien se convierte en imprevista pareja de baile de nuestro amorfo narizotas del traje negro.

Por supuesto, tampoco faltan los episodios lubricantes protagonizados por los gomosos minions, quienes exhiben su habitual humor amarillo slapstick sin límite ni mesura. Un grupo de ellos llega a adquirir ciertos superpoderes -gentileza de la agencia antivillanos-, que los convierte en una especie de cuatro fantásticos, llevándolos a protagonizar una serie de gestas de discutible eficacia, aunque su intervención resultará clave en el desenlace final.

La saga renunció a la emotividad y a la profundidad de los personajes de la película original desde el momento en que quemó ese cartucho único, por lo que decidió -ya desde la segunda entrega-, adentrarse en las tierras libres del humor estrafalario, episódico y acumulativo, cambiando el eslogan diseñístico de «menos es más» por el de «más madera». Y en esta entrega talan la misma selva del Amazonas y la echan a la caldera sin reservar un tronco para el invierno.

Inevitablemente, la comedia acaba con el ya acostumbrado fin de fiesta de bailoteo Funky-pop, histriónico y desmadrado, pero a la franquicia no parece importarle la redundancia, más bien se diría que se regodea y abusa de ella a sabiendas.

Gru 4 es la sobre-explotación de un chiste de Chiquito contado una y mil veces con nuevos tics, pero eso no quita para que haga las delicias de peques y mayores, con su colorista despliegue festivo, lúdico y desenfadado, haciendo gala de un humor blanco y hasta de una cierta ternura que ayudan a la digestión del exceso cometido.

Disfrútenla como el parque de atracciones que es, y no se hagan preguntas. Su efecto medicinal es instantáneo, balsámico, y sin contraindicaciones.

Sinopsis

Después de siete años, nuestro supervillano favorito, ahora convertido en agente de la Liga Antivillanos, vuelve con una impactante y frenética entrega de caos al más puro estilo Minion en la esperadísima nueva película de Illumination: Gru 4. Mi villano favorito.

Tras el bombazo en taquilla de Illumination con Minions: El origen de Gru, que recaudó más de mil millones de dólares en todo mundo, la mayor saga de animación de la historia abre un nuevo capítulo en el que Gru (con voz en VO del nominado al Oscar® Steve Carrell y de Florentino Fernández en la versión doblada al español), Lucy (con voz en VO de la nominada al Oscar® Kristen Wiig y de Patricia Conde en la versión doblada al español) y las niñas —Margo (Miranda Cosgrove en VO), Edith (Dana Gaier en VO) y Agnes (Madison Polan en VO)— dan la bienvenida a un nuevo miembro en la familia: Gru Junior, que parece llegar con el propósito de ser un suplicio para su padre.

Gru tendrá que enfrentarse en esta ocasión a su nueva némesis Maxime Le Mal (con voz en VO del icono de la comedia Will Ferrell) y su sofisticada y malévola novia Valentina (con voz en VO de la nominada al Emmy Sofia Vergara), lo que obligará a la familia a tener que darse a la fuga.

La película nos presenta en la versión original a un nuevo elenco de personajes con las voces de Joey King (Bullet Train), el ganador de varios Emmy Stephen Colbert (The Late Show with Stephen Colbert) y Chloe Fineman (Saturday Night Live). Pierre Coffin regresa como la emblemática voz de los Minions y el nominado al Oscar® Steve Coogan pone de nuevo voz en VO a Sila McCulloch.

Cargada de acción trepidante y rebosante del característico humor subversivo de Illumination, la película está dirigida por el cocreador de los Minions, el nominado al Oscar® Chris Renaud (Gru 2, mi villano favorito, Mascotas), y producida por el visionario fundador y director ejecutivo de Illumination, Chris Meledandri, así como por Brett Hoffman (productor ejecutivo de Super Mario Bros: La película y Minions: El origen de Gru). Codirige la cinta Patrick Delage (director de animación de ¡Canta! 2 y Mascotas 2) y el guion es de Mike White, ganador de dos Emmy y creador de la serie The White Lotus, y del veterano guionista de todas las anteriores entregas de Gru, mi villano favorito, Ken Daurio.