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Crítica: ‘Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones’ (2023)

¡Esta película no tiene derecho a ser tan entretenida! A veces pasa esto, que un estreno en principio poco llamativo sorprende a propios y extraños superando expectativas y prejuicios, y tampoco sabe uno muy bien en qué basar su alabanza.

Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones, analizada de manera fría y científica, no difiere en gran cosa de la masa de productos industriales procedentes de Hollywood, repletos de efectos digitales en los que la cantidad prima sobre la calidad. Está dirigida sin mayores alardes (salvo algún que otro plano más ambicioso) y cuenta con un guion basado en lugares comunes. Además, como casi siempre, la cinta no es más que una pieza más de explotación de una franquicia longeva y multimedia (o transmedia o lo que digan hoy en día los lumbreras del marketing).

Recordemos que Dungeons & Dragons, o Dragones y Mazmorras, es una inabarcable franquicia que parte del juego de rol pionero creado por Gary Gygax y Dave Ameson a mediados de los 70, enormemente popular en Estados Unidos, sobre todo en aquella época fértil para la fantasía que transcurrió entre dicha década y la primera mitad de los 80. El juego se extendió por todo el mundo y su mitología alcanzó las más diversas plataformas, incluyendo tantísimas novelas que llenarían la biblioteca de Alejandría, cómics, videojuegos o una serie de animación que sigue siendo el producto más popular de la franquicia en España, donde el juego de rol llegó por primera vez traducido en 1985.

El público español también guarda cierto recuerdo de la película estrenada en el año 2000, mal recibida por casi todo el mundo (crítica, público y hasta roleros), «destacable» por sus espantosos efectos digitales, por un desatado Jeremy Irons y por ejercer como una suerte de precalentamiento de la distribuidora New Line para su inminente mega-éxito de fantasía heroica El Señor de los Anillos. El film, pese a su linchamiento general, llegó a contar con un par de secuelas casi desconocidas y estrenadas directamente en vídeo en 2005 y 2012, respectivamente.

Así las cosas, nadie daría un duro por este nuevo intento de llevar el mundo rolero a la pantalla de cine, pero el dado ha decidido que el resultado sea una película divertidísima, un soplo de aire fresco entre tanta espada y brujería sombría y tediosa, herencia en parte de las exitosas adaptaciones televisivas de sagas como Canción de hielo y fuego (Juego de tronos) o Geralt de Rivia (The Witcher).

Aquí no hay melodramas tenebrosos ni interminables charlas sobre geopolítica. Tampoco ultraviolencia deprimente o intentos de shakespearizar las novelas de caballería. Lo que aquí tenemos es pura aventura sencilla, a medio camino entre el cine de matinal a lo Harryhausen, las películas de robos de toda la vida (piensen en Un trabajo en Italia o La cuadrilla de los once) y, claro está, las campañas del juego de rol original, cuyos detalles, guiños y referencias entusiasmarán a los roleros (y se nos escaparán a los profanos, aunque nunca entorpecen la narración).

Aparte de su espíritu desenfadado y aventurero, Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones se beneficia de un acertado reparto en el que, si los actores no se lo están pasando bien, lo fingen a la perfección. El grupo está encabezado por uno de los mejores intérpretes de su generación (y bastante malgastado en películas tontorronas), Chris Pine, aquí encarnando a un adorable ladrón y bardo de buen corazón, con Michelle Rodríguez (¿morirá en esta película como en todas?) como su socia, una aguerrida bárbara con predilección por los hombres pequeñitos. Mención especial para un Hugh Grant tan divertido como odioso, un timador reciclado a político al que el público le encantará odiar.

Completan el plantel la joven Sofia Lillis, que le saca provecho a su cara de bello duendecillo en el papel de tiefling cambiaforma, Justice Smith como mago de medio pelo y Regé-Jean Page interpretando a un hilarante paladín tan inmaculado que Lancelot parecería Torrente a su lado.

No, repetimos, no es una gran película (aunque toma como referencia, según sus creadores, grandes títulos como La princesa prometida o las aventuras de Indiana Jones), pero sí una de esas que se acaban viendo una y otra vez para alegrar las tardes de pesadumbre. Y eso tiene mucho valor.

Sinopsis

Un ladrón encantador y una banda de aventureros increíbles emprenden un atraco épico para recuperar una reliquia perdida, pero las cosas salen rematadamente mal cuando se topan con las personas equivocadas. Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones nos lleva al mágico mundo del legendario juego de rol a la pantalla grande en una aventura hilarante y llena de acción.

Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © Paramount Pictures, Allspark Pictures, Entertainment One, Hasbro, Hasbro Studios. Reservados todos los derechos.

Vicente Díaz

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional como periodista y crítico de cine en distintos medios. Entre sus especialidades figuran la historia del cómic y la cultura pop. Es coautor de los libros "2001: Una Odisea del Espacio. El libro del 50 aniversario" (2018), "El universo de Howard Hawks" (2018), "La diligencia. El libro del 80 aniversario" (2019), "Con la muerte en los talones. El libro del 60 aniversario" (2019), "Alien. El 8º pasajero. El libro del 40 aniversario" (2019), "Psicosis. El libro del 60 aniversario" (2020), "Pasión de los fuertes. El libro del 75 aniversario" (2021), "El doctor Frankenstein. El libro del 90 aniversario" (2021), "El Halcón Maltés. El libro del 80 aniversario" (2021) y "El hombre lobo. El libro del 80 aniversario" (2022). En solitario, ha escrito "El cine de ciencia ficción" (2022).

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