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Crítica: ‘Borderlands’ (2024)

Se comienza a echar de menos las películas realmente espantosas. Las de reírse de o enfadarse con ellas. Es más, últimamente estoy revisando algunas cintas patrias -no confesaré títulos- estrenadas a finales de los 90 y comienzos de los 2000, llenas de actores jóvenes demasiado verdes, diálogos bochornosos e ínfulas de cine comercial internacional. ¿Se trata de una cena de los idiotas audiovisual? ¿De masoquismo? ¿Revival? Quizá una mezcla, quizá nada de eso.

Acaso lo que busco sea reencontrarme con la sensación de toparme con algo nefasto, que siempre será mejor que el grueso del cine palomitero que nos está llegando en las últimas dos décadas. No son películas buenas, tampoco son desastres audiovisuales, sino meras imágenes y situaciones sin ningún tipo de peso o impacto que se desfilan ante nuestros ojos una y otra vez, siguiendo al pie de la letra lo que se espera de ellas.

El público objetivo de estas… cosas solo criticará la película precisamente si se sale de lo previsto, e incluso eso lo hará con cierta falta de interés, ya que estos films están pensados para ser mirados de vez en cuando mientras el espectador está ocupado trasteando con su teléfono móvil. Borderlands es el ejemplo perfecto de este nuevo «cine de fondo».

El objetivo principal de Borderlands es adaptar una franquicia de videojuegos bastante conocida en la que se combina el shooter en primera persona y el rol, lo cual se traduce como que, entre tiro y tiro, tienes que perder horas de tu vida abriendo cajas, revolviendo en la chatarra y gestionando objetos y habilidades. Todo sucede en un planeta con aspecto de vertedero llamado Pandora (nada que ver con el vergel cameroniano) habitado por buscavidas, criminales y chalados que buscan una reliquia alienígena llamada la Cámara. Un mundo que, quizá el principal logro de la película, está recreado a la perfección en la película. No sucede así del todo con el argumento o los personajes, pero, hey, de eso se trata lo de «adaptar». El humor gamberro, tirando a punk, del juego se atenúa bastante en el film, y los excesos de gore caricaturesco directamente desaparecen.

¿Pero no se trata de una película dirigida por Eli Roth, director famosete por sus películas gore como Cabin Fever, Hostel, The Green Inferno o Thanksgiving? ¿Y no anda metido en la producción Tim Miller, director de la desvergonzada Deadpool? Sí, pero o los mandamases del dinero han decidido meter tijera para que la película pueda llegar a un público más amplio o Roth ha decidido desde el principio que quería hacer algo más cercano a Jumanji que a Guardianes de la galaxia o El Escuadrón Suicida, claros referentes para este film de aventuras fantacientíficas protagonizada por un grupo de personajes singulares y no necesariamente ejemplares.

Este subgénero, en general entretenido y a ratos hasta gustoso (caso del citado Escuadrón de James Gunn o la feliz sorpresa Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones) vive de la frescura y el desparpajo, algo que le falta a Borderlands. La película lo intenta, pero la timidez -y poca pericia- de sus escenas de acción, su humor predecible y el desequilibrio de sus intérpretes (sorpresa: Cate Blanchett y su nueva cirugía estética se alejan de la expresividad y «molonismo» necesarios para su personaje) convierten al film en algo plano y sin gancho. Y los efectos digitales del montón tampoco ayudan a animar al espectador.

¿Virtudes? La pequeña Ariana Greenblatt le pone mucho empeño y poderío a su personaje y Kevin Hart está menos gritón que de costumbre ya que su compañero jumanjiano Jack Black pone voz al secundario cómico bajito oficial, el robot Claptrap. Aunque la principal virtud de Borderlands es que la película se estrena en verano, y los cines suelen tener unas butacas cómodas y aire acondicionado que facilitan las siestas estivales. ¡Y no olvidemos los refrescantes cines de verano al aire libre! Borderlands sirve, pues, no solo como «peli de fondo», sino también como «cine de siesta». Lo certifico.

Sinopsis

La película más canalla de este verano, que está basada en la famosa franquicia de videojuegos, cuenta con un reparto estelar encabezado por la dos veces ganadora del Oscar® Cate Blanchett (Carol, El callejón de las almas perdidas) que interpreta a Lilith; junto con Jamie Lee Curtis (La noche de Halloween, Puñales por la espalda) en el papel de la científica Tannis; Jack Black (Jumanji,No te preocupes, no llegará lejos a pie) pone la voz al robot Claptrap; Kevin Hart (Un espía y medio, Vaya patrulla) en el papel de Roland, la pequeña Ariana Greenblatt (Vengadores: Infinity War, En un barrio de Nueva York), quien da vida a Tiny Tina; y en el papel de su protector veremos a Florian Munteanu (Shang-Chi y la leyenda de los Diez Anillos, Creed II: La leyenda de Rocky).

Además, cuenta con Édgar Ramírez (Agentes 355, La red avispa) como Atlas y Gina Gershon (Killer Joe, Showgirls) como Moxxi, entre otros.

Lilith (Cate Blanchett), una malvada cazarrecompensas con un misterioso pasado, regresa de mala gana a su hogar, Pandora, el planeta más caótico de la galaxia. Su misión es encontrar a la hija desaparecida de Atlas (Édgar Ramírez), el cabronazo más poderoso del universo. Lilith forma una inesperada alianza con un extraño equipo: Roland (Kevin Hart), un veterano mercenario con una misión; Tiny Tina (Ariana Greenblatt), una salvaje demoledora preadolescente; Krieg (Florian Munteanu), el musculoso protector de Tina; Tannis (Jamie Lee Curtis), la extraña científica que lo ha visto todo, y Claptrap (Jack Black), un robot sabelotodo. Juntos, estos sorprendentes héroes deberán enfrentarse a una especie alienígena y a peligrosos bandidos para descubrir uno de los secretos más explosivos de Pandora. El destino del universo podría estar en sus manos, pero lucharán por algo más: los unos por los otros.

Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © Arad Productions, Picturestart, Gearbox Studios, Lions Gate Films, Media Capital Technologies, Lions Gate Films, Diamond Films. Reservados todos los derechos.

Vicente Díaz

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional como periodista y crítico de cine en distintos medios. Entre sus especialidades figuran la historia del cómic y la cultura pop. Es coautor de los libros "2001: Una Odisea del Espacio. El libro del 50 aniversario" (2018), "El universo de Howard Hawks" (2018), "La diligencia. El libro del 80 aniversario" (2019), "Con la muerte en los talones. El libro del 60 aniversario" (2019), "Alien. El 8º pasajero. El libro del 40 aniversario" (2019), "Psicosis. El libro del 60 aniversario" (2020), "Pasión de los fuertes. El libro del 75 aniversario" (2021), "El doctor Frankenstein. El libro del 90 aniversario" (2021), "El Halcón Maltés. El libro del 80 aniversario" (2021) y "El hombre lobo. El libro del 80 aniversario" (2022). En solitario, ha escrito "El cine de ciencia ficción" (2022).