La Fantastic Factory se está convirtiendo, poco a poco pero con firme paso, en una de las más importantes productoras mundiales de cine fantástico (por ahora de serie B) para alegría de los maltratados fans del gore, y en especial para los que somos de este país, que asistimos sorprendidos a un creciente interés internacional (nacional no, que en casa de herrero…) por el ambicioso e inteligente esfuerzo de Julio Fernández, que está convirtiendo a Filmax en una productora modélica, que esperemos sea el comienzo de una nueva industria patria.
Después de esta enorme frase-párrafo-loa, hablemos de este nuevo Re-animator. Sin duda no se trata de una película para todos los gustos. Es una serie B con ese cierto toque psicotrónico que tienen las películas españolas habladas en inglés.
Añade encanto a la película la poco creíble localización de la cárcel, que supuestamente se encuentra instalada en Nueva Inglaterra, aunque los edificios que la circundan se parezcan sospechosamente a la periferia de alguna ciudad española.
Pero todo esto son sólo añadidos que no alteran la verdadera naturaleza del producto ante el que nos hayamos, que no es, ni más ni menos, que una auténtica película de Re-animator.
Brian Yuzna, el verdadero motor de esta saga, toma las riendas de la dirección realizando una película en la que imprime sus habituales obsesiones sobre la muerte, el sexo y el amor a lo bizarro. El actor de culto Jeffrey Combs vuelve a encarnar a su personaje estrella, el entrañable e inquieto Herbert West (creado por H.P. Lovecraft, no lo olvidemos) con la habitual sobreactuación y manejando la jeringuilla fosforescente como nadie.
Elsa Pataky realiza en esta película el papel para el que fue creada, encarnando a la típica mujer Yuzna, que comienza la película como reprimida mosquita muerta y acaba convertida en una atrevida sadomaso.
El malo psico-sexual de este Re-animator, tomando el relevo del habitual y descabezado David Gale, es nuestro internacional Simón Andreu, que interpreta a un alcaide a medio camino entre el Tommy Lee Jones de Asesinos Natos y el roedor Stuart Little.
Sí, también aparece brevemente Santiago Segura, que hace de yonqui y que parece haber perdido parte de su gracia al perder kilos (o ganarlos, según se mire).
La inclusión del nuevo invento de West, una especie de chute de reencarnación electroquímica, proporciona a Yuzna la oportunidad de perder todavía más la chaveta, al mezclar las personalidades de varios personajes y animales en la segunda mitad de la película, que se convierte en el típico delirio sangriento y pervertido por el que los fans adoran las películas del reanimador.
Si echan de menos el gore y el terror macarra y guarrete (en todos los sentidos), no hace falta que les diga que acudan a ver las nuevas aventuras de Herbert West. ¡Disfruten con la cárcel peor custodiada de la historia del cine*! ¡Rían con las aventuras de un ratón y un pene! ¡Pregúntese por qué un guardián de una cárcel americana se llama Moncho! ¡Recree su vista con la enfermera recién sacada de una película de Jaimito! ¡Reencuéntrese con el placer de ver intestinos explotando!
En dos palabras: Re-Animator.
*En realidad la peor custodiada es la del clásico del trash asiático La Historia de Ricky.
Sinopsis
13 años después de sus abominables experimentos en la universidad de Miskatonic, el doctor Herbert West (Jeffrey Combs) continúa investigando a escondidas en la cárcel donde cumple condena. La llegada del nuevo encargado de la enfermería (Jasón Barry), interesado en el trabajo de West, beneficiará al doctor, quien ahora no sólo pretende reanimar los cadáveres, sino devolverles la cordura. Como es de esperar, la locura y la muerte no tardarán en adueñarse de la prisión.
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