Vicente DíazEl talento como intérprete de Antonio Banderas es discutible. Sin duda, es un actor limitado, pero también un artista muy trabajador, inquieto, arriesgado y, casi siempre, movido por un entusiasmo que se refleja en la pantalla.
En Autómata, además de ser el protagonista absoluto, ejerce de entregado productor, y este mimo se nota en la pantalla. El guión de la cinta no es el colmo de la originalidad, pero su puesta en escena está cuidada al detalle, destacando el uso de animatrónicos
y marionetas en combinación con técnicas infográficas para representar a los robots. Todo ello viene a ser un soplo de aire fresco frente a la omnipresencia de la animación digital en el mundo de los efectos especiales de hoy. Curiosamente, la utilización de un método tan tradicional hace que los androides de Autómata parezcan mucho más realistas que cualquier Transformer.
La historia en sí es una MUY clásica historia de robots, ambientada en un mundo más o menos post-apocalíptico donde los humanos más afortunados malviven en ciudades amuralladas y regadas con lluvia radiactiva, y los menos agraciados sobreviven en un páramo letal.
Los esclavos robóticos mantienen las necesidades de los ciudadanos, pero ha llegado el momento de la rebelión (pacífica) y de poner en práctica la teoría de Darwin.
Asimov y Blade Runner son las referencias más obvias en Autómata, una fábula no alejada de las mismas raíces del subgénero robótico ‒la obra de teatro R.U.R. o la película Metrópolis‒, y en la cual, las criaturas artificiales son el reflejo de las miserias humanas. Se trata, además, de un film de enfoque pacifista, en el que no van a ver ejércitos de robots asesinos, pero sí personas con muy mala baba.
La trama detectivesca y la atmósfera visual ‒al menos dentro de las ciudades‒ sirve para etiquetar a Autómata en eso que llaman tech-noir ‒algo así como cine negro tecnológico‒, una fórmula que nos gusta mencionar a los fans de Terminator.
En definitiva, Autómata es un film bastante ingenuo y transita por lugares comunes, pero no por ello aburre y, sobre todo, se agradece que de vez en cuando surjan películas como esta, donde el presupuesto modesto ‒en comparación con los grandes films de Hollywood‒ se aprovecha al máximo a base de dedicación y cuidado de los detalles, con excelentes resultados visuales.
Sinopsis
La Tierra. Un futuro próximo.
Jacq Vaucan (Antonio Banderas), agente de seguros de la corporación cibernética ROC, está a punto de ser padre. Ante el incierto futuro al que se enfrenta la Humanidad, la responsabilidad de traer una nueva vida al mundo le ahoga.
En medio de este conflicto existencial, Vaucan investiga una serie de extraños casos que involucran a Autómatas que han trasgredido sus protocolos de seguridad. Lo que en principio parece un expediente rutinario, arrastrará a Vaucan a ser testigo de acontecimientos determinantes para el futuro de la Humanidad.
Autómata es un thriller futurista que supone el debut de Banderas (El guerrero numero trece, La piel que habito) en el género. Se trata de una película de ciencia ficción a camino entre el policiaco y el western y que tiene como trasfondo argumental la Singularidad Tecnológica, teoría que especula sobre el momento en el que la Inteligencia Artificial pueda alcanzar y superar a la inteligencia humana.
Acompañan a Banderas Dylan McDermott (En la línea de fuego, El Abogado), Melanie Grifith (Armas de mujer, Celebrity), Birgitte Hjort Sorensen (Borgen, Someone you love) y Robert Forster (Los Descendientes, Breaking Bad), entre otros.
En palabras del director Gabe Ibañez: «Autómata, de alguna manera, es la historia del mono que se queda en el árbol, la historia de la especie que se queda atrás. Y de cómo esa especie, la nuestra, no tiene otra opción que, al igual que ya hizo en el comienzo de su periplo evolutivo, seguir luchando por la supervivencia».
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Blas Matamoro
