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Cosas que he aprendido leyendo «Sandokán», de Emilio Salgari

Quince cosas que he aprendido leyendo la primera aventura de Sandokán, Los tigres de Mompracem (Le tigri de Mompracem, 1900), en la versión original italiana y apoyado por el audiolibro en español… o al revés:

1. Desde una perspectiva metafórica, es básicamente la historia de un torero que se quiere casar y obligar a su esposa a aguantar que el tipo siga llevando una vida bohemia y matando animales. Parece que ella le va a convencer de renunciar a su macabro modo de vida, pero al final no le queda otro remedio que hacerse ella también torera.

2. Sandokán da por sentado que las mujeres desean ser raptadas por él. Así se lo dice a Lady Marianna: «¿Quieres que te rapte esta noche?».

3. Los guerreros de Sandokán sienten la obligación de ponerse en la trayectoria de las balas enemigas para escudarle, pero su jefe apenas musitará una señal de alegre complacencia cuando caigan muertos a sus pies y hasta expresará una ligera sorpresa por el sacrificio: «¡Ah, gracias, mi cachorro! ‒dijo Sandokán‒. ¡Querías salvarme!».

4. Los jefes siempre son los únicos supervivientes de una masacre.

5. Los malos son los blancos, para variar, lo cual está bien.

6. Los buenos pueden ser caníbales, como algunos aliados de Sandokán, siempre que repriman un poco sus gustos culinarios, al menos durante lo que dura la guerra.

7. Yáñez, el mejor amigo de Sandokán, casi se enamora de la novia de éste, pero logra evitar un conflicto de intereses porque, en realidad, está aún más enamorado de su amigo.

8. Cuando los personajes de Salgari quieren pensar, indefectiblemente se ponen a caminar con la cabeza muy agachada; y si son pensamientos que les afligen, se la cogen entre las manos y la sacuden consternados.

9. Los suegros son siempre unos malvados sin posibilidad de redención y sólo se portan bien contigo si no saben que vas a ser su yerno.

10. Una de mis palabras favoritas en castellano, «guay», resulta que todavía mantiene su uso poético en italiano como «¡Ay de!» (en español no se lo he leído a nadie relativamente contemporáneo). O sea, «Guai a lui» sería el equivalente de «Ay de él». ¡Qué guay!

11. «Con un salto evitò la palla» significa «de un salto esquivó la bala», no «la paja», que hubiera sido lo lógico, si ponemos en consideración la derivación semántica en el idioma catalán.

12. Para hacerte pasar por soldado inglés no necesitas disimular tu acento: solamente tienes que «fingir la calma y rigidez de la raza anglosajona». ¡Pues va bien saberlo!

13. En el libro, Sandokán mata un tigre de Bengala a pecho descubierto y cuchillada limpia, pero no saltando y rajándole limpiamente al volar bajo su figura felina al ataque. Ese hallazgo visual es de Sergio Sollima, el director de la adaptación televisiva de 1976. ¡Qué decepción!

14. Ser inglés debe de resultar lo más repugnante que podría imaginarse uno ser en la Malasia, o al menos eso piensa Sandokán para demostrarle a Marianna hasta qué punto la ama: «Siento que por esa mujer me haría hasta inglés».

15. Los españoles, como siempre, son los malos de la función; pero como casi siempre, malos de segunda. Apenas aparecemos por ahí de fondo, aportando una goleta o un navío cualquiera a la flota para atrapar al Tigre de Mompracem.

¡Vaya mierda de villanos hacemos en toda ocasión!

CONCLUSIÓN: hay obras que mejor no moverlas del plano de la adolescencia. Creo que ésta es una de ellas. Curiosamente, en ese terreno del folletín popular he disfrutado más ‒literariamente‒ novelas como Los siete infantes de Lara (1862), de Manuel Fernández y González, o cualquiera de José Mallorquí. Pero claro, ésos son autores españoles. ¡¡¡Están condenados al olvido instantáneo!!!

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Hernán Migoya

Hernán Migoya es novelista, guionista de cómics, periodista y director de cine. Posee una de las carreras más originales y corrosivas del panorama artístico español. Ha obtenido el Premio al Mejor Guión del Salón Internacional del Cómic de Barcelona, y su obra ha sido editada en Estados Unidos, Francia y Alemania. Asimismo, ha colaborado con numerosos medios de la prensa española, como "El Mundo", "Rock de Lux", "Primera Línea", etc. Vive autoexiliado en Perú.
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