Guzmán Urrero
Para quien se sienta atraído por el mundo de las catedrales, esta obra será un manual imprescindible. Con un carácter a primera vista pedagógico, Miguel Sobrino nos invita a visitar aquellas que se alzan en España, descubriendo sus aspectos específicos, sus curiosidades e incluso su simbología.
Cada capítulo, aparte de la necesaria información arquitectónica, artística e histórica, incluye un preciso resumen de todo lo que el visitante o el curioso necesitan saber para admirar debidamente la catedral en cuestión.
Hay muchos detalles que enriquecen y hacen liviano el estudio. Para empezar, se trata de un libro formidablemente escrito, y ello permite que la lectura, pese a las dimensiones del volumen, se convierta en un verdadero placer. Debo insistir en este punto, porque el elevado número de páginas nos puede llevar al equívoco de que este es un manual universitario, destinado al ámbito erudito. En realidad, Sobrino evita la jerga técnica y cualquier otro exceso académico. Sin duda, el autor desmenuza los puntos básicos de análisis, actualiza viejas ideas y verifica todos sus razonamientos, pero lo hace siempre con esa cortesía literaria que logra seducir al lector no especializado.
En este sentido, el libro contentará a todos aquellos que se acerquen a él, al margen de sus conocimientos previos sobre la materia. Podemos usarlo como un texto introductorio, que parte de un nivel medio, y también como una obra de referencia ‒exhaustiva, minuciosa, con más datos que otros ensayos a un nivel equiparable‒. Esos dos niveles, el inicial y el más profundo, componen lo que viene a ser un curso intensivo sobre todas esas catedrales que enriquecen el patrimonio español, y que en cierto modo, dibujan la identidad de nuestro país.
Se trata, pues, de un ensayo con una extraordinaria personalidad, único en su especie, y muy recomendable en estos tiempos en los que el arte y la historia no parecen triunfar masivamente ‒o esa impresión tengo‒ en la era de Twitter.
Hay una virtud adicional, que uno va descubriendo desde los primeros capítulos, y es que este libro nos sugiere, muy entre líneas, lo que hoy deberíamos hacer con las catedrales, y lo que sucederá si no entendemos su verdadero valor. Al fin y al cabo, la conservación de ese tesoro histórico, religioso y artístico impone una actitud que debe estar por encima del simple beneficio turístico.
Sinopsis
¿Sabía que en las entrañas de la catedral de Sevilla se esconde un cocodrilo gigante disecado? ¿Que el Papamoscas de Burgos no es el único que existe? ¿Que el Santo Grial está en la catedral de Valencia? ¿O que al arquitecto de la catedral de Granada se le puede considerar el Miguel Ángel español?
Hoy estamos acostumbrados a ver los grandes templos de las ciudades españolas como museos inmaculados y silenciosos, pero esta visión se aleja del propósito real de estas magníficas construcciones. En la Edad Media las catedrales eran centros dedicados a Dios, pero también lugares de encuentro y reuniones de negocio, zonas de juego para los niños y verdaderas continuaciones techadas de las calles y plazas de las ciudades.
Miguel Sobrino ofrece en este libro -ilustrado de forma única por él mismo- una auténtica narración biográfica de veinticinco catedrales españolas entre las más señaladas. Su relato reivindica el valor humano de estos edificios, que aún hoy transforman el horizonte de las ciudades que los acogen. Y demuestra que la realidad de las catedrales es mucho más fascinante que su leyenda.
Incluye más de 400 ilustraciones inéditas.
Miguel Sobrino González (Madrid, 1967) es dibujante y escultor. Ha publicado numerosos artículos sobre arte y arquitectura tanto en libros (El lenguaje de la arquitectura románica, La arquitectura tradicional en tierras de León, El arte del Renacimiento en el territorio burgalés, Palacio árabe de la Alhambra, Itinerarios de Isabel la Católica, En torno a los oficios tradicionales, El arte en el Camino. Un recorrido artístico por el Camino de Santiago) como en medios especializados o divulgativos (Goya, Boletín del Museo Arqueológico Nacional, Loggia, Descubrir el Arte, La Aventura de la Historia, Restauración y Rehabilitación).
Como ilustrador, ha trabajado para diferentes editoriales y por encargo para varias instituciones como el Instituto del Patrimonio Histórico Español, Instituto Cervantes, Fundación de Cultura Islámica, Museo de las Ferias de Medina del Campo, Museo Arqueológico de Vitoria, Institución Gran Duque de Alba, Fundación Martínez Gómez-Gordo y los ayuntamientos de Madrid, Córdoba y Santo Domingo de la Calzada.
Habitualmente imparte clases, conferencias y cursos en universidades y otras instituciones. Junto a Enrique Rabasa, se encarga de la asignatura de Taller de Cantería en la Escuela de Arquitectura de Madrid.
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Blas Matamoro
