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«El poderoso Thor» (1987-1993), de Tom DeFalco y Ron Frenz

La prosaica dimensión humana de otros superhéroes se relaciona, necesariamente, con las costumbres humanas. Unas costumbres que los dioses nórdicos, incorporados de forma oportuna al panteón Marvel, asumen con cierta dificultad. Y sin embargo, más allá de su grandilocuencia teatral, de sus poses shakespearianas y de sus costumbres vikingas, Thor y sus congéneres llevan unas cuantas décadas asombrando a los lectores del género, convertidos en figuras imprescindibles dentro del escenario marvelita.

En general, los admiradores de Thor suelen mencionar a un solo autor como el merecedor de mayores elogios: Walter Simonson. Se comprende que, dada la altura creativa de Simonson, su sucesor al frente de la franquicia fuera menos valorado. Y sin embargo, Tom DeFalco tomó decisiones que, con el paso de los años, podemos comprender mucho mejor.

Es obvio que, a lo largo de esta nueva etapa (Thor vol. 1, nº 383-459, septiembre de 1987-febrero de 1993), el personaje oscila entre dos géneros bien definidos, la fantasía heroica ‒con algún apunte de espada y brujería‒ y la space opera más tradicional. DeFalco siempre prefirió la peripecia galáctica, quizá porque entendió que Thor era un personaje propio del pulp, y porque dentro del pulp, la ópera espacial fue y sigue siendo una línea extremadamente exitosa.

Hay otra fórmula que nos remite al pulp clásico: la doble personalidad del héroe. En este caso, y como comprobarán los lectores, DeFalco opta por fusionar al arquitecto  Eric Masterson en cuerpo y alma con el dios del trueno, reforzando en el personaje una faceta terrestre y otra asgardiana. Esto es algo que ya habíamos visto en los orígenes del superhéroe, y que para algunos supuso una vuelta atrás (¿otro Donald Blake?), pero que en términos narrativos volvió a funcionar durante un periodo razonable.

Todo cómic es hijo de su tiempo, y el que ahora tenemos entre manos responde al estilo impuesto a fines de los ochenta y comienzos de los noventa. Sí, ya sé que la invasión inglesa estaba removiendo por las mismas fechas los cimientos del género, pero cualquiera que visitase un quiosco o una tienda de tebeos por aquellos días reconocerá que el Thor de DeFalco y Ron Frenz viene a ser el ejemplo perfecto ‒y sumamente entretenido‒ de lo que solíamos leer en nuestros años mozos.

¿Una prueba? Echen un vistazo a estas aventuras imposibles que transcurren a medio camino entre la tierra y las metrópolis astrales. Disfruten con esas escenografías lisérgicas y majestuosas, y con la presencia de Los Vengadores en su etapa de apogeo. Y sobre todo, revivan este retorno a los orígenes del personaje, en el que se resume una época de inocencia que ya no volverá.

Sinopsis

Contiene The Mighty Thor 383-408 y Annual 14 USA

Tras la mítica etapa de Walter Simonson, el Dios del Trueno recibió al que había sido aclamado equipo creativo de The Amazing Spider-ManTom DeFalco y Ron Frenz irrumpieron en el mundo de Thor para llevar a cabo una relectura en clave nostálgica de los viejos tiempos en que Stan Lee y Jack Kirby guiaban el destino del Hijo de Odín. Una vuelta a la grandeza de antaño, en el primer volumen de la recuperación de esta etapa de culto.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © Marvel Comics, Panini Cómics. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de la sección cultural de 'The Objective'. Escribió de forma habitual en 'La Lectura', revista cultural de 'El Mundo'. Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador de las páginas de cultura del diario 'ABC' y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Ha trabajado en el sector editorial y es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.