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«Capitán América: Civil War» (2006-2007), de Ed Brubaker

Como bien saben sus lectores, existe una marca especial de inteligencia en todos los cómics del Capitán América firmados por Ed Brubaker. Esa característica se combina con la nostalgia en el excepcional tomo que lleva por título Capitán América: Civil War (Panini, 2011).

La telaraña del crossover que da forma a Civil War se tendió entre 2006 y 2007, a partir del esquema narrativo puesto en marcha por Mark Millar, quien convirtió la pregunta «¿De qué parte estás?» en un mantra repetido a lo largo y ancho del Universo Marvel.

La confrontación fratricida que originó el Acta de Registro de Superhumanos es una de las mejores ocurrencias que han surgido en la Casa de las Ideas, y lo es por una sencilla razón: pone a cada personaje al límite, y lo enfrenta con las contradicciones derivadas de su peculiar actividad (ahí es nada: ser un justiciero enmascarado) y de su propia biología (sobre todo, en el caso de los mutantes).

Además, las implicaciones políticas de dicho argumento nos permiten reflexionar sobre la complejidad de ideas como la libertad o la seguridad en el mundo que nos ha tocado vivir tras la caída de las Torres Gemelas.

Como su título indica, Capitán América: Civil War ahonda en los efectos que esa contienda civil tiene sobre el Centinela de la Libertad y su entorno. Así, el ciclo Tambores de guerra, editado originalmente entre noviembre de 2006 y enero de 2007, se resuelve como un thriller de acción y espionaje, en el que Nick Furia, Sharon Carter –Agente 13 de SHIELD y novia del Capitán– o los mismísimos Cráneo Rojo y Dr. Fausto juegan sus cartas con demoledoras consecuencias.

El soberbio dibujo de Mike Perkins en Tambores de guerra se acomoda a esta epopeya oscura con un aire noir que a nadie le pasará inadvertido.

Algo más funcional es el trabajo gráfico de Lee Weeks y Stefano Gaudiano en El invierno mata (febrero de 2007), una historieta de transición, en la que el Soldado de Invierno ataca, bajo las indicaciones de Nick Furia, una base de Hydra.

Aquí tiene mayor interés el hecho de que al Soldado se le unan tres ayudantes espontáneos –Patriota, la nueva Ojo de Halcón y La Visión– que le empujan a recordar los tiempos en que aún se llamaba James Buchanan «Bucky» Barnes y combatía a los nazis junto al Capitán América en la Segunda Guerra Mundial.

Ese es, justamente, el núcleo de Sangre roja, blanca y azul (septiembre de 2009), el relato de guerra y vampirismo que Brubaker ambienta a comienzos de 1945, durante la ofensiva en Bastogne.

Gene Colan, el veterano maestro que ilustró míticas portadas del Capitán America desde 1949, retoma los lápices a los 83 años, y para alegría de sus muchos admiradores, da aquí una lección de dinamismo, estilo y buen gusto. A pocos les sorprendió que la historieta en cuestión ganase el Premio Eisner.

Sinopsis

Mientras el Centinela de la Libertad se encuentra inmerso en la Guerra Civil, organizando la resistencia clandestina al gobierno y a los héroes pro-Registro, las personas que son más cercanas a Steve Rogers sufren las consecuencias, cada una a su manera.

Sharon Carter tiene sus lealtades divididas entre el hombre que ama y sus superiores de SHIELD mientras que el Soldado de Invierno encara la verdad sobre lo que se vio obligado a hacer durante la Guerra Fría.

Ficha editorial

Capitán América: Civil War (Panini, 2011)

Guión: Ed Brubaker

Dibujo: Mike Perkins, Lee Weeks, Gene Colan

Contiene Captain America vol. 4, 22-24, Winter Soldier: Winter Kills y Captain America 601 USA

Copyright del texto © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de sinopsis e imágenes © Marvel Comics, Panini España. Cortesía de Panini Cómics. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.