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«Battlestar Galactica» (2004-2009): El desarrollo de los personajes

Una de las razones del éxito masivo de Battlestar Galactica (BSG) fue la forma en que Ronald D. Moore y su equipo de guionistas supieron construir y desarrollar a los personajes. Éstos se presentan muy bien en la miniserie, y a lo largo de las temporadas que siguieron, no sólo nos irían dando más pistas sobre su pasado y los acontecimientos que les llevaron a ser quienes son, sino que les vemos cambiar y transformarse ante las dramáticas decisiones y experiencias que han de arrostrar.

Cuando llega el final, todos han dejado atrás sus antiguos seres. Son personas nuevas, y la transición se ha realizado de forma coherente, verosímil y gradual, como debe ser en una buena obra de ficción.

Los productores reunieron a un conjunto de actores de gran solidez, que brindaron una magnífica interpretación a lo largo de toda la serie. La elección de Edward James Olmos como Adama resultó sorprendente y polémica. En la serie original, el personaje estaba interpretado por Lorne Green, epítome de la autoridad patriarcal y bonachona.

El Adama de Olmos es la antítesis de aquél. Con su característico estilo interpretativo sobrio y rasposo, da vida a un oficial que reprime sus emociones y que se ha distanciado de su propia familia. Es una buena persona, pero llegado el momento no dudará en hacer lo que sea necesario, por cruel que pueda parecer, en aras del deber o la seguridad de la Flota. Especialmente intensos, por lo escasos y por la genialidad de Olmos, son esos momentos en los que se rompe la frialdad de Adama, dando rienda suelta al fiero carácter que esconde en su interior.

Su hijo, Lee Apolo Adama (Jamie Bamber) es muy diferente a su padre… y al mismo tiempo tan semejante que su relación no puede ser por menos que difícil. Excelente piloto de Viper y oficial responsable, las acciones de su padre acabarán poniéndole ante una difícil encrucijada: continuar en un ejército demasiado frecuentemente inclinado a la dictadura, o servir a la Flota en el ámbito civil, lo que para el comandante supondría una traición personal. No menos complicada será la relación que Apolo mantenga con Kara, «Starbuck», de quien hablaré más adelante.

Otro de los personajes más complejos y atractivos de BSG es la presidenta Laura Roslin, interpretada por Mary McDonnell con una acertada mezcla de contención e intensidad, enfrentada y al tiempo atraída por el Comandante Adama. Antigua maestra metida a política, enferma de cáncer y obligada por las circunstancias a asumir una pesada responsabilidad que nunca deseó, Roslin irá pasando por diferentes fases en las que tendrá que tomar decisiones muy duras. En unos casos, serán juiciosas y sensatas, otras serán innecesariamente crueles o incluso corruptas. El espectador sabe que, en el fondo, es una persona honesta que intenta hacer lo mejor posible su nada envidiable trabajo, pero al mismo tiempo no puede evitar disentir de ella en no pocos momentos de la serie.

Y, por supuesto, Gaius Baltar, personaje de cuyos cambios con respecto a la serie original ya hablé anteriormente  y del que también comentaré más aspectos en otro artículo.

BSG fue extensamente publicitado en su andadura inicial como un espectáculo televisivo de obligado visionado. No sólo insuflaba nueva vida a un clásico sino que iba dirigida a un mercado, el de las cadenas por cable como Sci-Fi Channel, que funcionan como boutiques especializadas para espectadores que buscan temáticas y enfoques muy concretos. Tras el éxito cosechado con la miniserie inicial (8 de diciembre de 2003 – 9 de diciembre de 2003), los productores recibieron luz verde a una temporada adicional de trece episodios (18 de octubre de 2004 – 24 de enero de 2005) que tuvo aún mejor acogida. A ella le seguirían otras tres de 22 episodios (2ª: 15 de julio de 2005 – 10 de marzo de 2006 / 3ª: 6 de octubre de 2006 – 25 de marzo de 2007 / y 4ª: 4 de abril de 2008 – 20 de marzo de 2009).

No sólo fue el formato de BSG pensado para satisfacer a una audiencia moderna, sino que empleó técnicas propias del serial-culebrón,  como la «narrativa flexible» (en la que la historia principal se va desarrollando sobre un complejo puzle narrativo en el que, a su vez, evolucionan un amplio reparto de personajes). Al igual que en los seriales tradicionales, los acontecimientos pasados se repiten de vez en cuando en forma de flashbacks. Como el serial progresa de semana en semana, ha de enfrentarse a problemas derivados del propio formato: primero, deben ser capaces de enganchar a nuevos espectadores que se suban sobre la marcha, y al mismo tiempo, mantener la continuidad de tal forma que quien se pierda uno o dos episodios no se quede colgado. En segundo lugar, los seriales deben generar suficiente interés y emoción entre los espectadores como para sobrevivir al hiato estival entre temporadas.

Los finales de cada temporada de Galáctica y los breves avances que el canal iba dosificando en los meses veraniegos, supieron cumplir perfectamente tal misión, generando expectación y aumentando el atractivo potencial de la serie.

El renacimiento de BSG bajo un formato de serial con un final concreto que cerraba definitivamente la historia, significaba que se podría poner más atención en la caracterización y la definición de las relaciones ente humanos y Cylones o en los conflictos políticos y personales entre los militares y el gobierno civil humanos, en lugar de limitarse a una historia eternamente estática como en la franquicia de Star Trek.

Ofreciendo líneas narrativas y personajes entrelazados, se lanzaron posteriormente spin-offs como Razor (24 de noviembre de 2007) y El plan (27 de octubre de 2009) –de los cuales hablaré en el último artículo de esta serie–, o los webisodios en los que se ampliaba y completaba la historia principal narrada en la serie madre: La resistencia (10 de septiembre de 2006 – 5 de octubre de 2006), Razor Flashback (5 de octubre de 2007 – 16 de noviembre de 2007) y La cara del enemigo (1 de diciembre de 2008 – 12 de enero 2009).

BSG se ajustaba así a la tendencia de la televisión contemporánea de no apoyarse exclusivamente en el episodio de la semana, sino construir un suspense narrativo y una lealtad de los fans a través de la ampliación de ese particular universo en una multiplicidad de formatos (TV, Internet, cómics, DVD). Otras series del momento, como Héroes o Perdidos siguieron también esta tendencia a la complejidad narrativa (la primera también contó con series de comicbooks y webisodios), alimentando sus estatus de programas postmodernos y de culto.

Por todas estas razones y más que comentaré en sucesivos artículos, BSG se convirtió en una de las series de ciencia-ficción más influyentes y seguidas de los últimos treinta años. Lo que se narró en el curso de cuatro temporadas, setenta y cinco episodios y dos telefilmes fue una saga madura, inteligente y absorbente, que estudiaba en un marco de ciencia-ficción temas tan actuales en nuestro mundo como el terrorismo, el imperialismo, el fundamentalismo religioso, la tecnofobia, la tensión entre el mundo militar y el civil, la guerra y las servidumbres de la paz, el odio al extraño, los límites del deber, la forma de definir la identidad personal y comunitaria, el racismo, la corrupción política, la justicia popular, el papel de los medios de comunicación, la perpetuación del clasismo en la sociedad… También se planteaban cuestiones ‒ya con una mezcla entre lo social, lo filosófico y lo científico‒ como la estrecha línea que separa la vida e inteligencia humanas de un sofisticado ser artificial, o la posibilidad de que algo creado por el hombre tenga emociones y sentimientos genuinos… En definitiva, ¿qué nos hace humanos?

Artículos de la serie:

Galáctica, estrella de combate (Battlestar Galactica, 1978-1979)

Galáctica, estrella de combate (Battlestar Galactica, 2004-2009)

Battlestar Galactica (2004-2009): Concepción visual y diseño de producción

Battlestar Galactica (2004-2009): Un acercamiento realista a la ciencia-ficción

Battlestar Galactica (2004-2009): El desarrollo de los personajes

Battlestar Galactica (2004-2009): ¿Qué nos hace humanos?

Battlestar Galactica (2004-2009): Cultos religiosos en el espacio exterior

Battlestar Galactica (2004-2009): Ética, moral y supervivencia

Battlestar Galactica (2004-2009): Política en un mundo impredecible

Battlestar Galactica (2004-2009): Las secuelas

Copyright del artículo © Manuel Rodríguez Yagüe. Publicado previamente en Un universo de ciencia ficción y editado en Cualia con permiso del autor. Reservados todos los derechos.

Manuel Rodríguez Yagüe

Como divulgador, Manuel Rodríguez Yagüe ha seguido una amplia trayectoria en distintas publicaciones digitales, relacionadas con temas tan diversos como los viajes ("De viajes, tesoros y aventuras"), el cómic ("Un universo de viñetas"), la ciencia-ficción ("Un universo de ciencia ficción") y las ciencias y humanidades ("Saber si ocupa lugar"). Colabora en el podcast "Los Retronautas".