Mamoru Hosoda, forjado como profesional todoterreno en el mundo de animación japonesa, dio el salto autoral en 2006 con La chica que saltaba a través del tiempo. Destaca por ser uno de los pocos directores que logran que sus películas se estrenen en los cines españoles, todo un logro para alegría de los fans del anime, un público no masivo pero muy fiel y entusiasta.
Tras El niño y la bestia (2015), Mamoru Hosoda reafirma su estilo, consistente en el virtuosismo técnico y la mezcla de las escenas cotidianas y las fantásticas con un lirismo muy peculiar.
Asistiendo a la proyección de Mirai, los aficionados a la serie Shin-chan recordarán aquellos episodios en los que el joven protagonista recibía en casa a su hermanita recién nacida, Himawari, con la consiguiente “pelusa”, trastadas a la pequeña y broncas por parte los padres. La película tiene un argumento muy similar, que por otra parte se basa en algo que ha sucedido y seguirá sucediendo en la mayoría de las familias del planeta. De hecho, la xenofobia se curaría al caer en la cuenta de que, en asuntos como este, todos los seres humanos vienen a ser iguales en todas partes.
Hay mucha comedia en Mirai, pero no tanta como en Shin-chan. Lo interesante es que, aparte de las trastadas y rabietas del pequeño protagonista, lo interesante de la película es mostrar cómo, a partir de la llegada de la hermanita, el crío empieza a darse cuenta de que existe más gente que él en el mundo: sus padres tienen nombre, también fueron niños y sus antepasados también fueron jóvenes. En el futuro, la bebé será una adolescente y él un joven adulto. Incluso aprende a empatizar con el perro de la familia.
La cinta aborda el crecimiento personal y la necesidad de dejar de lado el egoísmo, con algunas ideas e imágenes fantasiosas alternadas con secuencias de vida cotidiana muy bien narradas y de excelente ritmo.
Se trata de una producción muy recomendable para toda la familia. Y no es una frase hecha, ya que puede servir como base para charlas de provecho entre padres e hijos.
Sinopsis
El pequeño Kun, de cuatro años, deja de ser el centro de atención de sus padres cuando nace su hermana Mirai. Frustrado y algo molesto, empieza a experimentar situaciones en casa que nunca había vivido. Pero las cosas cambian de forma mágica cuando la versión adolescente de su hermana viaja en el tiempo desde el futuro para vivir junto a Kun una aventura extraordinaria más allá de lo imaginable.
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