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Gerónimo, el guerrero apache que desafió a dos naciones

Edward Rielly, autor de ‘Legends of American Indian Resistance’, relata la trágica masacre que marcó la vida del legendario líder apache

Gerónimo (1829-1909), cuyo verdadero nombre era Goyahkla (a veces escrito Goyathlay), es una de las figuras más emblemáticas de la resistencia indígena americana, y eso ha llevado a que su nombre se haya convertido en sinónimo de guerrero en el contexto militar.

Una figura temida y admirada

La reputación de este personaje estaba bien merecida, ya que su nombre generaba temor entre los colonos al norte y sur de la frontera entre Estados Unidos y México. Era odiado por los euroamericanos e incluso por algunos apaches, quienes lo culpaban de avivar el conflicto cuando la derrota parecía inevitable para ellos.

Carecía de las habilidades de liderazgo social y político del jefe Joseph, de los nez percés, o de las cualidades espirituales y flexibles de Toro Sentado, el gran líder lakota que atrajo a una gran cantidad de indígenas de las llanuras a su causa, logrando la victoria más famosa contra el ejército estadounidense en la Batalla de Little Bighorn en 1876.

A pesar de esas diferencias, Gerónimo se ganó un lugar en la historia. Su fama fue tal que los paracaidistas estadounidenses de la Segunda Guerra Mundial gritaban «¡Gerónimo!» antes de saltar de los aviones. Incluso los niños, décadas después de su muerte, repetían esta palabra al realizar actos de valentía imaginaria, como lanzarse desde un columpio a las aguas de un río.

Controversias alrededor de su nombre

Un uso más reciente y muy controvertido del nombre de Gerónimo fue como código en la operación militar estadounidense de 2011 que concluyó con la muerte de Osama Bin Laden. Esta asociación provocó un profundo malestar en distintas organizaciones y figuras: desde el Congreso Nacional de Indígenas Americanos al el Consejo Nacional de Jefes Onondaga, pasando por diversas publicaciones nativoamericanas, el presidente tribal de los apaches de Fort Sill, Jeff Houser, e incluso el bisnieto de Gerónimo, Harlyn Gerónimo.

Todo esto llevó al Comité del Senado sobre Asuntos Indígenas a abordar el tema en una audiencia previamente programada para discutir el uso de nombres e imágenes indígenas en los deportes y en la cultura popular. Los funcionarios del Departamento de Defensa argumentaron que no pretendían faltarle el respeto a Gerónimo. Explicaron que la operación en su totalidad fue denominada Operación Neptune Spear, y que cada paso fue nombrado alfabéticamente. El paso «G», que involucraba la captura o muerte de Bin Laden, fue codificado con el nombre del líder apache. Sin embargo, esta explicación no apaciguó a quienes habían expresado su indignación.

Gerónimo fotografiado por Frank A. Rinehart en 1898.

El origen de la venganza de Gerónimo

¿Qué condujo a Gerónimo a emprender un camino de resistencia desde los campos de batalla de México y el suroeste de Estados Unidos? ¿Y qué llevó a convertir su recuerdo en un código militar usado en Pakistán?

Aunque sería una simplificación excesiva reducir la vida pública de Gerónimo a un solo incidente, su vida como guerrero fue profundamente influida por un evento muy personal: el ataque a un campamento apache por parte del general mexicano José María Carrasco.

Durante años, los apaches habían comerciado y luchado con los mexicanos. Cuando Goyahkla (quien aún no era conocido como Gerónimo) alcanzó la edad adulta, alrededor de los diecisiete años, fue aceptado como guerrero y comenzó esta relación dual con los mexicanos. Unos dos años antes, en torno a 1844, el padre de Goyahkla, Taklishim, había muerto a causa de una enfermedad, y Goyahkla asumió la responsabilidad de cuidar a su madre, Juana (Juanita).

Según su autobiografía, dictada a Stephen M. Barrett, superintendente de escuelas en Lawton (Oklahoma) y publicada en 1906, Gerónimo mostraba un profundo compromiso hacia su madre. Poco después de convertirse en guerrero, Goyahkla se casó con una joven apache nednai llamada Alope. Le entregó una considerable dote de ponis a su padre, Noposo, para poder casarse con ella. Hablamos de un precio elevado. ¿La razón? Era una hija ejemplar y su padre quizás quería retenerla. Goyahkla y Alope ya habían sido amantes por algún tiempo, y él relata en su autobiografía que su mayor alegría al alcanzar la mayoría de edad fue poder casarse con ella.

El ataque mexicano que lo cambió todo

Cuando Goyahkla cruzó nuevamente a México alrededor de 1850 (en su autobiografía cita 1858, pero frecuentemente se equivocaba en las fechas), no tenía razón para sospechar nada fuera de lo común. Los apaches viajaban en un grupo grande, bajo el mando de Mangas Coloradas. En ese grupo estaban incluidos los miembros de la banda bedonkohe, a la que pertenecía Goyahkla, y la banda nednai, ambas subdivisiones de los apaches chiricahua. Pasaron por Sonora, camino de Casas Grandes. Acamparon en lo que se cree que era Janos (referido como Kaskiyeh en la autobiografía), y muchos de los hombres fueron al pueblo a comerciar.

Esto continuó durante varios días, dejando siempre una guardia para proteger a las mujeres, los niños y los suministros.

Sin embargo, una tarde, mientras los hombres regresaban al campamento, se encontraron con mujeres y niños huyendo de las tropas mexicanas que habían atacado el campamento. Los mexicanos habían matado a los guardias, así como a muchas mujeres y niños, destruyendo los suministros y robando los ponis de los apaches.

La venganza de un guerrero

Al llegar al campamento, Goyahkla descubrió que su esposa, su madre y sus tres hijos habían muerto. En su autobiografía, relata cómo se apartó solo y permaneció junto a un río. Aunque no detalla lo que sintió, su descripción transmite poderosamente el profundo dolor y pérdida que lo embargaba.

Sin provisiones, armas o caballos, los sobrevivientes regresaron a Arizona. Gerónimo, entonces joven, seguía a sus compañeros en silencio, incapaz de rezar o idear algún plan de acción. Su mente estaba consumida por el sufrimiento.

Al llegar a su hogar, quemó los ornamentos de Alope, los juguetes de sus hijos y su tipi junto con el de su madre. A partir de entonces, nunca más se sintió en paz en un hogar propio. Con el corazón destrozado, Goyahkla juró vengarse de los mexicanos.

Un año después, regresó a México con una gran partida de guerreros y comenzó a ejecutar su venganza. Según los informes, fue durante esta incursión en México cuando sus enemigos empezaron a llamarlo Gerónimo, aunque nunca se ha dado una explicación definitiva para este nombre. El apodo se quedó, y Gerónimo continuaría sus batallas contra los mexicanos y, poco después, contra los colonos y soldados de los Estados Unidos que invadían su tierra natal.

Ganó una reputación que lo acompañaría durante toda su vida. Como ya vimos, esa fama se prolongó hasta el siglo XXI, incluso en lugares que Gerónimo jamás habría imaginado, como Pakistán.

La sorprendente decisión de contar su historia

A primera vista, Gerónimo parece un candidato improbable para escribir la historia de su vida y estar dispuesto a compartirla con aquellos contra los que había luchado durante gran parte de su vida adulta. Sin embargo, muchas personas, quizás la mayoría, sienten un gran deseo de aclarar los hechos y ser comprendidos. Gerónimo parece no haber sido diferente en este sentido. También expresó su esperanza de que su historia pudiera persuadir al gobierno de permitirle a él y a otros apaches regresar a su suroeste natal.

Además, Gerónimo veía su autobiografía como una forma de ganar dinero. Durante sus últimos años como prisionero, había aprendido el poder del dinero y se había dedicado a vender fotografías, botones y otros recuerdos. Por lo tanto, cuando Barrett planteó la posibilidad de contar su historia, Gerónimo insistió en que se le pagara por hacerlo. Las ocasionales sospechas de Gerónimo de que el superintendente Barrett pudiera querer su historia para hacerle daño fueron suavizadas por la presencia del traductor Asa Adklugie, hijo de Juh (también escrito Whoa), un viejo amigo, aliado y primo por matrimonio de Gerónimo.

La astucia política de Gerónimo y la intervención de Roosevelt

Con plena conciencia de que era odiado por muchos y estaba a merced del Gobierno, Gerónimo fue políticamente astuto al narrar sus hazañas. Se centró en detallar sus batallas contra los mexicanos, pero se mantuvo generalmente reservado en lo que respecta a los enfrentamientos con el ejército de los Estados Unidos.

Aun así, probablemente la autobiografía nunca se habría publicado sin el apoyo del presidente Theodore Roosevelt. La solicitud de Barrett para escribir la vida de Gerónimo fue rechazada por el ejército, pero un recurso al presidente le trajo el permiso deseado. Más tarde, al responder al manuscrito completo, Roosevelt nuevamente ofreció su apoyo, pero con la sugerencia de que Barrett aclarara que las opiniones expresadas en el libro eran únicamente de Gerónimo. Roosevelt no fue difícil de convencer.

Antes de la solicitud de Barrett, el propio Roosevelt había pedido a Gerónimo que participara en su desfile inaugural en marzo de 1905. El líder apache accedió.

Antes de salir de Washington, Gerónimo se reunió con el presidente y le rogó que le permitiera regresar a su tierra natal. Roosevelt escuchó compasivamente, pero se negó, explicando que temía represalias contra los apaches por parte de los residentes de la zona si regresaban.

Cuando la autobiografía fue publicada en 1906, Gerónimo, creyendo que el presidente podría cambiar de opinión, dedicó su relato al presidente.

Sobre el autor

Edward Rielly es profesor de inglés en el Saint Joseph’s College de Maine. Ha publicado más de veinte libros, incluyendo varios volúmenes de su propia poesía. Entre sus obras de no ficción figuran Sitting Bull: A Biography (Greenwood, 2007) y Legends of American Indian Resistance (ABC-CLIO, 2011). Este último incluye un capítulo sobre Gerónimo.

El texto de este ensayo, editado en inglés en The Public Domain Review, se publica en Cualia, traducido al español, bajo licencia CC. Ver aquí para más detalles.

The Public Domain Review

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