Las aventuras de Conan ubican su figura en el linde de un pasado legendario. Un tiempo bárbaro y también sofisticado, sin márgenes de confianza, donde la hechicería ocupa el lugar de la ciencia, y en el que empuñar un hacha de doble filo o un mandoble es un derecho legítimo.
En materia de supervivencia, los dilemas de Conan no son especialmente complejos, sobre todo cuando hay adversarios que salen a su encuentro. No obstante, el guerrero cimmerio posee una inteligencia y una intuición que lo alejan del clásico bruto sin substancia. Por otro lado, su nihilismo también le permite, muy de cuando en cuando, causas morales más o menos dignas.
Sin duda, Roy Thomas conocía bien las coordenadas seudomedievales y orientalistas del personaje, y esto es algo que se advierte claramente en esta reedición, que uno puede leer alternándola con los relatos originales de Robert E. Howard. Para decirlo más brevemente, cuando salió a la venta la colección regular de Conan el Bárbaro en 1970, era ya evidente la continuidad que se establecía entre sus viñetas y los episodios publicados dos décadas antes por Howard.
Este maravilloso tomo, impecablemente editado, nos recuerda la brillantez narrativa de Thomas y el nivel como dibujante del sucesor de Barry Smith, cuya labor concluyó en el nº 24 de la serie (marzo de 1973). Dicho sucesor no fue otro que John Buscema, uno de los representantes más destacados de lo que suponía Marvel en términos artísticos durante aquellos años.
El toque realista de los dibujos de Buscema casa a la perfección con el espíritu pulp de Howard, y por otro lado, su debut en el nº 25 (abril de 1973) también coincide con el arquetipo reforzado por Frank Frazetta: una curiosa mezcla de brutalidad, magia y sensualidad.
El dúo formado por Thomas y Buscema alcanzó un sonado éxito que, en su época, sorprendió a propios y extraños. Visto hoy, es fácil advertir el atractivo de esta propuesta, fruto de un equipo creativo que incluye a los entintadores Ernie Chua, Sal Buscema y John Severin. Y sin lugar a dudas, está claro que Chua supo enriquecer ‒y por qué no decirlo, mejorar‒ ese trazo tan personal de John Buscema.
Esto último es algo que se advierte en episodios tan potentes como “La sangre de Bel-Hissar” (nº 27, junio de 1973) y “Luna de Zembabwei” (nº 28, julio de 1973), en los que el exotismo, la violencia y la brujería son enfocados de una forma especialmente atractiva para el lector.
En lo que se refiere a los guiones de la serie, encontramos homenajes a la obra literaria de Howard y asimismo adaptaciones de sus herederos o albaceas, L. Sprague de Camp y Lin Carter, tan criticados en su época por completar bocetos y apuntes howardianos, canibalizando su obra con un claro olfato comercial.
Imitando esa operación de Camp y Carter, el propio Thomas introduce aquí un segundo personaje creado por Howard, pero sacándolo de su ambiente histórico original. Se trata de Red Sonja, que emprende sus aventuras en los números 43 y 44 de la serie (octubre-noviembre de 1974).
Dado el carisma de Conan y de Red Sonja, y sobre todo, teniendo en cuenta la rotundidad creativa del equipo artístico que motiva estas líneas, uno puede recomendar sin reservas la compra de este tomo tan memorable.
Sinopsis
¡Sigue la recopilación en integrales del Conan de Marvel! Este integral recopila Conan The Barbarian # 27-60 (junio de 1973 – marzo de 1976) con autores como Roy Thomas y John Buscema.
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