El panteón DC genera personajes como la mitología griega genera dioses y semidioses. La proliferación de enmascarados resulta sorprendente. De ahí que, cada cierto tiempo, en la mencionada editorial se haga necesario un concilio que reordene el estatus de su creciente galería de superhumanos.
Esa galería, por cierto, se ha visto multiplicada por héroes y villanos que quieren hacerse respetar en los innumerables rincones del Multiverso. En este sentido, hay que ser un lector muy aplicado para llegar a comprender el alcance de cada una de esas dimensiones.
Con esa intención –la de simplificar el panorama cuántico en el que se había convertido el entorno DC, con varias Tierras paralelas–, salió a la venta Crisis en Tierras Infinitas (abril de 1985 – marzo de 1986), una saga ambiciosa y fascinante, obra del guionista Marv Wolfman y de los ilustradores George Pérez, que se hizo cargo del dibujo, Dick Giordano, Jerry Ordway y Mike DeCarlo, que se ocuparon del entintado.
Planteada como un exhaustivo crossover, la serie se extendió a lo largo de doce entregas, primorosamente conectadas con una continuidad que abarca medio siglo de cómics DC.
Como en todas las sagas llamadas a marcar un antes y un después, Crisis en Tierras Infinitas corta por lo sano cuando conviene. Así, hay superhéroes carismáticos que pierden la vida y otros dan un giro dramático a su destino.
A nadie le sorprende que, a partir de esa fecha, los aficionados hablen de momentos pre-Crisis y post-Crisis.
Wolfman emprendió una tarea titánica con el fin de resolver problemas de continuidad, sobre todo en lo que se refiere a nuestro planeta y a su conexión con Tierra 2, Tierra 3 y Tierra 4. Ese esfuerzo del guionista, inmerso en un relato con el que además se celebraban los 50 años de DC, se apoyó en un pilar: el Monitor, un sombrío personaje que ya había aparecido en cameos durante el año anterior al lanzamiento de Crisis.
El contraste entre el Monitor y el Anti-Monitor sirvió a Wolfman para jugar con un concepto ampliamente popularizado por la ciencia-ficción de la época (y que, por cierto, siguen aprovechando series como Fringe). Me refiero, claro está, a la antimateria y a la fricción entre universos paralelos.
Hoy en día ya estamos acostumbrados a los reboots –el relanzamiento de un personaje o de una trama con un nuevo escenario psicológico, estético o moral–, pero en 1985 era un ejercicio atrevido que, dicho sea de paso, aquí dio un excelente resultado.
Leer de nuevo Crisis en Tierras Infinitas nos permite adentrarnos en una aventura exuberante, superpoblada de figuras carismáticas. Esta maxiserie, que ya es un tebeo de culto, alcanza una escala operística y revela que Wolfman no solo es un autor inteligente, sino que además conoce la genealogía de DC con admirable detalle.
Sinopsis
¡Mundos vivirán, mundos morirán y el Universo DC no volverá a ser el mismo! Una oleada de antimateria está arrasando el multiverso, y solo el misterioso Monitor parece conocer la causa y, lo que es más importante, la solución: reclutar a los héroes más poderosos de todas las tierras para hacer frente al enemigo más peligroso que jamás hayan conocido. ¿Bastará el empeño de Superman, el Capitán Marvel, Flash, Supergirl, los Nuevos Titanes y compañía para evitar la destrucción de los pocos mundos que quedan en pie?
En 1985, El guionista Marv Wolfman y el dibujante George Pérez celebraron los 50 años de historia de DC Comics con Crisis en tierras infinitas, un acontecimiento sin parangón protagonizado por todos los héroes y villanos de la casa que limpió cinco décadas de continuidad y allanó el terreno de cara a la llegada de nuevos lectores.
EDICIÓN ORIGINAL: Crisis on Infinite Earths núms. 1 a 12 USA || FECHA PUBLICACIÓN EN ESPAÑA: Abril de 2014 || GUIÓN: George Pérez, Marv Wolfman || DIBUJO: George Pérez, Jerry Ordway || FORMATO: Cartoné, 368 págs. A color.
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