“A nadie le importan los estándares cinematográficos, esto es el siglo XXI”.
Algo así es lo que dice uno de los dos niños protagonistas de la última película de M. Night Shyamalan, inscrita dentro de ese estilo cinematográfico tan de moda llamado found footage, ya saben, falsas imágenes documentales que se constituyen en eje de la narración (Holocausto caníbal, El proyecto de la Bruja de Blair, [REC], Monstruoso y un larguísimo etcétera).
En los últimos años este tipo de películas ha brotado como setas en otoño. ¿Por qué tanto éxito? Básicamente, por tres razones:
1) Son, por lo general, más baratas de hacer, lo cual es un plus para cineastas con presupuestos ajustados. Unos chavales amateur con un móvil ya pueden hacer su película de miedo en un fin de semana.
2) A diferencia de lo que sucede con la narrativa cinematográfica clásica, el tipo de lenguaje visual que manejan está más cercano al público joven, que consume constantemente vídeos de YouTube.
3) Por su formato, es necesario que las imágenes sean descuidadas y temblorosas, que estén desenfocadas y nada esté bien encuadrado, todo para dar “realismo” al asunto. Es decir, que un cineasta torpe y amateur ya no tiene que saber nada de cine para presentar una película.
A uno le pueden gustar más o menos los guiones de M. Night Shyamalan, pero decir que es un mal director es faltar a la verdad. El director de Señales es uno de cineastas más dotados de su generación, pese a haber sido maltratado por una “opinión general” que la ha tomado con él por razones peregrinas.
Entonces, ¿qué hace metiéndose en un género casi siempre reservado a novatos y a amantes del dinero fácil? ¿Se ha rendido a la industria y ha pasado por el aro?
Algo de eso hay, claro. Incluso Shyamalan tiene que comer, así que nos presenta una sencilla, barata y muy efectiva comedia negra de las que no pueden fallar en taquilla (dos niños documentan la primera visita que hacen a sus abuelos, a los que no conocían, con inquietantes resultados). De paso, el director elabora una reflexión (principalmente visual) sobre el nuevo mundo audiovisual en el que todo está grabado, pero donde se engaña más nunca.
Lo normal en la mayoría de las películas found footage (con notables excepciones) es asistir a una especie de Tren de la Bruja grabado: una sucesión de sustos básicos con alguien gritando “buh” a una cámara subjetiva que avanza con tembleque. M. Night Shyamalan incluye dos o tres sustos baratos para contentar a los espectadores más básicos, pero en realidad, y pese a ser un film teóricamente grabado por dos niños con sus cámaras caseras, vuelve a derrochar talento visual con una (des)cuidada realización cinematográfica.
Más que en el susto de feria, el director de El bosque se apoya en una tensión casi constante y en un sano sentido del humor bien dosificado. El terror, en realidad, proviene de ese temor que todos tenemos a la peor cara de la vejez (enfermedad, demencia y, finalmente, muerte), algo casi paranormal para los niños, tan ajenos a los males de la edad.
El film también incluye una historia emotiva sobre el perdón y los lazos familiares y blablabla… pero en realidad, no es lo que domina en este astuto entretenimiento, divertido y malévolo como una Historia de la Cripta, una historieta de las páginas de Creepy o un episodio de Alfred Hitchcock presenta.
La visita es ideal para pasar un buen mal rato, y de paso asistir a una excelente clase de teoría y práctica cinematográfica.
Sinopsis
El guionista, director y productor M. Night Shyamalan (El sexto sentido, Señales, El protegido) y el productor Jason Blum (las entregas de Paranormal Activity, La noche de las bestias e Insidious) les dan la bienvenida a La visita, de Universal Pictures.
- Night Shyamalanvuelve a sus raíces con esta aterradora historia en la que dos hermanos pasan un fin de semana en la remota granja de sus abuelos en Pensilvania. Cuando los niños descubren que la anciana pareja está metida en algo profundamente inquietante, se dan cuenta de que cada día que pasa, hay menos probabilidades de que regresen a casa.
La visita está producida por M. Night Shyamalan, a través de su empresa Blinding Edge Pictures, Jason Blum, a través de Blumhouse Productions, y Marc Bienstock (Cuarentena: Terminal). Los productores ejecutivos son Steven Schneider (Insidious) y Ashwin Rajan (La trampa del mal).
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