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Batman: la serie animada

Los que fuimos niños en los 80 solemos ser muy pesados con esa década repleta de grandes productos enfocados al público infantil y juvenil. Por esa misma razón, maldecimos los años 90 como inicio de la decadencia artística y del triunfo del aburrimiento tontorrón. En todo acaso, siendo realistas, tendríamos que darnos cuenta de que los dibujos animados de los 90 fueron bastante superiores.

Cadenas de televisión como Nickelodeon, Cartoon Network o incluso MTV ofrecieron auténticas maravillas durante esa década, series no sólo enfocadas a los pequeñajos sino también a los jóvenes e incluso a los adultos. ¿La causa? Posiblemente, el rotundo éxito de Los Simpsons.

La oferta fue de lo más variado: el humor grunge de Beavis & Butthead, la psicodelia ultraviolenta de Aeon Flux, la sofisticación pop de Las Supernenas o la genial demencia de Ren & Stimpy son sólo algunos ejemplos de la efervescencia animada de aquellos tiempos, muy superior en creatividad y calidad a esos mediocres anuncios de juguetes de los 80 que eran, por ejemplo, TranformersGI Joe o Masters del Universo.

Los tremendos bombazos de taquilla que fueron Batman (1989) y, en menor medida, Batman Vuelve (1992), hicieron que Warner quisiera aprovechar los últimos recovecos comerciales de la franquicia. La compañía se puso manos a la obra, y el 5 de septiembre de 1992 llegó Batman: The Animated Series, que se mantendría en antena hasta el 15 de septiembre de 1995.

En principio, cabía esperar una pobre versión dibujada e infantilizada de las películas de Tim Burton. Al fin y al cabo, existía el precedente de series de animación más bien bochornosas, como RamboKarate Kid o RoboCop (salvamos los dibujos animados de Los Cazafantasmas, que estaban por encima de la media). Por fortuna, Warner, de manera voluntaria o accidental, ofreció otra cosa distinta: los dibujos animados que se merecía Batman.

El guionista Paul Dini, los dibujantes Bruce Timm y Eric Radomski, la directora de voces Andrea Romano, la compositora Shirley Walker y un largo etcétera de grandes profesionales unieron sus fuerzas para crear una obra que unía a la perfección el Batman siniestro y adulto con la acción y diversión para todos los públicos, logrando un equilibrio perfecto que no ha alcanzado ninguna adaptación cinematográfica del Cruzado Enmascarado.

A primera vista, lo que más chocó a todo el mundo fue el estilo visual de la serie, con unos diseños entre lo caricaturesco y lo elegante, de marcado tono art déco y claramente influido por los viejos dibujos animados de Superman (1941-1942) de Max Fleischer.

La unión con los Batman de Tim Burton, por cuestiones de negocio, era inevitable, pero muy leve: en la (legendaria) entradilla de la serie sonaba la soberbia marcha compuesta por Danny Elfman, la acción se situaba en un mundo actual pero pasado por el filtro de los años 30, y el Pingüino compartía las deformidades (y el pato gigante) del villano encarnado por Danny DeVito.

Por lo demás, era una creación independiente que ponía mayor atención en los cómics que en las películas, con bastante fidelidad a las viñetas pero sin miedo a reinterpretar y hasta a crear nuevos personajes.

La serie contó con distintas etapas. La primera se desarrolló entre 1992 y 1994. Durante ese periodo, disfrutó de la aceptación no sólo del público joven, sino de la crítica, que se deshizo en alabanzas. Asimismo, ganó nada menos que cuatro premios Emmy.

Esta etapa se emitió en la cadena Fox norteamericana, y se pudo disfrutar (al igual que las siguientes), en Canal Plus.

Entre 1994 y 1995, la serie se retituló The Adventures of Batman & Robin, sin grandes cambios salvo una mayor presencia del Chico Maravilla y Batgirl. Habría que hacer una mención al videojuego homónimo que apareció por entonces, para Super Nintendo y Megadrive, una espectacular joyita de plataformas y mamporros que nos quitó no pocas horas de estudio a algunos.

Entre 1997 y 1999, la serie vino a llamarse Las Nuevas Aventuras de Batman, emitiéndose en el canal de televisión de Warner Bros. Por entonces, y prácticamente con el mismo equipo, Warner triunfaba con la versión animada de Superman, y comenzaba a construir su exitoso universo DC animado (completado por Batman del FuturoLa Liga de la Justicia y varias cintas de animación).

En Las Nuevas Aventuras de Batman se conservaba el tono, pero se cambiaban los diseños de los personajes, con unos trazos algo más limpios y osados, adaptándose al estilo visual de la serie de Superman. En esta serie, Dick Greyson ya ha crecido lo suficiente como para convertirse en Nightwing, y Tim Drake hereda el uniforme de Robin.

Aunque, oficialmente, pertenezcan a la serie de Superman, cabe destacar un episodio en tres partes que narra el primer encuentro entre el Caballero Oscuro y el Hombre de Acero, no muy diferente en espíritu al narrado por John Byrne en los 80. Estos tres episodios se unieron y se comercializaron en formato doméstico como La Película de Batman/Superman (The Batman Superman Movie: World’s Finest, 1998).

Hemos dicho que los dibujos animados de Batman no dudaron a la hora de hacer cambios o introducir novedades en el mundo de Gotham. Dichos atrevimientos no fueron recibidos con tomatazos, y de hecho, calaron tan bien que alteraron los propios cómics de Batman.

¿Ejemplos? La creación de uno de los personajes más populares actualmente: Harley Quinn, ex psiquiatra y groupie del Joker. La presentación televisiva de Harley tuvo lugar el 11 de septiembre de 1992, y fue llevada posteriormente al papel por Paul Dini y Bruce Timm en el cómic Amor Loco (febrero de 1994), que es, sencillamente, uno de los mejores cómics de Batman jamás creado.

La serie animada también provocó la llegada de Renée Montoya, personaje creado por Dini y Timm con la idea de debutar en la serie, si bien adelantó finalmente su “estreno” en las viñetas del número 475 de Batman. Recordemos que Montoya fue una de las principales protagonistas de la magistral serie de cómics Gotham Central, y que posteriormente se transformó en The Question.

Otro ejemplo es la reinvención del personaje de Mr. Freeze en el memorable episodio Corazón de Hielo (7 de septiembre de 1992). El que hasta entonces había sido un villano bufonesco se transformó en un personaje trágico y carismático, heredero del Dr. Phibes en sus motivaciones y con un impactante aspecto retro debido, nada menos, que al dibujante Mike Mignola.

La animación de la serie no corría a cargo siempre de los mismos estudios, y se notaban claramente los cambios de calidad, pero cuando era buena, se situaba a años luz de la animación convencional televisiva.

También hay que destacar que, junto a otras pocas series animadas norteamericanas –como podría ser la infravalorada C.O.P.S. (1988-1989), las armas disparaban plomo. Puede parecer un dato irrelevante, pero resultaba chocante ver en acción ametralladoras Thompson y pistolas automáticas en un panorama animado de rayos láser injustificados.

Por último, debemos citar las icónicas voces de Kevin Conroy como Batman/Bruce Wayne y Mark Hamill como Joker (con reconocimiento a la gran adaptación española que hizo el actor Luis Bajo).

Y paremos aquí, porque si un servidor se pusiera a rememorar episodios, este artículo nunca llegaría a su último párrafo. Episodios como Cara de Barro (8-9 de septiembre de 1992), con esas alucinantes transformaciones de Clayface. O el doble (jajaja) episodio del nacimiento de Dos Caras (25 de septiembre de 1992). O la paranoia de ¿Qué es la Realidad? (24 de noviembre de 1992). O el cochambroso Tengo a Batman en el Sótano (30 de septiembre de 1992). O…

Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.

Copyright de las imágenes © Warner Bros. Animation, Warner Bros. Television. Reservados todos los derechos.

Vicente Díaz

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional como periodista y crítico de cine en distintos medios. Entre sus especialidades figuran la historia del cómic y la cultura pop. Es coautor de los libros "2001: Una Odisea del Espacio. El libro del 50 aniversario" (2018), "El universo de Howard Hawks" (2018), "La diligencia. El libro del 80 aniversario" (2019), "Con la muerte en los talones. El libro del 60 aniversario" (2019), "Alien. El 8º pasajero. El libro del 40 aniversario" (2019), "Psicosis. El libro del 60 aniversario" (2020), "Pasión de los fuertes. El libro del 75 aniversario" (2021), "El doctor Frankenstein. El libro del 90 aniversario" (2021), "El Halcón Maltés. El libro del 80 aniversario" (2021) y "El hombre lobo. El libro del 80 aniversario" (2022). En solitario, ha escrito "El cine de ciencia ficción" (2022).