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Valentine, Alejandra y Marguerite

En 1962, Valentine Penrose, una de las poetas más eminentes de Francia, publica Erzsébeth Bàthory. La Comtesse sanglante, novela lírica que recoge diez años de investigaciones sobre una de las mayores asesinas de la historia, la condesa húngara que torturó y desangró a más de seiscientas doncellas en los sótanos de su castillo de Csejthe.

“He aquí la historia de la condesa que se bañaba en la sangre de las muchachas. Una historia auténtica e inédita. Ha sido difícil hacerse con los documentos pertinentes, ya que aconteció hace más de tres siglos y medio, en aquella Hungría salvaje, incomunicada ahora tras el telón de acero. Las piezas del proceso han ido pasando de archivo en archivo. Y, ¿qué fue en 1956 de los archivos de Hungría del castillo de Budapest? No se sabría en la actualidad dónde ir a contemplar el sombrío retrato, de extraviada mirada, de la muy hermosa Erzsébet Báthory. El castillo de Csejthe lleva doscientos años en ruinas, allá en su espolón de los Pequeños Cárpatos, en las lindes de Eslovaquia. Allí siguen los vampiros y los fantasmas y, también, en un rincón de los sótanos, el puchero de barro que contenía la sangre lista para verterla por los hombros de la Condesa. La Alimaña de Csejthe, la Condesa Sangrienta, aúlla aún, de noche, por los aposentos cuyas ventanas y puertas todavía siguen tapiadas.”

Así comienza la introducción histórica que Valentine escribe en su obra, a modo de reseña bibliográfica o estado de la cuestión del tema que se disponía a relatar.

Cuando se publica el libro de Valentine, Alejandra Pizarnik vive en París y queda prendada tanto de la historia como de la forma en que es relatada la historia. Y escribe su prosa más extensa, mezcla de poesía y reseña literaria. En un pasaje de sus diarios, dejó escrito:

“¿Cuál es mi estilo? Creo que el del artículo de la condesa. Insisto, una y otra vez, en la fascinación por el tema de mi nota. Nunca después volvió a sucederme algo parecido.”

Un poema en prosa que Alejandra publicó en el primer número de la revista Testigo de Buenos Aires (primer trimestre de 1966). Reseña que comienza así:

Valentine Penrose ha recopilado documentos / y relaciones acerca de un personaje real e insólito: / la condesa Báthory, asesina de 650 muchachas. / Excelente poeta (su primer libro lleva un fervoroso prefacio / de Paul Éluard), no ha separado su don poético de su / minuciosa erudición. Sin alterar los datos reales penosamente / obtenidos, los ha refundido en una suerte de vasto y / hermoso poema en prosa. / La perversión sexual y la demencia de la condesa Báthory / son tan evidentes que Valentine Penrose se desentiende de / ellas para concentrarse exclusivamente en la belleza convulsiva / del personaje.”

Por aquel entonces, Marguerite Yourcenar andaba embarcada en la preparación de una obra que, provisionalmente, había titulado Tres mujeres llamadas Isabel. Obra que nunca llegó a escribir. Sin embargo, sabemos de su existencia gracias a uno de sus ensayos, «Juegos de espejos y fuegos fatuos», escrito en 1975 y publicado en su libro El tiempo, gran escultor (1983). Las tres Isabeles que iban a protagonizar su libro nonato eran Santa Isabel de Hungría, la emperatriz Isabel de Austria y la condesa Báthory.

Cuenta que, mientras se documentaba para su escrito, viajó en un barco llamado Báthory, que debía su nombre al rey polaco Stefan Báthory, pariente de la famosa condesa. En Eslovaquia, visitó el castillo de Csejthe, que perteneció a la familia Báthory y fue escenario de los crímenes de la condesa, en donde vio cómo un gato negro escapaba entre unos matorrales. A la vuelta de su viaje, fue sorprendida por otra gran coincidencia: al acudir a una biblioteca vio casualmente sobre el mostrador un libro recién devuelto por un lector, abierto por la página donde se dedicaban algunos párrafos a la condesa sangrienta… Llegada a este punto, escribe:

“Lejos de mi intención pretender que un espíritu maligno hubiese acudido aquel día, o unos días antes, desde Eslovaquia, para impulsar a un asiduo de la biblioteca de Bangor a elegir ese libro entre centenas de millares de otros, para luego devolverlo, abierto por esa página, un instante antes de llegar yo. Como todo lo relacionado más o menos con los campos inexplorados, este débil signo, suponiendo que fuese uno, resulta inconsecuente hasta el punto de ser descabellado. No era precisa la intervención de las fuerzas oscuras para poner ante mis ojos una obra mediocre, que yo había hojeado cuando la publicaron, es decir, veinte años atrás. Y sin embargo, para establecer el cálculo de probabilidades necesarias para obtener esa pequeñísima coincidencia, hubiera sido menester jugar con cifras seguidas de toda una serie de ceros. Todo sucede, en esas ocasiones, como si el mundo alrededor nuestro estuviera situado en un único campo magnético, o constituido en todas sus partes por un metal buen conductor. Pensándolo bien, sería algo así como la estructura del universo de la adivinación china, tal como la dilucida Jung en su prefacio del I Ching.”

Tres mujeres, tres escritoras, fascinadas con una cuarta. Tres escritoras que investigan durante años, cada una por su cuenta, pero sabiendo del trabajo de las demás. Tres mujeres que documentan sus escritos, visitan bibliotecas, se enfangan en el polvo de los archivos. Tres mujeres haciendo cosas que, en teoría, no son de mujeres. Incluida la cuarta, la investigada.

En la imagen, ilustración de Santiago Caruso que acompaña a la edición de “La condesa sangrienta” de Alejandra Pizarnik publicada por Libros del Zorro Rojo (Barcelona, 2012).

Copyright del artículo © Mar Rey Bueno. Reservados todos los derechos.

Mar Rey Bueno

Mar Rey Bueno es doctora en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid. Realizó su tesis doctoral sobre terapéutica en la corte de los Austrias, trabajo que mereció el Premio Extraordinario de Doctorado.
Especializada en aspectos alquímicos, supersticiosos y terapéuticos en la España de la Edad Moderna, es autora de numerosos artículos, editados en publicaciones españolas e internacionales. Entre sus libros, figuran "El Hechizado. Medicina , alquimia y superstición en la corte de Carlos II" (1998), "Los amantes del arte sagrado" (2000), "Los señores del fuego. Destiladores y espagíricos en la corte de los Austrias" (2002), "Alquimia, el gran secreto" (2002), "Las plantas mágicas" (2002), "Magos y Reyes" (2004), "Quijote mágico. Los mundos encantados de un caballero hechizado" (2005), "Los libros malditos" (2005), "Inferno. Historia de una biblioteca maldita" (2007), "Historia de las hierbas mágicas y medicinales" (2008) y "Evas alquímicas" (2017).

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