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«Zombis nazis» («Dead Snow», Tommy Wirkola, 2009)

Los veranos nos suelen deparar sorpresas, en especial el estreno de pequeños éxitos de la serie B como este título noruego lleno de nieve, tripas y redivivos nacionalsocialistas. Poca política y mucho gag sangriento en un clásico ejemplo de gore más cómico que terrorífico, ese subgénero denominado por algunos como splatstick.

El muerto viviente es quizá el monstruo cinematográfico con más utilidades, ya que sirve a la perfección para todo tipo de metáforas sociales, políticas y hasta filosóficas, pero también resulta ser un perfecto saco de boxeo de carne para que el héroe de la película cometa todo tipo de tropelías a un cuerpo humano sin que su moral se vea demasiado afectada, por aquello de que los zombis ya no son personas.

Por estas razones, los muertos vivientes han sido protagonistas de películas que mezclan terror, porquerías, acción y risas por igual ya desde la legendaria Zombi (Dawn of the Dead, 1978), donde Romero utilizaba a estos pútridos personajes como diana no sólo de las armas de fuego de los protagonistas, sino de caídas tontas y múltiples burlas.

Desde entonces han sido muchas las cintas que han combinado terror, humor y resucitados, aunque pocas han alcanzado la calidad y originalidad de mini-clásicos como El regreso de los muertos vivientes (Dan O’Bannon, 1985), Re-Animator (Stuart Gordon, 1985), Braindead (Peter Jackson, 1992) o Shaun of the Dead (Edgar Wright, 2004).

Zombis nazis no llega a la altura de los títulos mencionados, sino que se engloba más bien en la infinita colección de cortometrajes y largometrajes que homenajean y copian las primeras películas de Sam Raimi y Peter Jackson.

La mayoría de esas obras suelen ser poco inspiradas y casposas excusas para probar trucos gore, y en el mejor de los casos una colección de supuestos tributos a películas como Evil Dead Braindead que, sinceramente, resultan lo suficientemente sólidas como para necesitar de los homenajes de una panda de ineptos con videocámara y un cubo de látex.

Zombis nazis cae en algunas tonterías típicas de este tipo de obras, como las referencias obvias y escasamente ingeniosas a las mismas películas de siempre, aparte de un desarrollo narrativo muy torpe consistente en una primera mitad terriblemente aburrida en la que se enlazan diálogos soporíferos entre unos personajes irrelevantes, seguida por una serie de gags sanguinolentos mostrados en un orden un tanto aleatorio.

Aun así, la película se sitúa por encima de otros ejemplos similares como La legión de los muertos (Olaf Ittenbach, 2001) o Zombieland (Ruben Fleischer, 2009), ya que el director Tommy Wirkola se preocupa de algo que va más allá de la pose «gamberra» y, al menos, intenta crear una atmósfera propia –triunfando de manera intermitente– al aprovechar un entorno nevado que da bastante juego, tanto por la sensación de aislamiento que provoca como por el efecto visual del contraste entre el suelo blanco, los rojos higadillos y los oscuros muertos vivientes nazis.

Además, los responsables han sabido encontrar un equilibrio adecuado entre los efectos digitales y los más efectivos trucos de maquillaje de toda la vida, no cediendo a esas tentaciones del píxel que han echado a perder tantos films recientes, incluyendo los de George A. Romero.

Por otro lado, Zombis nazis cuenta con un elemento muy atractivo, tanto que se ha convertido en el título español de la película. Siempre agrada al frágil corazón del aficionado a la serie B la presencia de ese ser de ultratumba que combina dos de los villanos más recurrentes en la cultura popular en uno.

No es la primera vez que vemos aparecer en la pantalla a peligrosos nazis en avanzado estado de descomposición, e incluso tenemos ejemplos patrios como la infame La tumba de los muertos vivientes (Jess Franco, 1983) o Kárate a muerte en Torremolinos (Pedro Temboury, 2003), e incluso Joel Schumacher ha metido a uno de estos bichos en su reciente Blood Creek (2009), pero a ningún aficionado le molesta una dosis más de abrigos de cuero y bocas descarnadas.

Pese a ser este nuevo título un digno ejemplo de cine basado en esta subespecie zombi, hay que reconocer que todavía está por llegar el gran clásico del Muerto Viviente del III Reich. ¿Alguna idea, Guillermo del Toro?

Sinopsis

Un grupo de universitarios noruegos de medicina se dispone a pasar un fin de semana en la nieve, pero su escandalosa presencia despierta de su letargo a un mal que permanecía enterrado desde los tiempos de la II Guerra Mundial. La diversión de los jóvenes se tornará en una pesadilla cuando son atacados por soldados alemanes muertos liderados por el también fallecido y temible Standartenführer Herzog. A pesar de tan temible amenaza, los universitarios harán frente con valor y espíritu salvaje a los soldados alemanes.

Copyright del artículo © Vicente Díaz. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © 2009 Yellow Bastard Production, News On Request y Euforia Film. Cortesía de DeAPlaneta. Reservados todos los derechos.

Vicente Díaz

Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad Europea de Madrid, ha desarrollado su carrera profesional como periodista y crítico de cine en distintos medios. Entre sus especialidades figuran la historia del cómic y la cultura pop. Es coautor de los libros "2001: Una Odisea del Espacio. El libro del 50 aniversario" (2018), "El universo de Howard Hawks" (2018), "La diligencia. El libro del 80 aniversario" (2019), "Con la muerte en los talones. El libro del 60 aniversario" (2019), "Alien. El 8º pasajero. El libro del 40 aniversario" (2019), "Psicosis. El libro del 60 aniversario" (2020), "Pasión de los fuertes. El libro del 75 aniversario" (2021), "El doctor Frankenstein. El libro del 90 aniversario" (2021), "El Halcón Maltés. El libro del 80 aniversario" (2021) y "El hombre lobo. El libro del 80 aniversario" (2022). En solitario, ha escrito "El cine de ciencia ficción" (2022).