La extrapolación optimista del futuro fue muy común a finales del siglo XIX. Una desviación de esas especulaciones futuristas fue la creación de novelas sobre lo que podría haber sucedido si el pasado se hubiera desarrollado de otra forma, un género hoy muy popular que se conoce como “Historia Alternativa”.
Charles Renouvier escribió uno de los primeros ejemplos en esta obra cuyo título completo es Ucronía (Utopía en la Historia), un apunte histórico apócrifo sobre el desarrollo de la civilización europea no como fue sino como podría haber sido”.
Renouvier fue un influyente filósofo francés cuya principal aportación fue la formulación de un sistema ideológico completo a partir del pensamiento de Kant. No vamos a profundizar demasiado en el farragoso campo del pensamiento filosófico del siglo XIX. Lo que nos atañe a nosotros es el ámbito de la ciencia ficción y el papel de Renouvier en ella. Y su contribución más importante fue bautizar todo un subgénero con el título de este libro aun cuando no fue el primero en explorarlo (recordemos Napoleón ou la conquête du Monde).
Ucronía es una palabra que funde otras dos: utopía y cronos (tiempo) y según la Real Academia de la Lengua su definición es «la utopía aplicada a la historia; historia reconstruida lógicamente de tal modo que habría podido ser y no ha sido». El término fue inventado por Renouvier, no en esta novela, sino en un artículo que publicó en 1857 y que acabaría dando origen unos años después al libro que comentamos.
En resumen y para los no iniciados, una ucronía supone que, en un momento clave determinado, la Historia de nuestra línea temporal sufre una modificación que la hará discurrir por un camino distinto al que nosotros conocemos. Se ha creado, por lo tanto, un mundo imaginario. Se trata de un subgénero bien determinado pero cuya adscripción resulta confusa, siendo reclamada tanto por la Ciencia Ficción como por la Fantasía. Al fin y al cabo, ambas siguen un mismo principio creativo: la búsqueda de mundos posibles.
Hemos hablado de momentos clave, de puntos de inflexión históricos. Se les conoce como puntos Jumbar y suelen ser acontecimientos lo suficientemente importantes como para que, de no haber tenido lugar, todo el futuro a partir de ese punto discurriría por un camino diferente. El punto Jumbar (o punto bisagra) elegido por Renouvier es harto sugerente: antes de morir, el emperador romano Marco Aurelio dispone que su sucesor sea el filósofo Avidio Casio. El reinado de este último lleva a un florecimiento de las artes y las ciencias que impedirá la expansión del cristianismo en el este, ya que Constantino no decretará que el cristianismo sea la religión oficial. Las guerras de religión, la Inquisición… nunca se producirán, dando lugar a un temprano estado laico o multiconfesional.
A partir de esta obra, este subgénero de la ciencia-ficción experimentará un impulso notable: los autores se lanzarán a imaginar mundos en los que Colón nunca emprendió su viaje a las Indias, donde la Segunda Guerra Mundial vio el triunfo del Tercer Reich, donde Francia es una monarquía constitucional o la Inglaterra Victoriana detiene la revolución industrial y el vapor se consolida como tecnología que mueve el mundo. Revisaremos algunos de ellos en futuros artículos.
Por desgracia, no he conseguido encontrar una edición reciente de esta obra en nuestro idioma. Fue traducida al español por José Ferrater Mora en 1945 y editada por Losada. No existen problemas para encontrarla en inglés o francés en diversas librerías por internet.
Copyright del artículo © Manuel Rodríguez Yagüe. Publicado previamente en Un universo de ciencia ficción. Reservados todos los derechos.