El éxito de las cintas de Méliès no pasó desapercibido en la naciente industria cinematográfica. Pronto, otros cineastas europeos y norteamericanos probaron suerte con este recién nacido subgénero de límites aún difusos que mezclaba la fantasía con lo que hoy conocemos como ciencia-ficción. Uno de aquellos primeros competidores de Méliés fue un antiguo prestidigitador como él, Gaston Velle, que para la productora Pathé rodaría Un sueño de luna llena (1905) y este Voyage autour d’une étoile.
Un anciano astrónomo se ha pasado la vida estudiando las estrellas. Una en particular le fascina, pero se desespera por no ser capaz de inventar una máquina capaz de surcar el espacio y llevarlo allí. Al observar a su criado jugar con pompas de jabón, tiene una idea: hacer una enorme burbuja que le transportará hasta su estrella, donde será calurosamente recibido por la reina y su corte.
Viajes interestelares dentro de pompas de jabón, planetas poblados por starlettes vestidas con antiguos trajes de baño… Como en las películas de Méliès, esta breve cinta de poco más de seis minutos carece totalmente de rigor científico… y tiene su mismo encanto. Sus inocentes planteamientos, sus efectos sencillos, creativos y espontáneos cautivaron al público de entonces tanto como hoy lo hace la animación computerizada en tres dimensiones.
Copyright del artículo © Manuel Rodríguez Yagüe. Publicado previamente en Un universo de ciencia ficción y editado en Cualia con permiso del autor. Reservados todos los derechos.