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«Witch Doctor» (2011-2013), de Brandon Seifert y Lukas Ketner

El doctor Vincent Morrow es un hombre inteligente y con nervios de acero. Si no, estaría en el psiquiatra como Hugo Strange, Walter Bishop y otros científicos enloquecidos que han pasado a la historia de la cultura popular.

En el cautivador universo ideado por el guionista Brandon Seifert, Morrow se labra una reputación ocupándose de casos perdidos para la ciencia. Me refiero –por si no lo habíais intuido ya– a posesiones demoniacas, pesadillas lovecraftianas y atroces visitantes del inframundo.

Lo mejor de todo ello es que nuestro científico aborda sus casos con un desparpajo y un optimismo hiperactivo que comparte con otra figura de similar trazado: el Dr. Who. Al fin y al cabo, ambos vienen a ser como un niño grande y sabio que hubiera pasado todo el fin de semana en el parque de atracciones.

En todo caso, en el linaje de esta figura concurren influencias de otros dos galenos poco usuales: el televisivo House y mi admirado Dr. Extraño. Sea como fuere, el cóctel funciona, y en ningún momento parece un pastiche. Al contrario, el resultado es fresco, seductor y genuino.

A estas alturas, es más que difícil presentar un thriller de horror que cuente algo nuevo, o al menos, que nos cuente una vez más esas pocas historias que merecen ser repetidas. Witch Doctor lo consigue.

Bajo la protección de Robert Kirkman, el bueno de Seifert repasa su diccionario de mitos del terror, y nos invita a realizar una visita, sin billete de vuelta, a un mundo extraño, en el que vampiros y hombres peces demuestran que no hay sacrificio que no pueda soportar nuestra curiosidad.

¿A quién no le apetece conocer a seres innombrables alrededor de los cuales se monta un circo de tres pistas? Quien crea que no hay nada nuevo que decir al respecto, ha renunciado ya al disfrute que garantiza este cómic. Un tebeo sensacional, en el que el doctor, en compañía de su ayudante Gast y la enfermera criptófaga Penny, demuestra que sabe tanto de apendicitis como de posesiones infernales.

Sin necesidad de caer en chabacanerías, el relato de Seifert conserva en todo momento el punto de ebullición. Está apenas un peldaño por debajo de series como Hellblazer, y en opinión de quien esto escribe, se adelanta al propio Kirkman en más de un sentido.

Al dibujante de la serie, Lukas Ketner, le agradecerán los lectores su estilo pulcro, detallista y refinado. Dicho estilo, ya de por sí agraciado, gana enteros a medida que la serie avanza. Pero lo mejor de todo es que uno tiene la impresión de que el artista ha releído toda la colección de Creepy y House of Mystery antes de ponerse a la tarea.

Sinopsis

La editorial de Robert Kirkman (Los Muertos Vivientes) presenta este relato protagonizado por el Dr. Vincent Morrow, el Witch Doctor.

El Dr. Morrow está buscando una vacuna para el Apocalipsis. En su búsqueda para intentar comprender la biología de lo sobrenatural,se enfrenta a vampiros, posesiones demoníacas, hadas y mucho más.

Ficha editorial

Robert Kirkman presenta Witch Doctor-A golpe de bisturí, nº1

Brandon Seifert | Lucas Ketner

Traductor: Diego de los Santos

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

Copyright de imágenes y sinopsis © Collider Entertainment, Planeta DeAgostini Cómics. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de la sección cultural de 'The Objective'. Escribió de forma habitual en 'La Lectura', revista cultural de 'El Mundo'. Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador de las páginas de cultura del diario 'ABC' y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Ha trabajado en el sector editorial y es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.