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«Unfaking News. Cómo combatir la desinformación», de Raúl Magallón Rosa

Era inevitable: al igual que supuso un canal privilegiado para la distribución de conocimientos, internet también ha sido el mejor conducto para la mentira y el seudoperiodismo. Hace siglos que circulan noticias inventadas, pero las redes sociales y la viralidad digital han conseguido que estemos de vuelta de casi todo. Es más: ha llegado un punto en que, a la hora de consumir información, parece que la verdad nos importa menos que los prejuicios.

La lógica del periodismo clásico ‒contar la verdad de los hechos‒ ha sido sustituida por otras costumbres bastante innobles. Por ejemplo, anteponer la opinión a la realidad, sustituir la independencia por el mercadeo político y fomentar ese estado de inopia al que llamamos posverdad. Sumemos a ello la pereza del consumidor, tantas veces incapaz de ir más allá del titular, y el clima de ligereza y cainismo que impera en las redes. El resultado será el que ya conocen ustedes: un periodismo alineado, minúsculo, compulsivo, polarizado, para leer al tran tran, o aún peor, para volcar en Twitter o en Facebook una dosis cotidiana de odio.

En Unfaking News, Raúl Magallón Rosa demuestra que esa tendencia dominante aún puede ser contrarrestada. Tanto por parte del emisor ‒el principal responsable de los bulos‒ como por parte de quien se informa en los medios. Del diagnóstico que propone el autor extraigo un par de evidencias. La primera es que la expansión de la mentira y la posverdad tiene dos motivos muy claros, dinero y poder, y un modelo de acceso: la visibilidad en redes, donde siempre prima la cantidad sobre la calidad. La segunda es que ese empeño manipulador da mucho de sí, porque no se limita al ámbito local, sino a un escenario global, definido por la minería de datos, la publicidad personalizada, la ciberguerra y la infopropaganda.

La revisión de este fenómeno que nos ofrece Unfaking News es exhaustiva, y destaca tanto por su ambición como por su claridad. Todo lo que linda con la mentira periodística y con la desinformación es descrito y analizado por el autor con rigor, amenidad y prudencia intelectual.

Este libro es muy recomendable precisamente por todo aquello que anuncia ‒un mundo interconectado, donde el periodismo ya no es un espejo del día a día‒ y por las cautelas que nos propone frente a las falsedades que se ven venir, mientras tantos y tantos se esfuerzan en difundirlas.

Lúcido y riguroso, el ensayo de Magallón Rosa nos invita a frenar esta avalancha, recuperando la sensatez y el buen criterio que nunca debimos perder.

Sinopsis

¿Por qué en este momento resulta más complicado reconocer La Verdad si nuestro conocimiento sobre lo que somos es mucho mayor de lo que había sido nunca? ¿Estar más informado significa hoy estar mejor informado? El problema de la desinformación se ha situado en la actualidad como algo que parece imposible de comprender a través de los mecanismos de reproducción actuales. Como si se estuviera desarrollando una especie de empatía colectiva en torno a la desilusión de estar informado, como si la sensación individual de estar más y mejor informados que nunca supusiera el reconocimiento colectivo de que una mayor formación y una vida con más posibilidades de elección implican paradójicamente una mejor comprensión de nuestras limitaciones como civilización, cultura y sociedad. Unfaking News se presenta con la predisposición de explicar, explorar y contextualizar este nuevo fenómeno ya que junto al paraguas semántico que se ha ido construyendo en los últimos años en torno al concepto de fake news, aparecen otros como desinformación, posverdad, hechos alternativos, cámaras de eco, burbujas informativas, clickbait o granjas de contenidos.

Copyright del artículo © Guzmán Urrero. Reservados todos los derechos.

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Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.