Juego a ser tú (A Game of You, 1993) es una fábula gótica, repleta de alusiones a la cultura pop, en cuyo plantel de artistas figuran Shawn McManus, Colleen Doran, Bryan Talbot, George Pratt, Stan Woch y Dick Giordano.
Como anuncia su título, este arco argumental se centra en la identidad, un concepto que Neil Gaiman desarrolla con una creatividad desbordante.
«Me encantan los sueños. Y se lo suficiente de ellos como para entender que la lógica de éstos no es igual que la lógica narrativa, y que normalmente los sueños no se pueden reconvertir en cuentos: al despertar, el oro se convierte en paja y la seda en telaraña.»
El entrecomillado anterior lleva la firma de Gaiman. Lo he tomado del prefacio a la recopilación de cuentos Objetos frágiles (2006), precisamente porque define a la perfección el tono de la obra que nos ocupa.
La protagonista de Juego a ser tú es Barbie, a quien ya conocimos en La casa de muñecas. Recién divorciada, apura su vida junto a Wanda, una transexual que le contagia entusiasmo y curiosidad por todo lo que ofrece la ciudad.
Sin embargo, la existencia de Barbie tiene una dimensión paralela, configurada por sus fantasías infantiles. En ese plano, Barbie es la princesa Barbara, heredera de un reino que se ve amenazado por el poder de un poderoso villano, el Cuco.
Cuando queda abierta una brecha entre el paralelo de la imaginación y el de la cotidianidad, los poderes de la oscuridad se cobran un terrible tributo en dolor y sangre.
Más arriba mencioné las alusiones pop que refleja esta novela gráfica. Para empezar, esto es obvio en los títulos de cada episodio, extraídos de canciones muy significativas para Gaiman: «Slaughter on Tenth Avenue» (un ballet del musical de Rogers y Hart On Your Toes), «Lullaby of Broadway» (el clásico de Harry Warren y Al Dubin, popularizado en la película musical Gold Diggers of 1935), «Bad Moon Rising» (inolvidable canción de la Creedence Clearwater Revival), «Beginning to See the Light» (un tema de la Velvet Underground), la tonada escocesa «Over the Sea to Sky», y por último, «I Woke Up and One of Us Was Crying», que el autor toma prestada de Elvis Costello.
De una forma oblicua, el autor también acumula otras citas, que van desde teleseries como The Twilight Zone y The Outer Limits hasta clásicos del noir como El largo adiós, de Raymond Chandler.
En el campo de las alusiones literarias, Gaiman construye una versión adulta y sofisticada de mundos imaginarios como la Narnia de C.S. Lewis o el País de Oz, de L. Frank Baum. No obstante, su influencia más destacada es la narrativa de Jonathan Carroll, el autor de El país de las risas y Los dientes de los ángeles. En concreto, es bastante obvio que el guionista ha leído una novela de Carroll, Bones of the Moon, con la que Juego a ser tú tiene bastantes similitudes.
Se entenderá, después de cuanto llevo dicho, el interés de esta novela gráfica, un cuento urbano agitado por espantosas alucinaciones y criaturas surrealistas.
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