Rodolfo II de Habsburgo (Viena, 1552 – Praga, 1612), archiduque de Austria, rey de Hungría y de Bohemia, y Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, fue uno de los monarcas más fascinantes del siglo XVI europeo. Pocos saben, sin embargo, que si Rodolfo II fue un reputado mecenas se lo debe a su tío Felipe II, el monarca más poderoso de la Cristiandad.
Felipe II que, como cabeza de la familia Habsburgo, reclamó a su hermana María y a su cuñado Maximiliano II, Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, la educación de sus sobrinos varones. Y así, durante más de una década, Rodolfo y sus hermanos vivieron en la corte madrileña de su tío.
Fueron testigos de la llegada continua de maravillas procedentes de los cuatro puntos cardinales. Pasearon por los jardines de la Casa de Campo y de Aranjuez, donde se cultivaban toda suerte de especies exóticas.
Asistieron a la construcción del más fastuoso palacio monasterio de la época, El Escorial, en cuya biblioteca se iban atesorando manuscritos e impresos de incalculable valor. Participaron en los experimentos alquímicos y destilatorios llevados a cabo en los laboratorios filipinos.
Por tanto, si Rodolfo II ha fascinado a los historiadores de todos los tiempos, se debe, única y exclusivamente, a la esmerada educación que recibió de su tío Felipe II. Y aún más: se debe a que todas sus acciones artísticas y culturales tuvieron como único objetivo imitar a su tío. Sí, leéis bien. Ése que dicen que sólo quemaba herejes y vivía recluido como un enfermo obsesivo en su residencia escurialense. Y esto no lo digo yo porque sea una facha / leyendanegrista / nacionalcatólica: esto lo dicen los documentos conservados en los archivos españoles y europeos. ¿Vais comprendiendo cuál es la diferencia entre Leyenda Negra y lo que yo llamo narrativa protestante?
Sería interesante que, de vez en cuando, dejáseis de creeros, a pie juntillas, todo lo que os cuentan y os dedicáseis a formaros vuestra propia imagen de la Historia. Sobre todo, en estos tiempos que vivimos, en los que tan fácil resulta acceder a la ingente masa de información acumulada en archivos y bibliotecas de todo el mundo. Desde vuestra casa. Cómodamente sentados. A un simple golpe de clic.
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