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«American Vampire» (2010), de Scott Snyder, Stephen King y Rafael Albuquerque

Lo que diferencia American Vampire de otros cómics dedicados a los hijos de la noche no es la truculencia, sino su manera de profundizar en el drama y la interrelación de los personajes: en especial los inolvidables Skinner Sweet y Pearl Jones.

Bajo el paraguas del sello Vertigo, y con periodicidad mensual, las siete primeras entregas de American Vampire salieron a la venta a partir de mayo de 2010. El creador de la saga, Scott Snyder, se aseguró la complicidad de un excelente ilustrador, Rafael Albuquerque, y quiso completar el póker de ases con otro guionista con mucha experiencia pero escaso recorrido en el mundo del tebeo: Stephen King.

El proyecto de Snyder era lo bastante ambicioso como para atraer al famoso novelista. No en vano, American Vampire explora con ahínco el linaje del vampiro que todos conocemos –ese depredador hipnótico–, y recrea para él un mundo, una geografía reconocible. ¿Cuál es ese territorio? Estados Unidos. De hecho, los episodios se alternan, y nos sitúan en el Oeste feroz de los pioneros y en la California no menos feroz de la Gran Depresión, animada por los sueños febriles de ese Hollywood que aún estaba por hacer.

No adelantaré detalles argumentales, pero quédense con esta idea: asistimos al nacimiento de una nueva especie de no muertos. Mutantes, capaces de llegar aún más lejos en su viaje maldito y eterno.

Los mitos americanos –siempre bajo el lema Go west, young man!, de Horace Greeley– enriquecen esta peripecia empapada en sangre.

En unos años en los que el vampiro clásico llevaba años sin levantar cabeza –y no hablemos de romances crepusculares, por favor–, la obra de Snyder y Stephen King se convirtió en una agradable sorpresa para el lector.

En una progresión casi geométrica, American Vampire recorre géneros como el western, el cuento gótico y el thriller sin perder vitalidad.

Un par de cosas más. Stephen King demosrtó aquí, en la parte que le toca, cuántos recuerdos retiene de Salem’s Lot. Como saben, sus vampiros conservan un hechizo muy difícil de hallar en la literatura del género que ahora se llena de polvo en nuestras estanterías.

Si el forajido Skinner Sweet consigue –es un decir– robarles el corazón con su descaro y su perversidad, no se pierdan a esa ingenua Pearl Jones, la típica aspirante a actriz de los años 20, ligada a un destino terrible en el que el cine y la hemoglobina tienen mucho que ver.

En fin, lo cierto es que cualquier aficionado con buen gusto responderá sin pestañear a este tebeo: un feliz reencuentro con los vampiros de siempre, de la mano de dos autores excepcionales.

Por cierto, la serie continuó más allá de estos episodios iniciales. Se publicaron 34 números entre 2010 y2013, y una segunda remesa, American Vampire: Second Cycle, se prolongó entre 2014 y 2015, dando lugar a entregas tan destacadas como American Vampire: Selección natural (2011). Obviamente, Snyder fue ubicando sus relatos en otros periodos, y eso le permitió aplicar la mitología vampírica a distintas etapas del siglo XX.

Sinopsis

Astuto y despiadado como una serpiente de cascabel, Skinner Sweet tiene fama de ser terco e intratable. Es el primer vampiro concebido en tierra americana, pero no es la habitual criatura de la noche. Es más fuerte, más fiero y el sol renueva sus energías… Sweet es el primero de una nueva raza de chupasangres: el vampiro americano.
45 años después de alzarse de su tumba, Sweet se encuentra en Los Ángeles en los años veinte, donde los jóvenes y bellos se ven atraídos como polillas por las luces de Hollywood. Sin embargo, hay algo más que simples humanos acechando allí, como la joven actriz Pearl Jones está a punto de descubrir. Cuando su sueño de convertirse en una estrella de cine se transforma en una pesadilla sangrienta, Sweet le da su única oportunidad de sobrevivir, así como el poder de vengarse.
El legendario maestro del terror Stephen King se une al escritor Scott Snyder y al dibujante Rafael Albuquerque para guiarnos a través de décadas de expansión americana y evolución de los no muertos. Este volumen recopila los cinco primeros números de la aclamada serie Vertigo, con una nueva introducción del propio Stephen King.

Introducción de Stephen King (Fragmento)

«Esto es lo que los vampiros no deberían ser: pálidos detectives que beben bloody marys y que solo trabajan de noche; melancólicos caballeros sureños; chicas adolescentes anoréxicas; guaperas de ojos grandes e ingenuos.

¿Qué deberían ser?

Asesinos, cariño. Asesinos inmutables que nunca tienen bastante de esa sabrosa sangre grupo A. Chicas y chicos malos. Cazadores. En otras palabras, la América de medianoche. Rojo, blanco y azul, pero sobre todo rojo. Vampiros a los que ha desplazado el romance ñoño y empalagoso. Por eso me sentí tan excitado cuando Scott Snyder, un escritor al que conocía por su excelente libro de relatos cortos Voodoo Heart, me mencionó en un email que estaba hablando con los tipos de Vertigo sobre hacer una serie de cómic de vampiros. Su punto de vista era único, su entusiasmo, contagioso.

Lo que pretendía hacer con la historia de Skinner Sweet (y sus víctimas) era algo magnífico: ni más ni menos que narrar el desarrollo de América a través de los ojos inmortales de un nuevo tipo de vampiro, uno que podía caminar bajo el sol. Vi el potencial que eso tenía para algunas historias terroríficas, y me gustó la resonancia de todo aquello. Hay un subtexto que nos susurra poderosos mensajes sobre el ilimitado poder de América y su lado oscuro: una avaricia ilimitada por el dinero y el propio poder.»

Ficha editorial

American Vampire

Edición original: American Vampire # 1-5 USA

Guión: Scott Snyder, Stephen King

Dibujo: Rafael Albuquerque

Copyright del texto © Guzmán Urrero Peña. Reservados todos los derechos.

Copyright de sinopsis e imágenes © DC Comics. ECC. Reservados todos los derechos.

Guzmán Urrero

Colaborador de "La Lectura", revista cultural de "El Mundo". Tras una etapa profesional en la Agencia EFE, se convirtió en colaborador habitual de las páginas de cultura del diario ABC y de revistas como "Cuadernos Hispanoamericanos", "Álbum Letras-Artes" y "Scherzo".
Como colaborador honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, se ocupó del diseño de recursos educativos, una actividad que también realizó en instituciones como el Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte).
Asimismo, accedió al sector tecnológico como autor en las enciclopedias de Micronet y Microsoft, al tiempo que emprendía una larga trayectoria en el Instituto Cervantes, preparando exposiciones digitales y numerosos proyectos de divulgación sobre temas literarios y artísticos. Es autor de trece libros (en papel) sobre arte y cultura audiovisual.