Alba Editorial publica La musa en el laboratorio. Invención y creatividad para guionistas y narradores, un inteligente e inspirador ensayo de Daniel Tubau.
En las librerías abundan los manuales de guion, pero antes de elegir cualquiera de ellos, por muy populares que sean sus autores, me parece indicadísima la lectura de La musa en el laboratorio. Sin duda, esta obra de Daniel Tubau nada tiene que envidiar a otros títulos considerados canónicos. De hecho, diría que el arsenal de trucos, cálculos e abstracciones que uno puede llegar a manejar gracias a este libro supera, en gran medida, al de cualquier otro ensayo especializado.
Tubau tiene claro cuál es nuestro primer objetivo: superar la rigidez o el tedio creativos, y paliar esas lagunas inevitables que surgen cuando uno se sitúa frente al papel en blanco. Para ello, baja el puente levadizo para facilitarnos el acceso a un dominio cultural que no es habitual en las escuelas de cine y televisión.
Entre los conceptos que maneja hay sorpresas muy gratificantes. Para empezar, no se limita a los recursos convencionales ‒heredados de los clásicos talleres literarios‒ y nos induce a tomar decisiones basadas en la ciencia. Además de explotar nuestros recursos naturales como escritores o guionistas, Tubau nos anima a sortear las trampas mentales y a no apoltronarnos jamás. Para ello, se acerca a la psicología, la mitología y la filosofía ‒por citar solo tres de las materias que enriquecen el libro‒ y explora esas permutaciones de la narrativa que pueden llegar a funcionar en una novela, en una película o en un programa televisivo.
En este sentido, despliega una sensibilidad peculiar, muy literaria, pero al mismo tiempo, cargada de intuición científica, como sucedía con las pesquisas de Sherlock Holmes.
Al igual que el famoso detective, este ensayo invita a desarrollar una manera de pensar deductiva, y para ello, ofrece ejercicios para entrenar la intuición y la musculatura mental. De un modo u otro, todos ellos funcionan. Incluidos los que conjuran la procrastinación («Como dice el gato de Cheshire», leemos, «hay que empezar a caminar, porque es seguro que, tarde o temprano, llegaremos a algún lugar»).
Ahora bien, ¿puede esta obra interesar a los lectores que no tengan una inclinación profesional por la escritura? Desde luego que sí. En primer lugar, porque se trata de un atinado ensayo sobre la propia naturaleza de la creatividad. Y en términos más generales, porque nos acerca a ese fuego del campamento alrededor del cual, a lo largo de los siglos, han ido surgiendo todas esas historias que merecen ser contadas, repetidas y, sobre todo, evocadas una y otra vez a través de la ficción.
Sinopsis
Aunque durante siglos se pensó que la invención y la creatividad no se podían enseñar ni estudiar, a comienzos del siglo XX algunos pioneros, como el matemático Henri Poicaré o Graham Wallas, descubrieron que existe un proceso creativo con ciertas fases definidas, que cualquier persona puede recorrer. Los propios artistas, creadores, inventores, humoristas y aquellas personas a las que se pone la etiqueta de genios también aplican este proceso, aunque sin saberlo. La musa en el laboratorio ofrece todo tipo de consejos, trucos, técnicas y métodos para desarrollar la creatividad, tener ideas, superar bloqueos creativos y vencer la procrastinación. Es un libro inspirador y revelador, útil y práctico, y una lectura entretenida, llena de curiosidades, enigmas, dilemas y sorpresas que el lector podrá resolver y con los que disfrutará doblemente, al ver cómo su creatividad se despierta.
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