Tras la publicación de No tan elemental: Cómo ser Sherlock Holmes, la revista digital Objetivo Bienestar pidió que sintetizara en 10 o 12 claves el pensamiento holmesiano. Reproduzco aquí esas doce claves más o menos como fueron publicadas, con leves modificaciones.
Presta atención a los detalles
Intenta fijarte en lo insignificante, recuerda que dios o el diablo está en los detalles. Como demostró el crítico de arte Giovanni Morelli, para saber si un cuadro es de Rafael o de un alumno suyo, hay que mirar las orejas o las uñas de los personajes.
“No se fíe nunca de las impresiones generales, muchacho, concéntrese en los detalles” (Un caso de identidad)
No te conformes con mirar, aprende a observar
Aunque muchas veces Watson y Holmes contemplan la misma realidad, uno y otro ven cosas completamente diferentes, porque Sherlock Holmes sabe mirar más allá de lo evidente.
“WATSON: Es obvio que en estas habitaciones usted ha visto más cosas de las que eran visibles para mí.
HOLMES: No, pero me figuro que he deducido un poco más. Ver, me imagino que he visto lo mismo que usted.”(La banda de lunares)
Conviértete en un verdadero lector
La realidad está repleta de signos y es un libro abierto, pero hay que aprender a leerlo. Holmes lee a todas horas, no sólo libros, enciclopedias enteras y artículos, sino también el libro de la vida y de la sociedad. Es un lector voraz, («omnívoro», como él mismo se describe), y autor, precisamente de un manual llamado El libro de la vida.
«Soy un lector omnívoro, con una extraña capacidad retentiva para todo lo insignificante”.
Sé proactivo en la búsqueda de enigmas y misterios
No esperes a que alguien te presente un problema delante de las narices: busca tú mismo alrededor e intenta hacerte preguntas acerca de lo que ves. Recuerda que para obtener grandes respuestas, la clave es hacer buenas preguntas.
“Todo esto lo pude leer en la capa de polvo, y pude leer también que a medida que se ese hombre se paseaba iba también excitándose más y más” (Estudio en escarlata)
No te fíes de la intuición
La primera impresión es lo que cuenta, se dice, y ése es el problema: somos esclavos de nuestras primeras impresiones. Debes ser capaz de cambiar de idea. La intuición es una respuesta automática que es menos efectiva cuando la situación es realmente nueva y que a menudo expresa sólo prejuicios.
“Tengo a gala no ir con prejuicios nunca y seguir con docilidad el camino que me marcan los hechos” (Los hacendados de Reigate)
Escucha a tu intuición
Si has pensado que debías despreciar la intuición, te has equivocado. En un alto porcentaje de situaciones la intuición es correcta y, en muchas otras, nos ofrece sugerencias que pueden ser válidas. Así que escucha a tu intuición, pero recuerda ponerla siempre a prueba. Y preocúpate también de entrenarla: puede mejorarse con esfuerzo y dedicación.
“Cuando vine a Londres por primera vez ocupé mis interminables horas de ocio en estudiar todas aquellas ramas de la ciencia que podían contribuir a hacerme más eficaz”(El ritual de los Musgrave)
Acumula datos e información
Sherlock Holmes no podía trabajar sin datos: “Datos, datos, necesito datos, no puedo hacer ladrillos sin arcilla”. Como dijo uno de los inspiradores del detective, el canciller de Inglaterra Francis Bacon: la información es poder.
Utiliza la lógica y saca las conclusiones correctas
Muchas veces tenemos todos los datos pero no sabemos establecer las relaciones lógicas entre ellos. Sherlock Holmes es un experto en descubrir falacias lógicas y razonamientos que llevan a falsas conclusiones.
“No existía para mí mayor placer que seguir a Holmes en todas sus investigaciones y admirar las rápidas deducciones, tan veloces como si fueran intuiciones, pero siempre fundadas en una base lógica, con las que desentrañaba los problemas que se le planteaban” (Un escándalo en Bohemia)
Aprende a ver incluso lo que no existe
En algunas de sus aventuras, Sherlock Holmes soluciona un misterio no por lo que ha sucedido sino por lo que no ha sucedido. Por ejemplo: que un perro no ladró a medianoche en la aventura del caballo Silver Blaze. Lo ausente puede ser a veces más significativo que lo que está presente.
“En estos tres días solo ha sucedido una cosa importante, y es que no ha sucedido nada” (La segunda mancha)
No te dejes llevar por las emociones
No te recomendamos que estés tan falto de emociones como Holmes en su vida social y amorosa, pero si quieres observar la realidad con ciertas garantías, controla tus emociones y no te dejes condicionar por ellas.
“Todas las emociones, y en especial el amor, resultaban abominables para su inteligencia fría y precisa pero admirablemente equilibrada”(Un escándalo en Bohemia).
Aprende a equivocarte
Aunque el bueno de Watson sólo lo insinúa algunas veces, antes de encontrar la solución, Sherlock Holmes aventuraba muchas hipótesis que no le llevaban a ningún sitio. Para acertar, hay que perder el miedo a equivocarse.
“Yo había llegado a una conclusión absolutamente equivocada. El único mérito que puedo atribuirme es el de haber reconsiderado inmediatamente mi postura”(La banda de lunares)
No pienses como Sherlock Holmes, sé como Sherlock Holmes.
No te limites a imitar, ten en cuenta que Sherlock Holmes vivía en otra época y no todo lo que le servía a él te servirá a ti. Intenta no hacer lo que hacía él, sino enfrentarte a la realidad como lo hacía él. Y recuerda siempre su lema: “Una vez descartado lo imposible, lo que queda tiene que ser la verdad”.
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