El Garaje Hermético diseñado por Jean Giraud, (más conocido por Moebius), fue hasta 2007 una de las tres áreas temáticas del centro de entretenimiento Metreon, una producción de Sony Entertainment.
En los dos primeros meses, desde su inauguración el 15 de junio de 1999 en San Francisco, más de un millón y medio de personas pasaron por Metreon, una arriesgada apuesta por un nuevo concepto de parque temático y centro de ocio.
Moebius participó en ArtFutura 99 presentando su experiencia en El Garaje Hermético y ofreciendo una amplia exposición de las imágenes creadas para el centro Metreon de San Francisco y para el previsto en Tokio.
El garaje hermético se inspiró en un conocido cómic del propio Moebius, Le Garage Hermétique de Jerry Cornelius, editado por la revista francesa Metal Hurlant entre 1976 y 1980, y publicado en su versión americana por Heavy Metal a partir de 1977.
Considerado como uno de los más grandes dibujantes y creadores de nuestro tiempo, Moebius es conocido por sus obras El Garaje Hermético, El Hombre de Ciguri y Arzach; así como por su participación en el diseño de películas como Alien, Tron, Dune y El Quinto Elemento.
Nacido en Nogent-sur-Marne (Francia) en 1938, Giraud comenzó a dibujar las aventuras del Teniente Blueberry en 1963, una larga saga que aún continúa en nuestros días. En 1975 Jean Giraud se rebautiza Moebius, inspirado en el astrónomo y matemático alemán August Ferdinand Moebius, descubridor en 1858 de la banda que lleva su nombre.
A partir de ese momento su obra adquiere una nueva dimensión: Arzach, El Garaje Hermético, The Long Tomorrow, Los Jardines de Edena, Les Yeux du Chat, Venecia Celeste… son auténticas obras maestras que fuerzan los límites de la historieta clásica y nos sumergen en universos inexplorados.
A partir de la década de los setenta Moebius comienza a interesarse por el mundo del cine. Primero participa, junto a Alejandro Jodorowski, en un intento frustrado de llevar Dune al celuloide. Posteriormente colabora en Alien (1979) de Ridley Scott, Tron (1982) de Steve Lisberger, Los Amos del Tiempo (1982) de René Laloux, Willow (1988) de Ron Howard y Abyss (1989) de James Cameron.
Murió el 10 de marzo de 2012.
Entrevistado por Dominique Mirambeau, Jean Giraud reflexiona sobre su trayectoria y sobre su obra: «¿Como encontré a Moebius? Mira, encontré a Moebius porque tenía que hacer una historia para Hara–Kiri que en aquella época era un periódico satírico y extraño. Pensé que sería divertido hacer un acto un poco agresivo hacia el mundo tomando un pseudónimo».
«Mi universo creativo, es principalmente el placer. El placer es el incentivo para sobrevivir. También hay la ganancia, el hecho de ser amado y admirado por los otros dibujantes. Esto es algo que me afecta mucho, e incluso ahora: como se me ve, lo que pueden pensar de mí. Hay momentos en que es muy agradable tener este tipo de pensamientos pero también los hay que son totalmente angustiantes. A menudo tengo la impresión de que los dibujantes me toman por una especie de payaso desenmascarado. O también como una especie de fantasma: Moebius se revela por lo que es, un mediocre. Pero siempre me llevo la sorpresa de ver que estos artistas me quieren bien. ¡Es formidable! ¡Ojalá que esto dure!»
«Algunas veces, llegan bellos dibujos porque uno se adentra en una especie de pozo misterioso, inquietante. También me sucede que dibujando me pregunto si no me estaré volviendo loco. Tienes verdaderamente la impresión de perder la razón cuando empiezas a dibujar cosas que no tienen ninguna referencia conocida. Te encuentras con una falta de comunicación contigo mismo. Te ves haciendo algo que no entiendes, como si de repente empezara a hablar una lengua desconocida. Es a la vez angustiante y muy excitante, porque con el tiempo, descubres una especie de confianza. Sabes que no se puede morir en este país desconocido. Ya no hay peligro. Crees que estás en peligro, pero, de hecho, no lo estás, así pues, tienes que continuar. Tienes que tener confianza, e ir hacia adelante! Y, además, la sensación de peligro no desciende con el tiempo: continúa siendo siempre tan intensa».
«Si continuamos tal como hemos empezado ‒continúa Giraud‒, hay bastantes posibilidades de que la imagen de síntesis se perfeccione hasta el punto de llegar a un estado en el cual se podrán recrear los actos. Se podrán utilizar actores imaginarios que no se podrán distinguir de los verdaderos. Es terrible y es formidable a la vez. Se trata también de un pincel muy perfeccionado para crear e inventar historias. Los problemas morales que esto supone son, por supuesto, incontables. Pero no debemos olvidar que esto será la gran diversión de nuestros nietos. Será necesario saber desembarazarse de estos problemas, ya sean a nivel jurídico o moral. He aquí la gran cuestión que se plantea a la conciencia de la humanidad: ¿Qué es lo que es verdadero? ¿Qué es lo que es falso? Con la imagen de síntesis y los mundos virtuales, entraremos en un aspecto de la problemática cada vez más materializada, cada vez más aguda, cada vez aparentemente más alejada de la metafísica de base, pero de hecho, a la que nos remite muy fuertemente. Y esto será al mismo tiempo algo maravilloso y una gran trampa para la humanidad, especialmente si se va hasta el final de la virtualidad».
Copyright del artículo y las imágenes © 1998 ArtFutura. Texto publicado por cortesía del Departamento de Prensa y Medios de ArtFutura. El texto entrecomillado es una cita del catálogo de ArtFutura 1993. Reservados todos los derechos.
Imágenes: Moebius © Sony Development 1998. Reservados todos los derechos.