Gracias a Canción de hielo y fuego, el vuelo imaginativo y la destreza narrativa de George R.R. Martin han merecido una fama global. Obviamente, todos los seguidores del escritor celebran esa popularidad y su acceso al mainstream. Sin embargo, quienes admiran a Martin desde hace décadas pueden sentir que una multitud de neófitos se ha apoderado de ese culto que, en otro tiempo, era cosa de minorías.
Luz de estrellas lejanas, la primera entrega de la Autobiografía literaria de Martin, puede provocar esa impresión. Tengo entre mis manos este libro, espléndidamente editado por Gigamesh, y al revisar su índice, lleno de relatos de la primera etapa del escritor, me asalta el recuerdo de lecturas que celebré a mediados de los ochenta. En concreto, pienso ahora en dos recopilaciones de cuentos ‒Canciones que cantan los muertos (Martínez Roca, 1986) y Una canción para Lya (Caralt, 1982)‒ que los aficionados a la fantasía nos recomendábamos como quien reclama para sí la exclusiva de un fabuloso descubrimiento.
Aquello, por lo demás, tenía cierto mérito, porque la edición de Caralt lucía una de las portadas más horrendas e inapropiadas de las que guardo memoria, sólo un poco menos espantosa que la perpetrada por Acervo al publicar en 1982 Sueño del Fevre.
Reencontrarse con estos y otros cuentos de Martin ‒en esta ocasión, bien traducidos, ordenados temática y cronológicamente, con presentaciones autobiográficas del autor‒ es toda una fiesta para los viejos lectores del autor de Muerte de la luz.
Editado originalmente en 2003 (Dreamsongs: A RRetrospective, Subterranean), este volumen apasionará tanto a los fans de la nueva generación como a aquellos que se sienten fieles a este prodigioso narrador desde hace décadas.
De hecho, la predilección literaria por Martin ya se justifica, por sí sola, con estos soberbios relatos, cargados de imaginación, asombro e inteligencia. ¿Cómo resistir la tentación de seguir a sus protagonistas, muchas veces atrapados en universos de una radical ambigüedad, en los que el desencanto es compatible con la pasión?
En estas historias, lo inesperado viene en ayuda de lo cotidiano, y los géneros se mezclan con naturalidad, de forma que el romance, el misterio, el horror o la fantasía estelar se recomponen y encaran su faceta más adulta. Quizá en eso consiste parte de su fascinación. Al fin y al cabo, los cuentos de Martin son, por encima de todo, buena literatura, escrita por un narrador extremadamente pulcro y enérgico, dispuesto a cobrar la herencia que recibe de los grandes maestros de la fantasía.
Para comprobarlo, basta con paladear algunos de los platos fuertes de esta colección: La ciudad de piedra, El camino de la cruz y el dragón, Cuando llega la brumabaja, El dragón de hielo… y por supuesto, esa estupenda novela breve que es Una canción para Lya.
No alcanzo a ver razón alguna para que los devotos de George R.R. Martin no corran ahora mismo hasta la librería más próxima para hacerse con un ejemplar de esta obra. En ella encontrarán todo el lujo narrativo del que es capaz este novelista y también ‒o quizá debería decir sobre todo‒ el relato en primera persona de cómo llegó a ser un escritor tan completo y versátil.
Sinopsis
Antes de convertirse en un fenómeno internacional de ventas gracias a la adaptación televisiva de la saga Canción de hielo y fuego, la carrera literaria de George R. R. Martin había progresado con discreción desde finales de los años setenta. Su éxito actual no ha sido flor de un día, pero el respeto y la adoración de sus lectores han sido siempre crecientes, y en su haber se cuentan textos como Muerte de la luz, “Los reyes de la arena” y Sueño del Fevre, verdaderos clásicos del fantástico contemporáneo.
En esta recopilación de tintes autobiográficos, Martin presenta a sus lectores antiguos y nuevos la mejor narrativa breve que ha publicado a lo largo de su fructífera trayectoria literaria. Una extensa gama de relatos agrupados por etapas y aderezados con una crónica personal modesta y cautivadora, que conforma un retrato apasionante de los procesos creativos y de aprendizaje de un escritor que ha alcanzado la categoría de maestro.
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