Asociamos normalmente a Edita Gruberova con el repertorio de la soprano lírico-ligera, donde luce un instrumento de carnoso esmalte, lejano del habitual pajarito mecánico de sus colegas tópicas. Con él, la cantante eslovaca hace todas las virguerías de su cuerda, exactas y vertiginosas.
Menos habitual es en Gruberova un menú de cámara. En el salón no se encienden tracas. Aquí no enloquece Lucía ni se cachondea Zerbinetta ni fisga la ambiciosa Adela. En el recital tomado en vivo en el Festival de Salzburgo de 1980, más de un aficionado hallará materia para la sorpresa. No en el caso de Erik Werba, el pianista, ni del clarinetista Peter Schmidl, que aportan, como era de esperar, su sensible ciencia y dominio de los estilos. En el trabajo de Werba, además, se adivina que ha incidido sobre el estudio que la soprano hizo del programa.
Gruberova se recoge a la intimidad, está extremadamente alerta al texto, susurra y se expande comedidamente cuando cuadra, cuida la emisión con una musicalidad destilada y frasea sin dejar en vilo ningún detalle. Todo ello resulta especialmente importante en Schubert, que no soporta un exceso de vocalidad sin fallecer en el acto. El pastor en la roca vale por un camafeo de referencia.
Mendelssohn es más «fácil»: la melodía es sencilla y evidente, la canción se resuelve en estrofas. Pero la noche brilla cuando aparece Richard Strauss, el más cercano a los despliegues de la ópera. En Amor se cuela en la plataforma Zerbinetta, con sus agilidades, picados, agudos, trinos sucesivos y demás delicias de la coloratura, que Gruberova absuelve con maestría suma.
Disco recomendado: Edita Gruberova interpreta Lieder de Schubert, Mendelssohn & Strauss / Edita Gruberova, soprano. Peter Schmidl, clarinete. Erik Werba, Piano. (Mozarteum, Salzburgo, 14.08.1980) / Orfeo / Ref.: C635041B (1 CD)
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